Monitoreo ambulatorio

Fluctuaciones de la presión arterial y riesgo de demencia

Pero la investigación solo descubrió una asociación, no una conexión causal

Fuente: MedlinePlus

Si su presión sanguínea varía de un día a otro, quizá esté en un riesgo más alto de demencia o de Alzheimer, sugiere una nueva investigación realizada en Japón.

Las personas cuya presión arterial sistólica (la cifra superior) fluctuaba de un día a otro tenían más del doble de probabilidades de desarrollar cualquier tipo de demencia o Alzheimer que las que tenían una presión arterial más estable de un día a otro, encontraron los investigadores. Y el estudio, que se basó en las monitorizaciones realizadas en casa, también reportó que los participantes tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar una demencia vascular, provocada por el endurecimiento de las arterias.

"Nuestros hallazgos sugieren que una mayor variabilidad de un día para otro de la presión arterial, independientemente del promedio de la presión arterial medida en casa, es un factor de riesgo del desarrollo de la demencia, la demencia vascular y el Alzheimer por todas las causas en la población general japonesa anciana", dijo el investigador principal, el Dr. Tomoyuki Ohara, profesor de neuropsiquiatría en Facultad de Postgrados de Ciencias Médicas de la Universidad de Kyushu, en la ciudad de Fukuoka.

La asociación entre las fluctuaciones diarias de la presión arterial y la demencia se observó tanto si los participantes tenían una presión arterial normal o hipertensión, añadió.

Pero Ohara advirtió que este estudio no demuestra que las variaciones en la presión arterial provoquen demencia, sino solamente que las dos cosas parecen estar asociadas.

Pero si usted tiene una presión arterial fluctuante, estabilizarla podría ayudarle a prevenir la demencia, dijo.

Para realizar el estudio, los participantes midieron la presión arterial tres veces cada mañana durante un mes para registrar las variaciones diarias.

"Podría ser importante que tuviera el hábito diario de medirse la presión arterial en casa", comentó Ohara. "Pero se necesitan más estudios para clarificar si la variación de un día para otro de la presión arterial es un indicador de una futura demencia o un objetivo médico para la prevención de la demencia", dijo.

El informe aparece en la edición en línea del 7 de agosto de la revista Circulation.

El Dr. Costantino Iadecola es director del Instituto de Investigación sobre el Cerebro y la Mente de la Familia Feil en el Colegio Médico Weill Cornell, en la ciudad de Nueva York.

"Mediante el uso de la monitorización de la presión arterial en casa, estos investigadores realmente determinaron la conexión entre las variaciones en la presión arterial y el riesgo de demencia", dijo.

"No hay duda de que la presión arterial tiene un efecto en los vasos sanguíneos del cerebro", añadió.

Las personas cuya presión arterial fluctúe podrían recibir un tratamiento a fin de minimizar las fluctuaciones, lo que a su vez podría hacer que los vasos sanguíneos del cerebro se mantuvieran sanos, planteó Iadecola.

"Para que esto se vuelva relevante, podría ser de ayuda monitorizar la presión arterial durante un periodo de tiempo amplio", dijo Iadecola, que fue el coautor de un editorial que acompañó al estudio en la revista.

"Entonces podríamos ser capaces de identificar a los pacientes que se beneficiarían de estabilizar la presión arterial", dijo. "Hay cada vez más evidencias de que esto es lo que debemos hacer".

Iadecola dijo que el momento de estabilizar la presión arterial no es cuando se es viejo, sino en la mediana edad, cuando la demencia empieza a desarrollarse.

"Los vasos sanguíneos sanos, el cerebro sano, la mente sana", dijo. "Si los vasos sanguíneos del cerebro funcionan, el cerebro funciona bien, y si el cerebro funciona bien, la mente será aguda".

Para realizar el estudio, Ohara y sus colaboradores observaron a más de 1,600 hombres y mujeres japoneses de a partir de 60 años de edad que no tenían demencia. El grupo incluyó a personas con una presión arterial normal e hipertensión. Aproximadamente el 40 por ciento tomaban medicamentos para reducir su presión arterial.

Los participantes midieron su presión arterial tres veces en casa en la mañana durante un mes. El equipo de Ohara revisó las lecturas de la presión arterial realizadas en casa durante ese mes, y buscó señales de demencia en las pruebas de memoria y de pensamiento. También revisaron los expedientes médicos de los participantes para ver si habían sufrido un accidente cerebrovascular.

A lo largo de un periodo de seguimiento de 5 años, 134 individuos desarrollaron Alzheimer y 47 demencia vascular, encontraron los investigadores.

La demencia vascular resulta de un flujo sanguíneo más bajo al cerebro y con frecuencia se relaciona con la ocurrencia de pequeños accidentes cerebrovasculares, dijeron los investigadores.

Los autores del editorial apuntaron que en el estudio hubo ciertas limitaciones. Una es que la presión arterial puede ser variable por sí misma. Las lecturas de la presión arterial tienden a cambiar si alguien está enfermo o si ha tomado ciertos medicamentos. Tomar medicamentos para la presión arterial de forma inconsistente (por ejemplo, olvidarse de tomarlos un día) también puede cambiar las lecturas de un día para otro.

El estudio también necesita replicarse en un grupo mayor y más diverso de personas, según los autores del editorial.


FUENTES: Tomoyuki Ohara, M.D., Ph.D., assistant professor, neuropsychiatry, Graduate School of Medical Sciences, Kyushu University, Fukuoka City, Japan; Costantino Iadecola, M.D., professor, neurology, director, Feil Family Brain and Mind Research Institute, Weill Cornell College of Medicine, New York City; Aug. 7, 2017, Circulation