Al contrario de la creencia popular, un médico de más edad y más experimentado quizá no siempre sea la mejor opción.
Una nueva investigación sugiere que cuando son tratados por un médico mayor, los pacientes hospitalizados de a partir de los 65 años de edad se enfrentan a un riesgo ligeramente más alto de morir en el plazo de un mes tras su admisión que si los trata un médico más joven.
Una excepción a ese hallazgo es que no se encontró ninguna diferencia relacionada con la edad al considerar a los pacientes internos atendidos por médicos mayores que manejan un volumen alto de pacientes admitidos, de 200 o más al año.
Por lo demás, la tasa de mortalidad a los 30 días fue de un 10.8 por ciento para las personas mayores tratadas por médicos menores de 40 años de edad. Cuando un médico tenía entre 40 y 49 años, la tasa de mortalidad de los pacientes fue de un 11.1 por ciento. Y entre los médicos de 50 a 59 años, la tasa de mortalidad a 30 días de los pacientes fue de un 11.3 por ciento.
Las personas mayores atendidas por médicos de a partir de 60 años de edad se enfrentaban a la tasa más alta de mortalidad a los 30 días, de un 12.1 por ciento, encontró el estudio.
"Los hallazgos no sorprendieron a nuestro equipo", dijo el autor líder del estudio, el Dr. Yusuke Tsugawa, asociado de investigación en el departamento de políticas y gestión de la salud de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston.
Estudios anteriores ya han indicado que el conocimiento clínico y el cumplimiento de las directrices podrían reducirse a medida que los médicos envejecen, anotó.
Dicho esto, los autores del estudio describieron los nuevos hallazgos como "exploratorios" y "observacionales". Y añadieron que todavía no se puede extraer una conclusión clara sobre si ser tratado por un médico de más edad en realidad provoca que el riesgo de morir aumente.
El estudio incluyó a casi 737,000 pacientes internos en hospitales que recibían Medicare, y que habían sido tratados entre 2011 y 2014. Casi 19,000 médicos participaron en la atención de los pacientes.
Se asignaron los pacientes a los médicos en base a los horarios laborales y los puntos específicos de los casos, y se consideró que los protocolos de asignación eran comparables entre los médicos de todas las edades.
En última instancia, los investigadores encontraron que la edad de un médico no afectaba al riesgo de que el paciente fuera readmitido tras el alta.
Pero los hallazgos indicaron una pequeña diferencia en el riesgo de muerte a 30 días. Esto se mantuvo incluso tras tomar en cuenta variables que podrían afectar a dicho riesgo, como los datos demográficos del paciente, las características del médico no relacionadas con la edad, y las variaciones en la estructura del hospital.
En cuanto a qué podría explicar la diferencia aparente en el riesgo, Tsugawa apuntó a dos factores opuestos.
Por un lado, anotó que "las habilidades clínicas y el conocimiento acumulados por los médicos experimentados pueden conducir a una atención de mayor calidad".
Pero por otro lado, Tsugawa advirtió que "las habilidades y el conocimiento [de los médicos] también pueden quedarse anticuados, a medida que la tecnología científica y las directrices clínicas cambian a lo largo del tiempo. Nuestros hallazgos sugieren que este último factor podría tener un impacto más contundente en los resultados de los pacientes que el primero".
Dados estos hallazgos, ¿deberían los pacientes hospitalizados y sus seres queridos buscar a cuidadores más jóvenes?
"No nos lo parece", dijo Tsugawa. "Hay muchos factores más que los pacientes deben tomar en cuenta al elegir médico que podrían ser más importantes que su edad".
El estudio aparece en la edición en línea del 16 de mayo de la revista BMJ.
Linda Aiken, directora del Centro de Investigación sobre Resultados y Políticas de Salud de la Universidad de Pensilvania, fue coautora de un editorial que acompañó al estudio en la revista. Dijo que los hallazgos son "clínicamente relevantes y ameritan atención".
Pero desenredar los motivos subyacentes podría resultar difícil, sugirió Aiken.
Un problema, dijo es que "la educación y las calificaciones de los profesionales clínicos en los hospitales con responsabilidades importantes con los pacientes varían de forma significativa". Además, añadió, "no todos los hospitales son iguales".
Esto da más importancia a que "los pacientes deben ser consumidores más informados al elegir un hospital", aconsejó Aiken.
Y respecto a esto, subrayó un factor crítico que el estudio actual no abordó: los enfermeros.
"Los hospitales cuya excelencia en enfermería ha sido reconocida, conocidos como hospitales magnéticos, se pueden encontrar en www.nursecredentialing.org", dijo Aiken.
"Los hospitales magnéticos tienen mejores resultados con los pacientes, lo que incluye una mortalidad más baja y una satisfacción del paciente más alta, tras tomar en cuenta las diferencias en las calificaciones de los médicos", aseguró Aiken.
FUENTES: Yusuke Tsugawa, M.D., Ph.D., M.P.H., research associate, department of health policy and management, Harvard T.H. Chan School of Public Health, Boston; Linda Aiken, Ph.D., R.N., professor of nursing, professor of sociology, and director, Center for Health Outcomes and Policy Research, University of Pennsylvania, Philadelphia; May 16, 2017, BMJ