Emilio de Benito
El diagnóstico precoz del alzhéimer está más cerca. La Agencia del Medicamento de EE UU (FDA) ha aprobado un reactivo que puede ayudar a identificar la enfermedad en sus primeras fases. Se trata de un contraste para utilizar junto a técnicas de imagen, ya que lo que hace es que marca una proteína típica de esta enfermedad neurodegenerativa.
En concreto, el producto, llamado flobetapir, es radiactivo, y está diseñado para unirse a las proteínas beta-amiloides características de la enfermedad, que sería visible mediante PET (tomografía por emisión de positrones). Estas proteínas forman placas en las personas con alzhéimer, por lo que su detección puede servir para ver si empiezan a acumularse, y su evolución.
Actualmente no hay una prueba que permita diagnosticar el alzhéimer por sus características físicas. Para indicarlo, se utilizan más bien parámetros de conducta. Si se quiere tener una certeza del 100%, hay que mirar dentro del cerebro mediante una necropsia (y, por tanto, después del fallecimiento).
La causa del alzhéimer no se conoce, pero sí que están muy identificadas dos proteínas asociadas: las beta-amiloides y las tau, que en ambos casos tienden a acumularse en el cerebro (unas fuera de las neuronas y otras fuera, respectivamente), aunque todavía ni siquiera está claro si son causa o efecto de la enfermedad. Hay pruebas en ensayo como medir estas proteínas en el líquido cefalorraquídeo, pero todavía no son concluyentes.
La FDA advierte que esta nueva técnica puede servir para identificar el alzhéimer y otras formas de deterioro cognitivo, pero que no es un diagnóstico 100% fiable. Otras personas sanas también pueden dar positivo, y hay otras formas de deterioro que también presentan acumulación de placas.
La sustancia la fabrica una empresa de Filadelfia, Avid Radiopharmaceuticals. Entre sus reacciones adversas están dolor de cabeza, dolores musculoesqueléticos, fatigas y náusea. Además, hay que tener en cuenta las complicaciones asociadas al manejo de productos radiactivos.
Se calcula que solo en España hay unas 800.000 personas con alzhéimer. El diagnóstico precoz se considera clave para frenar la evolución de la enfermedad, sobre todo porque la patología, de momento, no tiene cura.