Comparación de pacientes

Coriorretinopatía serosa central tratada con fotocoagulación láser o con terapia fotodinámica

Comparación de resultados clínicos de pacientes con coriorretinopatía serosa central (CSC) sometidos a fotocoagulación láser focal o terapia fotodinámica (TFD).

Autor/a: Dres. Ji Won Lim, Se Woong Kang, Yun-Taek Kim, Song Ee Chung, Seung Woo Lee.

Fuente: Br J Ophthalmol 2011;95:514e517

La coriorretinopatía serosa central (CSC) se caracteriza por el desarrollo de desprendimiento retiniano neurosensorial seroso en el polo posterior. El principal método de tratamiento para CSC es la observación o la fotocoagulación láser. Con el advenimiento de la angiografía  con verde indocianina, se demostró que la CSC afecta en primer lugar la circulación coroidal y causa zonas multifocales de hiperpermeabilidad vascular coroidal. Sobre la base de lo descubierto mediante dicho estudio, se adoptó como opción terapéutica la terapia fotodinámica (TFD) con verteporfin para tratar la CSC. Se demostraron resultados positivos en la mayoría de los pacientes también con este método. Hasta el momento, no se han realizado estudios que comparen los resultados de ambos tratamientos de la CSC, En el presente estudio se investiga la prognosis de la patología y la función macular en pacientes con CSC tratados con fotocoagulación láser focal o TFD.

Pacientes y métodos:

26 ojos de pacientes con CSC sintomática se sometieron a fotocoagulación láser o media dosis de terapia fotodinámica. Se evaluó la agudeza visual, tomografía de coherencia óptica y electro-retinografía multifocal prospectivamente antes del tratamiento y al mes, tres y seis meses.

Gráfico que muestra los cambios en la agudeza visual mejor corregida media luego de láser focal (línea completa) y TFD de media dosis (línea punteada) en pacientes con CSC.

 

La CSC tiene un curso natural favorable y normalmente termina con una resolución espontánea del desprendimiento y mejora de la función visual. Esto favorece un tratamiento conservador mediante la simple observación como primera opción terapéutica. Sin embargo, en algunos casos de CSC, los pacientes pueden desarrollar una pérdida visual progresiva como resultado de desprendimientos persistentes de retina, degeneración macular cistoide o descompensación del epitelio pigmentario retiniano. Por lo tanto, debe considerarse la intervención en CSC con síntomas que duran más de tres meses,  como ocurrió en el caso de los pacientes incluidos en este estudio. Uno de los beneficios potenciales del tratamiento láser focal podría ser un menor grado de degeneración del epitelio pigmentario retiniano gracias a la resolución más rápida de la CSC. Aunque el tratamiento láser focal no es caro, es simple y conveniente, puede haber algunas complicaciones como neovascularización coroidal, conversión de metamorfosia a escotoma y daño foveal inadvertido. Por lo tanto, el lugar de la filtración debe estar a por lo menos 500 µm del centro de la zona avascular de la fóvea. Además, en el presente estudio, se realizó tratamiento láser focal en primer lugar a ojos que mostraron filtraciones extrafoveales en la angiografía fluoresceínica. Por esta razón, es muy difícil realizar un estudio aleatorizado para comparar ambos tratamientos de la CSC.

En el presente estudio, el grupo TFD incluyó a los ojos con filtraciones difusas en la angiografía, mientras que el grupo láser aquellos con filtraciones localizadas.  A pesar de que hay pocas investigaciones basadas en estudios angiográficos, la CSC con pérdidas difusas puede tener un curso natural distinto y responder de forma diferente a los tratamientos que la CSC con pérdidas localizadas. Por lo tanto, sería importante seguir investigando esta cuestión para validar estos resultados.

A pesar de que se ha informado la eficacia de la dosis estándar (6 mg/m2) de TFD con verteporfin, existe la posibilidad de efectos adversos como reducción transitoria de la función retiniana o cambios secundarios del epitelio pigmentario retiniano. Ya que se ha demostrado que la mitad de la dosis es igualmente efectiva y más segura, se eligió aplicar este régimen en el presente estudio.

Los resultados obtenidos indican que no hay diferencia significativa en la recuperación visual entre pacientes tratados con ambos métodos. Sin embargo, es importante destacar que el líquido sub-retiniano se absorbió más rápidamente en el grupo TFD. Al mes de tratamiento, se observó la absorción completa de fluido intra y sub-retiniano en TCO, en 13 (92,8%) ojos del grupo TFD y en 7 (58,3%) ojos del grupo láser. La acción directa de la TFD sobre los coriocapilares puede producir la rápida resolución de la acumulación de fluido sub-retiniano. Por el contrario, la fotocoagulación láser actúa vía remodelación del epitelio pigmentario retiniano.

En la electro-retinografía multifocal se notó solo una diferencia sutil entre ambos grupos. En el presente estudio, se interpretó la latencia tardía en la electro-retinografía multifical como resultado de la absorción tardía del líquido sub-retiniano y daño en cono fotoreceptor. Alternativamente, otros factores como edema residual, edema reactivo post-láser, progresión de retinopatía o hipoxia retiniana pueden contribuir a deterioro transitorio de la función de la retina central.

Este estudio tiene limitaciones como el tamaño reducido de la muestra y corto período de seguimiento, lo que impide encontrar diferencias estadísticamente significativas en los resultados de los tratamientos comparados. Sin embargo, los resultados obtenidos sirven para que los profesionales opten por determinada modalidad de tratamiento.

Conclusiones:
Al comparar el tratamiento láser focal y media dosis de TFD, este último puede facilitar la resolución más rápida del desprendimiento macular y recuperación de la función de la retina central. Sin embargo, a los tres meses de tratamiento y en adelante, no se observaron diferencias en la recuperación anatómica y funcional entre ambos métodos de tratamiento.

♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.

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