1. ¿El embarazo empeora la infección por COVID-19? |
La evidencia disponible a la fecha es INSUFICIENTE para responder categóricamente a esta pregunta, sin embargo de los cerca de 98 casos reportados a la fecha, la mayoría han cursado con cuadros leves, no reportándose ningún caso de muerte materna1,2, esto probablemente debido a la edad (< 40 años) y ausencia de comorbilidades de las gestantes.
Una misión conjunta de la Organización Mundial de la Salud que investigó a 147 mujeres embarazadas (64 confirmadas, 82 sospechosas y 1 asintomática con COVID-19) concluyó que las mujeres embarazadas no tenían mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves debido a COVID-193.
Este hallazgo sin embargo no debe hacer que se descuide la atención de la gestante que debe ser considerada como de ALTO RIESGO de complicación o desenlace adverso debido a los cambios inmunológicos y fisiológicos que experimentan y que la hacen más susceptible a infecciones respiratorias virales.
2. ¿La infección por COVID-19 se asocia a malos resultados materno-perinatales? |
Tampoco existe evidencia concluyente acerca de si la infección por COVID-19 se asocia a malos resultados perinatales.
Existe un reporte de un caso de parto pretermino en una paciente COVID-19 positivo3, sin embargo la serie mas grande reportada de 38 pacientes5 no encuentra diferencias significativas entre los grupos de mujeres embarazadas con y sin COVID-19 respecto a la aparición de preeclampsia severa, diabetes gestacional, ruptura prematura de membranas, sufrimiento fetal, liquido meconial, parto prematuro, asfixia neonatal o atonía uterina.
Faltan estudios con mayor número de pacientes para tener conclusiones mas cercanas a la realidad. Tampoco hay datos acerca del riesgo de malformaciones congénitas en fetos de madres con COVID-19 infectados durante el primer o segundo trimestre.
3. ¿Existe transmisión vertical de la infección por COVID-19? |
Solo existen 2 publicaciones 6,7 que discuten la posibilidad de transmisión vertical del COVID-19, las cuales se basan en el hallazgo de IgM positivo a COVID-19 en 3 recién nacidos de madres positivas; no se pudo demostrar la presencia del virus mediante RT-PCR en los frotis nasofaríngeos de estos neonatos como tampoco se pudo descartar la infección al momento del parto.
No existen datos acerca de pruebas de PCR en sangre de cordón umbilical, liquido amniótico ni en placenta por lo que estos resultados no son concluyentes y se necesita más evidencia al respecto.
En conclusión si bien es cierto que no se puede descartar la posibilidad de transmisión vertical de la infección por COVID-19 si existiera esta parecería ser muy baja.
4. ¿Se puede contagiar el recién nacido por COVID-19? |
Los recién nacidos si se pueden contagiar por COVID-19, pero debido a la inmadurez de su sistema inmunológico generalmente presentan cuadros leves8, aunque existe un caso de muerte neonatal por CID en un recién nacido de madre COVID-19 positivo pero PCR negativo8.
Los neonatos nacidos de mujeres con infección sospechada o confirmada de COVID-19 deben ser cuidadosamente evaluados por neonatólogos. Si hay factores de alto riesgo que incluyen fiebre prenatal y posnatal en la madre, gemelos, ruptura prematura de membranas, parto prematuro, bajo peso al nacer o si el bebé es pequeño para la edad gestacional, se recomienda que el neonato sea admitido en el sala de aislamiento neonatal lo antes posible, donde cualquier cambio en la condición se controla de cerca, y se deben administrar tratamientos sintomáticos y de apoyo oportunos.
La transmisión de virus respiratorios de madre a hijo principalmente ocurre a través del contacto cercano, transmisión a través de gotas (entre cuidadores, familiares y visitantes familiares), infecciones adquiridas en el hospital y exposición a fuentes de infección en lugares públicos.
5. ¿El manejo de la gestante con infección por COVID-19 es igual al de otro paciente infectado por COVID-19 o amerita cuidados especiales? |
En líneas generales el manejo es similar. Las mujeres embarazadas con sospecha o infección probable con COVID-19, o aquellas con infección confirmada que son asintomáticas o se están recuperando de una enfermedad leve, deben ser monitoreadas mediante ecografía cada 2 a 4 semanas para evaluar el crecimiento fetal y volumen de líquido amniótico, con Doppler de la arteria umbilical si es necesario10.
El aislamiento social (cuarentena) es mandatorio durante 2 semanas. En casos confirmados con enfermedad moderada está indicada la hospitalización, de preferencia en una habitación de presión negativa y la terapia antiviral o antibiótica podría indicarse según criterio médico.
En casos severos la paciente deberá ser ingresada a UCI con el soporte de un equipo multidisciplinario, disponibilidad de ventilación mecánica, monitoreo permanente de funciones vitales y posibilidad de uso de agentes inotrópicos. Actualmente no existe un tratamiento específico frente al COVID-19.
