Amamantar ayuda a proteger a las mujeres del cáncer de mama, encuentra un nuevo informe.
De los 18 estudios analizados por el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer (American Institute for Cancer Research, AICR), 13 encontraron que el riesgo de cáncer de mama se reducía en un 2 por ciento por cada cinco meses que una mujer daba el seno.
El informe, que actualiza la ciencia global sobe el cáncer de mama, también encontró que los bebés amamantados son menos propensos a aumentar de peso en exceso a medida que crecen, lo que podría reducir su riesgo de cáncer más adelante en la vida. En los adultos, tener sobrepeso o ser obeso aumenta el riesgo de 11 cánceres comunes, según el AICR.
"Para las madres no siempre es posible dar de mamar, pero las que puedan deben saber que la lactancia puede ofrecer protección contra el cáncer tanto a la madre como al niño", afirmó Alice Bender, directora de los programas de nutrición del instituto.
Dar el seno protege de varias formas, según el informe. Podría retrasar el regreso de los periodos menstruales de la nueva madre, lo que reduce la exposición a lo largo de la vida a hormonas como el estrógeno, que se vinculan con el riesgo de cáncer de mama. Además, la pérdida de tejido mamario tras lactar podría ayudar a deshacerse de células con un ADN dañado.
El informe añadió que mantener un peso saludable, evitar el alcohol y la actividad física también reducen el riesgo de cáncer de mama.
"Con los muchos beneficios que tiene el hecho de dar el seno, es importante que las nuevas madres reciban el respaldo para hacerlo con éxito más allá de unos pocos días o semanas", planteó Bender en un comunicado de prensa del instituto. "También es esencial saber que hay medidas que todas las mujeres pueden tomar para reducir su riesgo de este cáncer".
Además de ofrecer nutrientes importantes a los bebés, la lactancia materna también fortalece su sistema inmunitario y ayuda a protegerlos de enfermedades. El AICR recomienda que las nuevas madres den el seno de forma exclusiva durante hasta seis meses, y que entonces añadan otros líquidos y alimentos a la dieta del bebé.
Otras organizaciones de la salud, como la Organización Mundial de la Salud, hacen recomendaciones similares.
FUENTE: American Institute for Cancer Research