La transmisión maternoinfantil es ahora la principal vía de infección en los países que han controlado la transmisión vectorial, mejorado sus estándares de vivienda y aplicado el tamizaje universal en bancos de sangre
Washington, DC, 7 de mayo de 2018 (OPS)- Tras haberse interrumpido la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas en los domicilios de 17 de los 21 países endémicos de la región de las Américas y haberse universalizado el tamizaje en los bancos de sangre para evitar contagios por esa vía, el futuro en la lucha contra este mal se enfoca ahora en proteger los logros, identificar y atender a los infectados asintomáticos, e interrumpir la transmisión congénita.
A esta conclusión llegaron expertos de la academia, investigadores, representantes de ministerios de Salud de países de América Latina, el sector privado y la sociedad civil, convocados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington para discutir sobre la situación actual de la enfermedad y su visión para el abordaje futuro.
“Este encuentro marca un punto de inflexión en el combate contra el Chagas en momentos en que la dinámica y la epidemiología de la enfermedad han cambiado”, afirmó Luis Gerardo Castellanos, Jefe de Unidad de Enfermedades Desatendidas Tropicales y Transmitidas por Vectores de OPS/OMS.
Según Castellanos, la región ha avanzado mucho desde la década de 1990. “La ocurrencia de nuevos casos ha disminuido en todos los países, pero alrededor de seis millones de personas viven con la enfermedad, en su mayoría sin saberlo, y la migración de las personas desde zonas endémicas hacia zonas urbanas, demanda tomar medidas para detectar y atender a todos los afectados, incluyendo a quienes ahora se concentran en las ciudades”, indicó.
El Chagas es una enfermedad parasitaria potencialmente mortal causada por el microorganismo Trypanosoma cruzi. Se transmite al ser humano por insectos – conocidos como vinchucas, chinches o chirimachas-, por transfusión sanguínea o trasplante de órganos, durante la gestación y por consumir alimentos contaminados.
En las Américas, se estima que se producen 30.000 nuevos casos de Chagas cada año y 14.000 personas mueren como consecuencia de la enfermedad. También, más de 70 millones de personas viven en áreas de riesgo de contraer la enfermedad.
“El Chagas es una enfermedad silenciosa que suele pasar desapercibida tanto para la persona, al no presentar síntomas o ser leves, como para el personal de salud que no está acostumbrado a diagnosticar Chagas”, sostuvo Roberto Salvatella, asesor regional en Prevención y Control de la Enfermedad de Chagas de la OPS/OMS. “Necesitamos integrar la atención de Chagas al sistema de salud en cada país, que sea un problema visible, y que los profesionales de la salud lo conozcan y puedan brindar la atención necesaria”, consideró.
Se calcula que a largo plazo hasta un 30% de los enfermos crónicos puede desarrollar complicaciones, que pueden tener consecuencias irreversibles y crónicas para el sistema nervioso, el aparato digestivo y el corazón. Sin embargo, detectada a tiempo, la enfermedad puede curarse o mejorar su evolución. En la fase crónica, el tratamiento puede frenar o retrasar su progreso.
Salvatella también destacó la necesidad de mantener los esfuerzos para eliminar la transmisión vectorial del Chagas en los países de la región que aún no lo han conseguido, y mejorar los sistemas de información para contar con datos actualizados sobre la enfermedad.
Frenar la transmisión maternoinfantil
La transmisión del Chagas de madre a hijo es uno de los ejes donde se deben enfocar los esfuerzos adicionales, coincidieron en afirmar los expertos en la reunión. La transmisión maternoinfantil es ahora la principal vía de infección en los países que han controlado la transmisión vectorial, mejorado sus estándares de vivienda y aplicado el tamizaje universal en bancos de sangre, como Argentina, Brasil, Chile, Honduras, Paraguay, Nicaragua y Uruguay.
Se calcula que 9.000 niños nacen con Chagas cada año en la región, es decir, el 30% del total de nuevos casos. Un bebé de una madre chagásica tiene entre 2 y 8% de probabilidades de contraer la infección durante el embarazo y el parto.
En 2017, la OPS lanzó un nuevo marco para eliminar para 2020 la transmisión maternoinfantil de cuatro enfermedades, entre ellas, el Chagas. Se estima que alrededor de 1,1 millones de mujeres en edad fértil están infectadas por el parásito T. cruzi en la región.
Para interrumpir este tipo de transmisión, la OPS recomienda un tamizaje universal de Chagas para las embarazadas, estudios a los recién nacidos para conocer su estado serológico y tratamiento a los positivos para curarlos. También aconseja tratar a las madres después del parto, y diagnosticar y tratar a los otros hijos de las mujeres que hayan arrojado un resultado positivo.
Ampliar el acceso a la prevención, atención y tratamiento del Chagas para las mujeres y niños afectados va en línea con la estrategia de salud universal de la OPS, que implica llevar salud a todas las personas, en todas partes, sin dejar a nadie atrás.
Entre los participantes de la reunión, que tuvo lugar el 3 y 4 de mayo pasados, estuvieron el director ejecutivo de la fundación Mundo Sano, Marcelo Abril; el jefe del servicio de Parasitología del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez de Argentina, Jaime Altchen; el director del Instituto de Epidemiología de la Academia Nacional de Medicina de Argentina, Roberto Chuit; y el director del Global Health Consortium de la Universidad Internacional de Florida, Carlos Espinal.
También participaron el director del Centro de Investigaciones en Microbiología y Parasitología Tropical (CIMPAT) de la Universidad de Los Andres, Colombia, Felipe Guhl Nannetti; el Director del Centro de Enfermedad de Chagas y Patología Regional del Ministerio de Salud de Santiago del Estero, Argentina, Oscar Ledesma; así como los especialistas Alejandro Luquetti, de Brasil, y Héctor Freilij, de Argentina.
Honduras y Nicaragua eliminan el principal vector del Chagas
Una misión internacional de expertos independientes convocada por la OPS/OMS reconoció en abril pasado que Honduras y Nicaragua lograron la eliminación como problema de salud pública del principal vector (Rhodnius prolixus) que transmitía el mal de Chagas en sus territorios.
Ambos países mantienen desde 2010 la interrupción de la transmisión vectorial en los domicilios y son los últimos de la región en alcanzar esta meta luego del Estado de San Pablo (Brasil) en 2014 y Uruguay en 2013 con el vector Triatoma infestans. La misión reconoció que la eliminación se alcanzó gracias a las acciones de vigilancia y control antivectorial sostenidas.