Uganda confirmó 11 casos de ébola, entre ellos cuatro muertos. A la vez funcionarios del Ministerio de Salud del país informaron que se están investigando otras siete muertes como casos sospechosos, por su relación con el brote en Mubende, a unos 130 km al oeste de la capital, Kampala.
Pocos días atras, un hombre fallecido de 24 años se convirtió en el primer caso de ébola conocido en el país desde 2019, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado un brote. Más tarde, la oficina africana del organismo confirmó que el caso era atribuible a una “relativamente excepcional cepa de Sudán”, que tuvo presencia en Uganda por última vez en 2012.
El brote en Uganda de 2019 se había debido a Ébola Zaire (la forma más típica) y este virus había sido importado desde la vecina República Democrática del Congo, que afrontaba una gran epidemia en su región noreste.
En cambio, el hombre fallecido pocos días atrás, contrajo la cepa sudanesa del virus. Había presentado fiebre alta, diarrea, dolores abdominales y vomitaba sangre y había sido tratado originalmente por malaria, hasta que se confirmó su dolencia.
Según la OMS, la cepa del ébola de Sudán es menos transmisible y ha mostrado una menor tasa de mortalidad en brotes anteriores que la del ébola de Zaire, una cepa que mató a casi 2.300 personas en la epidemia de 2018 a 2020 en la República Democrática del Congo.