Es casi tan mortal como el ébola

África: primeros dos casos del virus de Marburgo en Ghana

Dos pacientes dieron positivo de esta enfermedad, una fiebre hemorrágica potencialmente letal. La OMS había identificado otro brote: un único caso en Guinea en 2021.

Dos casos de la enfermedad por el virus de Marburgo (EVM), una fiebre hemorrágica casi tan mortal como el ébola, se registraron en Ghana, los primeros en el país.

Según anunciaron las autoridades, el pasado 8 de julio, las muestras de sangre de dos personas de la región de Ashanti (sur) sugirieron la presencia del virus de Marburgo y las muestras se enviaron al Instituto Pasteur de Dakar (IDP) para su confirmación, informó el Servicio de Salud de Ghana (GHS).

"Las pruebas adicionales llevadas a cabo en el IDP de Senegal han corroborado los resultados", declaró el domingo Patrick Kuma-Aboagye, director general del GHS, en un comunicado. "Es la primera vez que Ghana confirma el virus de Marburgo", añadió.

La enfermedad por el virus de Marburgo es transmitida a los humanos por los murciélagos de la fruta y se propaga a través del contacto directo con fluidos corporales de personas infectadas, o superficies y materiales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS anunció el fin del primer brote del virus de Marburgo en África Occidental en septiembre de 2021, 42 días después de que se identificara un único caso en Guinea.

Datos sobre la EVM

La enfermedad por el virus de Marburgo (EVM), anteriormente denominada fiebre hemorrágica de Marburgo, es grave y, a menudo, mortal.

La tasa media de letalidad de la enfermedad oscila en torno al 50%. Durante los últimos brotes, estas tasas han oscilado entre el 24% y el 88% en función de la cepa vírica y del tratamiento de los casos.

La rehidratación y la administración rápida de tratamiento sintomático mejoran la supervivencia. No se ha demostrado la eficacia de ningún tratamiento para neutralizar este virus, si bien se están desarrollando varios tratamientos inmunológicos, farmacológicos y con hemoderivados.

• Aunque los virus de Marburgo y del Ébola son virus distintos, ambos pertenecen a la familia Filoviridae y ocasionan enfermedades con características clínicas similares. Ambas son raras, pero las tasas de letalidad de sus brotes pueden ser elevadas.

Transmisión

Inicialmente, la infección humana por EVM se debe a la estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus.

La transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.

Se han descrito casos de transmisión al personal sanitario que atiende a pacientes con EVM presunta o confirmada, a través del contacto estrecho sin las debidas precauciones de control de las infecciones. El contagio a través de materiales para inyección contaminados o de pinchazos con agujas se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, a un agravamiento más rápido y, posiblemente, a una mayor tasa de letalidad.

También se puede dar esta transmisión en las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto.

La infectividad persiste mientras haya virus en la sangre.

Síntomas de la EVM

El periodo de incubación (es decir, el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.

La EVM empieza bruscamente, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar, así como con frecuentes dolores musculares. Al tercer día pueden aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. La diarrea puede persistir una semana. En esta fase se ha descrito que los pacientes presentan “aspecto de fantasma” debido al hundimiento de los ojos, la inexpresividad facial y el letargo extremo. En el brote europeo registrado en 1967, la mayoría de los pacientes presentaron una erupción cutánea no pruriginosa de 2 a 7 días después del inicio de los síntomas.

Muchos enfermos tienen manifestaciones hemorrágicas graves a los 5 a 7 días y los casos mortales suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo en varios órganos. La presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces suele acompañarse de hemorragia por la nariz, las encías y la vagina. El sangrado espontáneo en los lugares de venopunción donde se administran líquidos o se extraen muestras de sangre puede ser especialmente problemático. Durante la fase grave de la enfermedad, los pacientes presentan persistentemente fiebre elevada. La afectación del sistema nervioso central puede producir confusión, irritabilidad y agresividad. Se han descrito asimismo casos ocasionales de orquitis (inflamación de uno o ambos testículos) en la fase tardía de la enfermedad (a los 15 días de su inicio).

En los casos mortales, el óbito suele producirse a los 8 o 9 días del inicio de los síntomas y se suele preceder de grandes pérdidas de sangre y de choque.

Diagnóstico

Desde un punto de vista clínico, puede resultar difícil distinguir la EVM de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas. Para confirmar que la causa de los síntomas es el virus de Marburgo se emplean los métodos de diagnóstico siguientes:

•prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA);

•pruebas de detección de antígenos;

• prueba de seroneutralización;

• reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR);

• microscopía electrónica; y

• aislamiento del virus en un cultivo celular.

El manejo de muestras de los enfermos expone a un riesgo muy alto y las pruebas analíticas de muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima biocontención. Todas las muestras biológicas para transporte nacional o internacional se deben envasar con el sistema de triple envase.

Tratamientos y vacunas

Por el momento, no se han autorizado tratamientos ni vacunas para luchar contra la EVM. No obstante, la terapia de apoyo mediante rehidratación oral o intravenosa y el tratamiento de determinados síntomas mejoran la supervivencia.

También se podría probar el uso compasivo o mediante acceso ampliado como terapia para la EVM de algunos anticuerpos monoclonales en desarrollo y ciertos antivíricos que se han utilizado en estudios clínicos para tratar el ébola, como el remdesivir y el favipiravir.

En mayo de 2020, la Agencia Europea de Medicamentos concedió una autorización de comercialización a las vacunas Zabdeno (Ad26.ZEBOV) y Mvabea (MVA-BN-Filo) contra la EVM. Esta última contiene un virus denominado Vaccinia Ankara Bavarian Nordic que se ha modificado para que exprese proteínas del virus del Ebola-Zaire y de otros tres virus del mismo grupo (familia Filoviridae). Aunque esta vacuna podría proteger contra la EVM, todavía no se ha demostrado su eficacia en ensayos clínicos.