Aunque las personas mayores tienen las tasas más altas de suicidio en Estados Unidos, un nuevo estudio encuentra que los intentos de suicidio de los adultos más jóvenes (sobre todo los que tienen trastornos mentales y un nivel educativo más bajo) están ahora en aumento.
Los hallazgos respaldan un enfoque de la prevención del suicidio en las personas jóvenes que son más pobres, "sobre todo las que ya han intentado suicidarse antes y las que sufren de trastornos comunes del estado de ánimo, de la ansiedad y de la personalidad", planteó el autor líder del estudio, el Dr. Mark Olfson, profesor de psiquiatría y epidemiología en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
La tasa de suicidio en Estados Unidos ha aumentado en los últimos años. En promedio, 121 personas fallecen de suicidio cada día, y unas 44,000 personas se suicidan cada año, según la American Foundation for Suicide Prevention.
Las tasas más altas de suicidio son en las personas de 45 a 64 años, y en las que tienen a partir de los 85, informa la fundación, y por cada suicidio hay un estimado de 25 intentos de suicidio.
El nuevo estudio se enfocó solo en los intentos de suicidio para ver si estaban en aumento o si ciertos grupos son particularmente vulnerables, dijo Olfson. "Es importante comprender esas tendencias porque el intento de suicidio es el factor de riesgo demostrado más potente del suicidio", añadió.
Los investigadores examinaron encuestas de más de 69,000 adultos de EE. UU., realizadas en 2004-2005 y en 2012-2013. Los hallazgos mostraron que el porcentaje de personas que reportaron un intento reciente de suicidio aumentó de un 0.62 por ciento en 2004-2005 a un 0.79 por ciento en 2012-2013.
Tras ajustar las estadísticas según varios factores, los investigadores concluyeron que el riesgo de intentos de suicidio era "significativamente más alto" en ciertos grupos, entre ellos: las personas de 21 a 34 años de edad (en comparación con el grupo de a partir de 65 años); los que solo tenían un nivel educativo de escuela secundaria (en comparación con las personas graduadas de la universidad); y los que tenían trastornos antisociales, de ansiedad y depresivos (en comparación con los demás).
Además, las personas con antecedentes de violencia también eran más propensas a intentar suicidarse, y lo que más aumentaba el riesgo de intentos de suicidio eran los intentos de suicidio anteriores, según el informe.
Olfson dijo que no está claro por qué los intentos de suicidio parecen estar en aumento entre las personas más jóvenes.
"Es posible que los efectos de la gran recesión reciente expliquen parcialmente estas tendencias", dijo. "Los adultos más jóvenes y los adultos con un nivel educativo más bajo podrían haberse visto afectados de forma particularmente dura por la recesión, en términos del estrés económico y psicológico. Los adultos desempleados, sobre todo los que tienen un nivel educativo más bajo, y los adultos con unos ingresos familiares más bajos, eran particularmente propensos a reportar un intento de suicidio reciente".
El Dr. J. Michael Bostwick, profesor de psiquiatría en el Colegio de Medicina de la Clínica Mayo, que está familiarizado con los hallazgos del estudio, dijo que es importante comprender que la investigación no dice nada sobre los que en realidad se suicidan.
"Este estudio ni nos dice nada nuevo sobre el suicidio llevado a cabo, ni se diseñó para hacerlo", dijo.
Pero los hallazgos sugieren que los esfuerzos de salud pública se deben enfocar en reducir la conducta suicida en las personas que tienen un riesgo especial, "los jóvenes, los relativamente pobres, las personas con diagnósticos caracterizados por la impulsividad, depresión, o ambas cosas", añadió Bostwick.
"Aunque es posible que las tasas de suicidio llevado a cabo se reduzcan como resultado de las intervenciones que buscan reducir las conductas suicidas, vale la pena abordar los factores que contribuyen a esas conductas en sí", afirmó.
El estudio aparece en la edición en línea del 13 de septiembre de la revista JAMA Psychiatry.
FUENTES: Mark Olfson, M.D., MPH, professor of psychiatry and epidemiology, Columbia University Medical Center, New York City; J. Michael Bostwick, M.D., consultant in psychiatry, Mayo Clinic, and professor of psychiatry, Mayo Clinic College of Medicine, Rochester, Minn.; Sept. 13, 2017, JAMA Psychiatry