Unas áreas minúsculas dañadas del cerebro podrían ser una señal de un aumento del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) o de fallecer por un ACV en las personas sin antecedentes previos de un ataque cerebral, según indica un nuevo estudio.
"Estos hallazgos sugieren que incluso lesiones muy pequeñas captadas por las imágenes cerebrales (incluso sin síntomas) podrían representar una patología temprana y usarse para identificar a las personas con un riesgo más alto de ACV", dijo la investigadora principal, la Dra. Gwen Windham, profesora asociada de geriatría en la Universidad de Mississippi en Jackson.
Las personas que presentaban tanto lesiones pequeñas como lesiones de mayor tamaño tenían un riesgo más alto de ACV o de muerte por ACV, añadió.
"Los hallazgos deberían ser replicados en otras poblaciones, pero sugieren que estas lesiones muy pequeñas son clínicamente relevantes y se necesita más investigación que nos ayude a comprender qué las provoca y cómo las podemos prevenir", dijo Windham.
El informe apareció el 7 de julio en la revista Archives of Internal Medicine.
Para realizar el estudio, el equipo de Windham dio seguimiento a más de 1,800 adultos de 50 a 73 años de edad que participaron en el Estudio del riesgo de ateroesclerosis en las comunidades. Los participantes no habían sufrido ningún ACV en el pasado y se les dio seguimiento durante un promedio de 14.5 años. Los investigadores usaron IRM para identificar las lesiones.
El estudio halló que el riesgo de sufrir un ACV o de fallecer por uno era el triple para los que presentaban lesiones muy pequeñas en comparación con los que no tenían lesiones, y dicho riesgo era entre 7 y 8 veces mayor para los que tenían lesiones pequeñas y grandes.
El Dr. Ralph Sacco, catedrático de neurología en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, dijo que "este estudio se suma a las evidencias en aumento de que los cambios silenciosos en el cerebro podrían ser determinantes de un ACV subsiguiente y de la muerte".
Los ACV silenciosos a menudo se observan con las IRM, especialmente en las personas mayores, pero este estudio evaluó a una población más joven, comentó.
Los ACV silenciosos y otros cambios en el cerebro eran más frecuentes en las personas con otros factores de riesgo, como fumar, la hipertensión y la diabetes, dijo Sacco.
"Deseamos que el público comprenda la conexión entre vivir un estilo de vida saludable y mantener la salud cerebral, que puede ayudar a prevenir un ACV, el envejecimiento mental, además de los cambios silenciosos en el cerebro", dijo.
Aunque el estudio encontró una asociación entre las pequeñas lesiones cerebrales y un mayor riesgo de ACV y muerte por ACV, no demostró que existiera una relación de causa y efecto.
Incluso sin síntomas
Minúsculas lesiones cerebrales con un aumento del riesgo de muerte por ACV
Incluso en las personas que no presentan síntomas, se relacionó unas áreas pequeñas dañadas con unas probabilidades mayores de ACV.
Fuente: Medlineplus