6. ¿Está contraindicada la lactancia materna en la puerpera con diagnostico de COVID-19? |
Aunque no conocemos todos los hechos sobre cómo se propaga el COVID-19, no parece estar presente en la leche materna1. Las madres con infección conocida por el COVID-19 o que están en estudio deben tener especial cuidado al amamantar, lavarse las manos, usar una máscara quirúrgica de tres pliegues y, si es posible, extraerse la leche y hacer que otra persona alimente al bebé (CDC, ACOG).
Si la madre está grave o gravemente enferma, la separación parece ser la mejor opción, con intentos de extraer la leche materna para mantener la producción de leche. En caso contrario se pueden considerar las leches maternizadas.
Se ha descrito que, debido a la respuesta inmune a la infección por COVID-19, es posible que la madre produzca suficientes anticuerpos neutralizantes sin desarrollar afecciones graves. Estos anticuerpos pasivos pueden tener un efecto protector sobre los bebés a través de la lactancia materna11.
7. ¿Puede realizarse tomografía del tórax en gestantes con diagnóstico de infección por COVID-19? |
La tomografía axial computarizada (TAC) del tórax tiene una alta sensibilidad para el diagnóstico de COVID-19. En una mujer embarazada con sospecha de infección por COVID-19, una TAC del tórax puede considerarse como una herramienta principal para la detección de COVID-19 en áreas epidémicas12. Se debe obtener el consentimiento informado y se debe aplicar un escudo de protección sobre el útero grávido13.
Sin embargo, debido a que la TAC no está disponible en todas las salas de emergencia y que además expone al feto al riesgo de daño por la radiación ionizante, algunos autores recomiendan encarecidamente el uso del ultrasonido de cabecera para el diagnóstico precoz de la neumonía por COVID-19 en todos los pacientes que acuden a emergencia con síntomas similares a la gripe en la nueva era de COVID-1914.
8. ¿Es la infección por COVID-19 de por sí sola una indicación para culminar la gestación? |
Definitivamente no. El momento y la vía del parto deben ser individualizados, dependiendo principalmente del estado clínico del paciente, la edad gestacional y la condición fetal13.
La indicación obstétrica debe ser la que determine primariamente la vía del parto. Salvo situaciones en que sea necesario por indicaciones maternas o fetales, el COVID-19 no es una indicación para cesárea.
9. ¿Cómo debe ser el pinzamiento del cordón umbilical en recién nacidos de gestantes con infección por COVID-19? |
Con respecto al pinzamiento del cordón umbilical en casos sospechosos, probables y confirmados de infección materna por COVID-19, este debe ser temprano (< 60 segundos) y el neonato debe ser transferido al área de reanimación para su evaluación por parte del equipo pediátrico que lo atiende.
No hay pruebas suficientes sobre si el pinzamiento tardío del cordón aumenta el riesgo de infección del recién nacido por contacto directo. Mientras no se disponga de estudios acerca del riesgo/beneficio del pinzamiento tardío del cordón umbilical en gestantes con COVID-19, los médicos deben abandonar esta práctica13.
10. ¿Se debe modificar la frecuencia de controles prenatales durante la pandemia de COVID-19? |
Para evitar la concentración de pacientes y disminuir la propagación del virus se recomienda limitar los controles prenatales a un máximo de 5. Uno a las 12 semanas, luego a las 20. El tercero a las 28, el cuarto a las 32 y el último a las 38 semanas15. Se debe poner especial énfasis a la valoración del crecimiento fetal.
ERASMO HUERTAS TACCHINO
· Médico Gineco-Obstetra, graduado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con entrenamiento internacional y experiencia en investigación clínica y medicina fetal.
· Ex Jefe de Servicio de Medicina Fetal del Instituto Nacional Materno Perinatal de Lima _ Perú
· Jefe de Servicio de Perinatología de la Clínica San Felipe
· Becario de la Fundación de Medicina Fetal de Londres – Inglaterra
· Becario del Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano (CLAP/OPS-OMS) de Montevideo - Uruguay
· Profesor Asociado del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
· Co-revisor del grupo Cochrane de Embarazo y Parto.
· Past Presidente de la Sociedad Peruana de Ultrasonido en Obstetricia y Ginecología.
· Presidente de la Rama Peruana de la Ian Donald School of Ultrasound
· Vocal de la Sociedad Iberoamericana de Diagnostico y Terapia Fetal (SIADTP)
· Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología (SPOG)
· Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Ultrasonido en Medicina y Biología
· Miembro de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Ultrasonido (FLAUS)
· Académico honorario de la Asociación Latinoamericana de Ultrasonido (ALAUS)
· Miembro de la International Society of Ultrasound in Obstetrics and Gynecology (ISUOG)