Unos científicos afirman que han averiguado el lugar del cerebro donde se encuentran el miedo y la ansiedad.
Los hallazgos podrían conducir a nuevas formas de diagnosticar y tratar a las personas con un riesgo más alto de afecciones relacionadas con la ansiedad, sugieren los investigadores.
"La incertidumbre y la ambigüedad de las amenazas potenciales en el futuro son esenciales para comprender la generación de la ansiedad y los trastornos de ansiedad", comentó en un comunicado de prensa de la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) el autor del estudio, Justin Kim, del Colegio Dartmouth.
"Nuestra investigación sugiere una relación entre la capacidad de un individuo de afrontar esta incertidumbre y el volumen de la materia gris dentro de un área específica del cerebro", añadió Kim.
En el pequeño estudio participaron 56 estudiantes mentalmente sanos que se sometieron a IRM del cerebro. Los participantes también completaron una encuesta que evaluó su capacidad de afrontar la incertidumbre de los problemas o los eventos negativos en el futuro.
Tras comparar las encuestas y las imágenes del cerebro, los investigadores hallaron que el tamaño de una parte del cerebro llamada cuerpo estriado se vinculaba firmemente con la intolerancia a la incertidumbre.
Los autores del estudio concluyeron que los participantes con un cuerpo estriado (una región involucrada sobre todo en la función motora) inusualmente grande podrían tener dificultades con las preocupaciones sobre qué les depara el futuro. Pero el estudio no probó que un cuerpo estriado grande provocara unos niveles más altos de ansiedad.
"Las personas con dificultades para tolerar un futuro incierto tenían un cuerpo estriado relativamente grande", dijo Kim en el comunicado de prensa. "Lo que nos sorprendió es que solo estuviera implicado el cuerpo estriado, y no otras partes del cerebro que examinamos".
Estudios anteriores han encontrado un mayor volumen en el cuerpo estriado de las personas diagnosticadas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastorno de ansiedad generalizada. Kim y sus colaboradores anotaron que sus hallazgos sugieren que este vínculo existe en las personas que tienen dificultades para afrontar la ansiedad pero que no han recibido un diagnóstico formal de una de esas afecciones.
"Nuestros hallazgos demuestran que la relación entre un volumen mayor en el cuerpo estriado y la intolerancia ante la incertidumbre puede ser observada en individuos sanos", apuntó Kim. "Tener un volumen relativamente más alto en el cuerpo estriado podría asociarse con qué tan intolerante se es al enfrentarse a un futuro incierto, pero eso no significa que se sufra de un TOC o de un trastorno de ansiedad generalizada".
Pero los investigadores también sugirieron que monitorizar el cuerpo estriado y monitorizar su volumen podría ayudar a identificar a las personas con un riesgo más alto de desarrollar un trastorno de ansiedad generalizada o un TOC en el futuro.
Los hallazgos del nuevo estudio aparecen en la edición del 18 de mayo de la revista Emotion.
FUENTE: American Psychological Association