Crece rápido si se interrumpe el tratamiento

Cáncer renal de células claras

Aumento del potencial metastásico.

By David Douglas

 
NUEVA YORK (Reuters Health) - El cáncer renal de células claras con metástasis avanza rápido si se interrumpe el tratamiento con factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por su sigla en inglés).
 
El crecimiento acelerado tras la interrupción de la terapia dirigida fue "preocupante", dijo por correo electrónico el doctor Thomas Powles, por lo que esa medida debería tomarse con mucho cuidado.
 
En la revista Annals of Oncology, el equipo de Powles, del Hospital de San Bartolomé de Londres, indica que aunque los inhibidores de la tirosina quinasa VEGF o TKI, por su sigla en inglés, como sunitinib y pazopanib, son efectivos contra el carcinoma renal de células claras con metástasis, también son muy tóxicos.
 
Sus efectos adversos hacen que la terapia intermitente sea una opción atractiva, pero ensayos preclínicos habían sugerido que sería riesgosa y ensayos clínicos lo confirmaron.
 
El equipo analizó información de tres ensayos clínicos de fase II casi idénticos en los que los pacientes recibieron tratamiento durante 12-16 semanas. Luego, se les suspendió la terapia durante cuatro o cinco semanas para realizar la nefrectomía citorreductora y permitir la curación de las heridas.
 
El tratamiento se les suspendió y reinició a un total de 62 pacientes que respondieron a sunitinib o pazopanib. En el 37 por ciento (23) de los casos, el cáncer había avanzado desde el primer estudio por imágenes después de la interrupción terapéutica.
 
Dieciséis de esos pacientes se estabilizaron con el reinicio de la terapia con el mismo TKI de VEGF. Pero un análisis de variables múltiples reveló que el avance de la enfermedad durante la interrupción del tratamiento quintuplicó el riesgo de morir (HR=5,56).
 
Ciertas características iniciales, como el score pronóstico del Centro de Oncología Memorial Sloan Kettering, no predispuso al avance de la enfermedad. Las imágenes por PET con FDG mostraron un rebote de la función metabólica durante la interrupción del tratamiento.
 
Esto, para los autores, sugiere que "el avance de la enfermedad durante la interrupción terapéutica no es sólo un marcador para los pacientes con un mal pronóstico inicial. También demuestra que no se pueden seleccionar a los pacientes con menos riesgo de que la enfermedad avance".
 
Destacan también "que en el 77 por ciento de los pacientes con avance de la enfermedad aparecieron nuevos sitios afectados, lo que respalda la teoría de un aumento del potencial metastásico".
 
Para el equipo, parecería que "sería necesario utilizar la terapia dirigida al VEGF sin interrupciones para maximizar la supervivencia".
 
FUENTE: http://bit.ly/10DsEuw