Enfermedad de la glándula de Meibomio

Tratamientos terapéuticos contra la enfermedad de la glándula de Meibomio

El presente artículo describe la patología, analiza su asociación con otras enfermedades, presenta las alternativas terapéuticas existentes y las posibilidades futuras.

Autor/a: Dres. Paranjpe DR, Foulks GN.

Fuente: Ophthalmol Clin North Am. 2003 Mar;16(1):37-42.

Indice
1. Desarrollo
2. Bibliografía

Las glándulas de Meibomio son glándulas holócrinas distribuídas en los párpados con orificios a lo largo del borde del párpado. La secreción lipídica que producen estas glándulas tiene una importante función en la estabilidad del film lagrimal y previene la evaporación prematura del componente acuoso de las lágrimas. La alteración en dicha secreción y la queratinización anormal de los orificios de la glándula, ya sea por razones medicinales, hormonales, infecciosas o inflamatorias, tiene un fuerte impacto sobre la salud de los bordes de los párpados, la calidad de la película lagrimal y como consecuencia la superficie ocular.

La afección de la glándula de Meibomio se caracteriza por un exceso de secreción que tapa los orificios de la glándula. La queratinización anormal de los conductos se presenta en pacientes que tienen tapados los orificios de salida de las glándulas y con escaso o ningún compromiso bacteriano. Este bloqueo y flujo interrumpido, se debe a una respuesta inflamatoria localizada y vascularización del tejido alrededor de los orificios. Se acumulan mediadores inflamatorios en el film lagrimal y dicha inflamación puede llegar a dañar la superficie ocular. Asimismo, pueden llegar a desaparecer los orificios y al inflamarse las glándulas y luego atrofiarse, puede interrumpirse la secreción como consecuencia final del proceso. Esto tiene como resultado cambios permanentes en la composición del film lagrimal y el entorno ocular.

La disfunción de la glándula de Meibomio tiene una prevalencia del 39 %. Se observa, principalmente, en pacientes que utilizan lentes de contacto. También está asociada al síndrome de ojo seco y a la inestabilidad el film lagrimal.

Esta enfermedad, muchas veces se presenta junto con enfermedades cutáneas y desórdenes de glándulas sebáceas, principalmente, acné  rosácea; por lo menos un tercio de las personas con acné rosácea tienen compromiso palpebral y telangiectasias del borde del párpado.

La disfunción  de la glándula de Meibomio, está frecuentemente asociada con la blefaritis. Puede producirse una infección bacteriana (generalmente con estafilococos) que culmina en una meibomianitis y, frecuentemente blefaritis. El mal funcionamiento de las glándulas sebáceas también está asociado con esta afección, y se forman chalaziones con frecuencia.

Los tratamientos terapéuticos para paliar la enfermedad de la glándula de Meibomio pueden clasificarse en cuatro categorías: métodos físicos,  medicinales, nutricionales y hormonales. En la actualidad se utilizan los dos primeros.

El método físico consiste en técnicas termo mecánicas diseñadas para expulsar las secreciones que taponan los conductos y así aliviar la congestión de la glándula. El método más simple consiste en aplicar compresas tibias a los párpados, seguido de un masaje de los mismos. Las secreciones se ablandan con el calor y luego se completa la expulsión de forma mecánica, mediante masajes para liberar los conductos.

Para solucionar las causas de dicha obstrucción existen otros métodos terapéuticos. El tratamiento con antibióticos incluye el control de la infección del borde del párpado y modifica las secreciones glandulares. La flora del párpado es similar a la de la piel pero se encuentran mayor cantidad de microorganismos; los más comunes son el Staphylococcus epidermidis y el Propionibacterium acnes. La blefaritis está mayormente asociada con el S. aureus. Hoy en día se sigue recomendando el ungüento oftálmico con bacitracin para el control de la blefaritis. También son efectivos los ungüentos con fluoroquinolonas, pero debe evitarse un tratamiento prolongado.

El tratamiento sistémico con tetraciclinas, doxiciclinas y minociclinas reduce la inflamación de la glándula de Meibomio y los síntomas de irritación ocular. Además, el tratamiento con tetraciclina restaura el perfil lipídico de la secreción que recupera una composición más normal. Asimismo las tetraciclinas y minociclinas ejercen un efecto antiinflamatorio. La dosis recomendada es comenzar con doxicilina 100 mg., dos veces por día durante, por lo menos, dos meses y luego una dosis de mantenimiento de una vez por día, el tiempo que sea necesario.

La alteración de la composición lípidica y el equilibrio de las secreciones de la glándula de Meibomio es un importante factor en la patogénesis de la blefaritis y la disfunción de la glándula de Meibomio. La proporción de ácidos grasos no saturados afecta el punto de fusión, consistencia y proceso de las secreciones. Los defensores de la medicina alternativa han propuesto una opción nutricional como tratamiento. Se recomienda el aceite de Prímula (oenothera biennis) que contiene ácido linoleico primario y gama-linoleico, y aceites de lino y de  pescado que contengan ácidos grasos omega-3 y 6, se requiere la realización de estudios clínicos que avalen la eficacia de dichos tratamientos. Los componentes de los ácidos grasos esenciales Omega-6 son los agentes activos de dichas preparaciones. Esta familia de ácidos grasos esenciales reduce la inflamación y ejerce efectos positivos en las funciones vasculares, cardíacas y otras funciones fisiológicas. Los ácidos linoleico y oleico, y los grasos no saturados han mostrado inhibir la proliferación de queratinocitos y se encuentran en las secreciones de la glándula de Meibomio. El ácido gamma-linolenico ha mostrado tener propiedades antiinflamatorias .

La familia de los flavonoides, es una variedad de compuestos antioxidantes con alto potencial. El Resveratrol, derivado de las uvas, inhibe la formación de óxido nítrico pero debe ser probada aún su aplicación tópica para tratar la inflamación ocular. El Silymarin, otro flavonoide, ha sido probado y hallado efectivo en el tratamiento de la inflamación palpebral. El extracto de arándano (vaccinium myrtillus) también contiene flavonoides, además de antocianosidas, taninos y pectinas, y se cree que mejora el flujo sanguíneo microvascular, entre otras ventajas.

Estudios en humanos, han mostrado una estabilidad anormal del film lagrimal en pacientes que consumen antiandrógenos. Se diagnosticó anatomía anormal de la glándula de Meibomio e inestabilidad del film lagrimal en mujeres con síndrome de insensibilidad andrógena completa, lo que sostiene la hipótesis de que los andrógenos son esenciales para el normal funcionamiento de la glándula de Meibomio. Hacen falta mayores investigaciones para ratificar la eficacia del tratamiento con andrógenos sistémico o tópico y sus riesgos.

Conclusiones:

En los últimos cincuenta años se han logrado grandes avances en la comprensión del funcionamiento de la glándula de Meibomio y de muchos de los procesos inflamatorios, hormonales e infecciosos que provocan su mal funcionamiento. Estos avances han conducido a la exploración de nuevas alternativas terapéuticas para tratar esta enfermedad tan común como frustrante.