A raíz de distintas situaciones que se nos plantean todos los días con nuestros niños y adolescentes con respecto a tasas de cobertura, pacientes de riesgo, efectos no deseados de las vacunas, debemos rejerarquizar la inmunización optimizando los beneficios que éstas otorgan, por lo tanto:
La indicación de vacunas es un acto médico que requiere conocer al huésped que queremos proteger, la situación epidemiológica a la cual está enfrentado, el tipo de vacunas que vamos a utilizar y la oportunidad de su uso.
Epidemiología
La poliomielitis o parálisis infantil es una enfermedad de distribución universal prevenible por vacunación desde el año 1955. El mayor impacto de la enfermedad provocada por el virus de la poliomielitis en Argentina ocurrió durante la epidemia de 1956, con 6.490 casos y una mortalidad de 33,7 casos/100.000 habitantes. En 1970/71 se produjo un brote epidémico en la región noroeste y, en menor medida, en otras áreas; en 1978-84 aparecieron nuevos brotes en el noroeste y noreste argentino, siendo el virus polio tipo I el serotipo predominante en todos ellos. El último caso de poliomielitis se registró en Salta en 1984. En ese mismo año, veintiséis países en América habían logrado el control de la poliomielitis con una cobertura del 70% en la región.
En 1988, la Organización Mundial de la Salud fijó como objetivo mundial la erradicación de la poliomielitis para el año 2000, hecho no logrado aún. Se realizaron intensas y efectivas campañas de vacunación con vacuna antipolio oral, revacunaciones extensas, campañas en zonas con bajas coberturas para interrumpir la circulación del virus polio salvaje y se implementó una vigilancia epidemiológica de casos de parálisis fláccida aguda para valorar si eran producidos por el virus salvaje, realizando vacunaciones de bloqueo en los contactos de estos casos. El 23 de agosto de 1991 se registró el último caso de polio de América Latina, en la localidad de Pichuinaki, Junín, Perú. Desde entonces, se investigaron más de 6.000 casos de parálisis fláccidas y se estudiaron más de 25.000 muestras de materia fecal obtenidas de estos casos y de sus contactos, pero en ninguno de ellos se encontró el virus polio salvaje.
En 1994, la Comisión Internacional para la Certificación de erradicación de la poliomielitis declaró que América está libre de virus polio salvaje. En general, todos los países de Europa Occidental y escandinavos están libres de poliomielitis desde hace varios años. La última epidemia en Europa occidental ocurrió en 1992 (Holanda). Sin embargo, el riesgo de importar virus salvaje aún existe, dado que todavía hay países, como en Africa y Asia, que presentan casos esporádicos y brotes de poliomielitis por virus salvaje. En consecuencia, es imperativo no disminuir los controles ni las prácticas de vacunación, como así tampoco la vigilancia epidemiológica, para continuar libres de virus polio salvaje.
En la actualidad se utilizan en el mundo dos tipos de vacunas:
1) la vacuna antipoliomielítica oral (OPV), llamada también Sabin, y
2) la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV), denominada Salk.
Cada una de ellas tiene indicaciones precisas que es necesario conocer. La vacuna Sabin oral (OPV) es una vacuna a virus vivos atenuados, que combina los tres tipos de poliovirus .1, 2 y 3. causantes de la enfermedad. Es la vacuna incorporada al calendario nacional de vacunación. La OPV se administra por vía oral e infecta tanto la mucosa orofaríngea como la gastrointestinal induciendo la formación de Ig A secretoria a nivel local (faríngea y duodenal) en forma similar a lo que ocurre con la infección natural por virus polio. El antígeno vaccinal se excreta en heces durante varias semanas (4 a 6 semanas); infecta ganglios linfáticos y llega luego a la corriente sanguínea, provocando así una doble respuesta: anticuerpos locales y circulantes en el 98-100% de los vacunados.
El antígeno vaccinal excretado en heces interfiere con el poliovirus salvaje y crea barreras epidemiológicas, evitando su diseminación; por otra parte inmuniza a los contactos no vacunados. Esta capacidad de recirculación de las cepas atenuadas contribuye a que la cobertura de inmunización sea mucho mayor que el número de individuos realmente vacunados.
Indicaciones y edad de vacunación con OPV
a) Programa regular: Todos los niños se vacunarán a partir de los 2 meses de vida. No hay un límite máximo de edad para su aplicación, pero de acuerdo a la situación epidemiológica que existe actualmente en el país, se fija como límite los 7 años de edad.
b ) Programa de erradicación: Acciones de bloqueo: ante la existencia de un caso de parálisis fláccida aguda (probable poliomielitis hasta que se demuestre lo contrario) se recomienda iniciar, dentro de las 48 horas, en el área de ocurrencia, la vacunación de todos los niños menores de 7 años (vacunación de barrido) o completar esquemas en las áreas con coberturas superiores a 90%.
Las autoridades sanitarias competentes determinarán la extensión etaria del grupo a vacunar y del área de riesgo identificada.
c) Viajeros no vacunados que ingresarán en menos de 4 semanas a áreas endémicas de polio. Si hay contraindicación de OPV se deberá indicar IPV.
* Sección de Infectología. Departamento de Pediatría. Hospital Italiano, Bs.As, Argentina