Los investigadores afirman que se han acercado al punto de determinar los genes vinculados con enfermedades intestinales inflamatorias (EII) como el Crohn y la colitis ulcerosa.
En el estudio, los investigadores examinaron los genomas de casi 68,000 personas. De las regiones del genoma asociados con la EII, se pudo determinar que 18 se originaban en una sola variante genética con una certeza superior al 95 por ciento.
"Hemos tomado el conjunto de datos más grande jamás reunido de la EII y aplicado unas estadísticas cuidadosas para reducir las variantes genéticas individuales implicadas", dijo el coautor del estudio, el Dr. Jeffrey Barrett, del Instituto Wellcome Trust Sanger en Reino Unido.
"Ahora tenemos una imagen más clara de qué genes tienen y cuáles no tienen un rol en la enfermedad. Nos estamos acercando a los responsables genéticos de la EII", afirmó en un comunicado de prensa del instituto.
Los hallazgos podrían conducir a que los tratamientos actuales para la EII tengan una mayor efectividad, además de descubrir nuevos objetivos farmacológicos, señalaron los autores del estudio.
En enfermedades como el Crohn y la colitis ulcerosa, el sistema inmunitario del cuerpo ataca a partes del tracto digestivo. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, calambres, diarrea, sangrado rectal y fatiga extrema. Las causas de la enfermedad siguen sin estar claras, y en la actualidad no hay cura.
Para los pacientes de enfermedad intestinal inflamatoria, se utilizan medicamentos (incluyendo esteroides, inmunosupresores y antiinflamatorios) para ralentizar la progresión de la enfermedad. Si no son efectivos, quizá se necesite cirugía.
Las EII afectan a hasta 1.6 millones de estadounidenses, la mayoría de los cuales son diagnosticados antes de los 35 años, según la Crohn's and Colitis Foundation.
El estudio aparece en la edición del 28 de junio de la revista Nature.
FUENTE: Wellcome Trust Sanger Institute