La actitud positiva de un médico hacia el alzhéimer es un factor importante en el diagnóstico temprano de la enfermedad, informan investigadores australianos.
Dado que la enfermedad de Alzheimer no tiene cura, algunos médicos no valoran demasiado el diagnóstico precoz de la afección. Pero esa perspectiva es errónea, aseguró la Dra. Nerida Paterson, profesora principal en la disciplina de práctica general de la Universidad de Newcastle.
El diagnóstico temprano permite a los pacientes planificar su propia atención de salud y futuro.
"Una evidencia creciente sugiere que el diagnóstico precoz del alzhéimer y una intervención puntual son beneficiosas, tanto para los que sufren de la enfermedad como para los cuidadores", aseguró Paterson en un comunicado de prensa de la universidad. "Debido a que los médicos son la vía primaria de entrada a los servicios de atención de salud para los adultos mayores, y el punto de contacto regular con el sistema de salud para los individuos que padecen demencia y sus cuidadores, sigue habiendo una necesidad de vencer su ''nihilismo terapéutico'' sobre la demencia".
En su estudio en curso, Paterson y colegas encontraron que la actitud positiva de un médico sobre la identificación y tratamiento de la demencia es el factor más importante para un diagnóstico temprano del alzhéimer. También encontraron que el diagnóstico y la gestión del alzhéimer es mejor cuando los médicos tienen una relación de confianza y personal con las personas que proveen servicios de respaldo para la demencia.
Las remisiones a los servicios de respaldo para la planificación legal y financiera, la educación del paciente y el respaldo del cuidador son parte importante de la gestión del alzhéimer, afirmó a los investigadores la mayoría de médicos.
Otros factores que fomentan un diagnóstico temprano son el respaldo de familiares y cuidadores, la creencia del derecho del paciente de estar informado, y el deseo de los médicos de ser honestos y abiertos con sus pacientes.
Una de las mayores barreras para el diagnóstico precoz es cuando médicos y pacientes tienen prioridades diferentes en cuanto a la salud.
"Con frecuencia, los pacientes mayores sufren de enfermedades complejas y que se solapan en varios sistemas del organismo. Muchas veces estas enfermedades tienen un mayor impacto en sus vidas cotidianas que un deterioro cognitivo leve. Como resultado, cuando ven al médico, la prioridad es abordar sus necesidades de salud no cognitivas", explicó Paterson.
Entre las demás barreras para un diagnóstico puntual se encuentran el hecho de que los médicos son en gran parte dependientes de los pacientes o familiares para que les informen sobre los síntomas de pérdida de memoria; los médicos se enfrentan a desafíos para programar de manera adecuada las remisiones a servicios de respaldo, y temen dañar la relación entre médico y paciente debido a problemas como informar al paciente cuando ya no puede conducir.
Los hallazgos provisionales fueron presentados el 12 de julio en la reunión anual de la Alzheimer''s Association, en Viena.
Paterson y colegas recomendaron que los médicos deben ser educados para estar atentos a síntomas de declive cognitivo. También dijeron que los médicos deben ofrecer remisiones a servicios de respaldo para pacientes de demencia y cuidadores varias veces durante el proceso de diagnóstico y tratamiento.
Facilita el diagnóstico temprano
Las actitudes de los médicos y el diagnóstico del Alzhéimer
Un estudio encuentra que una actitud positiva es crucial para detectar la enfermedad.