Complicaciones postparto

Definición, etiología y tratamiento de la hemorragia postparto

La hemorragia postparto (HPP) se define como una pérdida de sangre que no puede compensarse fisiológicamente.

Autor/a: Radek Bukowski, MD, PhD, and Gary D.V. Hankins, MD

Indice
1. Introducción
2. Etiología de la HPP
3. Prevención de la hemorragia
4. Tratamiento de la Hemorragia Posparto
5. Alternativas quirúrgicas
6. Referencias
La hemorragia postparto (HPP) es una complicación obstétrica frecuente, que es responsable de aproximadamente un 13% de las muertes maternas.

Las chances de morir por una HPP es de 1 en 100,000 partos en Estados Unidos e Inglaterra y es 100 veces mayor en los países subdesarrollados. Puede trae muchas complicaciones incluso llevar a una histerectomía en algunos casos. La incidencia de HPP varía de acuerdo al criterio que se utilice para definirla, con un rango de 3.9% al 18%.

El tratamiento puede incluir el uso de prostaglandinas, hidratación parenteral, reposición con glóbulos rojos, ocitocina y/o cirugía. A pesar de que no siempre los tratamientos son exitosos y la HPP sigue siendo una de las causas principales de muerte maternal en todo el mundo, los resultados son mejores cuando se pesquisa la patología en forma precoz, se previenen las complicaciones y se trata adecuadamente la patología

Dado que la incidencia es bastante alta y los riesgos son muchos, es fundamental que los obstetras estén entrenados para su diagnóstico y tratamiento. Deben poder darse cuenta si la pérdida es excesiva, que la está produciendo, como la deben tratar y como pueden evitarla en un futuro embarazo.

Qué es una pérdida excesiva:

La hemorragia postparto (HPP) se define como cualquier pérdida de sangre que no puede compensarse fisiológicamente lo que lleva a un daño tisular. Por lo tanto, no sólo depende de la cantidad de sangre perdida, sino que también de la expansión plasmática durante el embarazo y de la respuesta fisiológica individual.

En el embarazo, el volumen sanguíneo aumenta un 40% y los glóbulos rojos un 30%. Sin embargo, en algunos casos como la preeclampsia y el retardo de crecimiento intrauterino se asocian con un deterioro en la expansión plasmática. Es así que, la misma pérdida de sangre puede no producir alteraciones en un paciente y llevar a una injuria isquémica en otra.

Clásicamente se consideró a la HPP como primaria cuando se produce una pérdida mayor a 500 mL en las primeras 24 horas y secundaria cuando ocurre entre las 24 horas y los 7 días postparto. Pero, esta definición tiene poca relevancia clínica porque la pérdida normalmente es de 500 a 600 mL en un parto y de 1 L luego de una cesárea. Tampoco sirve esta definición porque la estimación visual de la pérdida hemática es muy imprecisa.

Para evitar este inconveniente la ACOG propuso la definición de HPP como "un cambio de un 10% en el hematocrito de ingreso y el hematocrito postparto o la necesidad de una transfusión sanguínea." Sin embargo, el hematocrito no se correlaciona con el déficit de sangre y glóbulos rojos luego de una hemorragia aguda. Esto se debe a que la pérdida de sangre disminuye el volumen de plasma y glóbulos rojos proporcionalmente. La disminución inicial del hematocrito refleja la reposición de líquidos y la respuesta fisiológica que lleva a la disminución del hematocrito no se hace evidente hasta 8 a 12 horas después cuando el riñón empieza a ahorrar sodio. Por lo tanto, debemos confiar en los métodos clínicos de monitoreo hemodinámico que discutiremos luego.