Los traumatismos cerrados del hígado son ocasionados habitualmente por los accidentes de tránsito o las caídas desde alturas, con lesiones por desaceleración con laceración del tejido hepático. Por otra parte, las lesiones por proyectiles de alta velocidad o los traumatismos romos por aplastamiento, provocan fragmentación del parénquima hepático, con laceración vascular y hemorragia intraperitoneal masiva. Por último, las lesiones penetrantes por herida de arma blanca o de fuego suelen causar sangrado sin mucha desvitalización del parénquima.
Reanimación
Sigue los principios generales para el mantenimiento de la vida en los traumatismos: vía aérea permeable, acceso endovenoso para perfusión de fluidos, soporte ventilatorio y circulatorio y control del sangrado.
Se debe comenzar inmediatamente con el reemplazo del volumen, previa toma de muestras para agrupar al paciente y para las determinaciones urgentes del laboratorio: hemoglobina, recuento de glóbulos blancos, gases en sangre, urea, creatinina y medio interno. Además se deben colocar sondas nasogástrica y vesical.
Se debe sospechar el traumatismo hepático en aquellos pacientes con evidencia de trauma abierto o cerrado en el hipocondrio derecho o en el epigastrio. Es importante extremar la atención en los casos difíciles, como cuando se asocian otras lesiones serias tales como el traumatismo de cráneo o de médula espinal.