Los investigadores informan que los pacientes que se someten a una angioplastia para limpiar una arteria obstruida tienen mayores probabilidades de supervivencia si participan después en un programa de rehabilitación cardíaca.
Los hallazgos, publicados el 16 de mayo en Circulation, son significativos si se considera el hecho de que anualmente se realizan más de 600,000 mil angioplastias en Estados Unidos, según la American Heart Association (AHA).
En el análisis de 14 años los investigadores examinaron los resultados de casi 2,400 pacientes que se sometieron a intervenciones coronarias percutáneas (ICP), conocidas comúnmente como angioplastias. El estudio halló que el 44 por ciento de los pacientes habían participado en por lo menos una sesión de un programa de rehabilitación cardíaca, que normalmente incluye la educación del paciente, los programas de ejercicio personalizado, la asesoría en nutrición, la asistencia para dejar de fumar, la terapia para el control del peso y las evaluaciones médicas para dar seguimiento al progreso del paciente.
En general, los investigadores descubrieron una reducción relativa de 46 por ciento en las muertes por todas las causas entre los pacientes que participaron en un programa de rehabilitación luego de una angioplastia.
"Nuestros hallazgos revelan que los pacientes que se someten a rehabilitación cardíaca luego [de una angioplastia] tienen una mejor supervivencia de largo plazo, alrededor del 50 por ciento mejor que la de aquellos que no participan de rehabilitación cardíaca", comentó en un comunicado de prensa de la AHA el autor del estudio, el Dr. Randal Thomas, director de la Clínica de Salud Cardiovascular de la Clínica Mayo.
Los resultados tomaron en cuenta aspectos de la conducta, como el hábito de fumar, así como también cualquier afección que pudiera afectar la esperanza de vida, incluida la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal o la diabetes. Los investigadores también observaron una diferencia en las tasas de mortalidad, hasta de un mínimo de un año después de la cirugía. Se identificaron mejores resultados en todos los ámbitos, independientemente de la edad o del sexo.
La vocera de la AHA, la Dra. Suzanne Steinbaum, apuntó que "en el pasado la rehabilitación cardíaca había demostrado que reducía la mortalidad después de un ataque cardíaco entre un 20 y un 30 por ciento", pero no fue sino hasta 2006 que Medicare empezó a cubrir los programas de rehabilitación postangioplastia.
"La rehabilitación cardíaca ofrece los beneficios fisiológicos y psicológicos del ejercicio, mejora la adhesión a las terapias preventivas y maneja los factores de riesgo cardiovascular", dijo Steinbaum, directora de enfermedades cardíacas y de la mujer de Lenox Hill Hospital, en la ciudad de Nueva York. "En Estados Unidos, [la] tasa de participación es solo del 25 por ciento, pero claramente como una medida preventiva de la mortalidad por enfermedad cardíaca, la rehabilitación cardíaca es fundamental como plan de tratamiento después de una angioplastia o de la colocación de un stent".
Los autores del estudio enfatizaron que la angioplatia es un tratamiento importante, pero no constituye la cura de la enfermedad cardíaca. "Los programas de rehabilitación cardíaca son eficaces para mejorar la recuperación, la calidad de vida y la supervivencia a largo plazo, porque ayudan a ofrecer las terapias de medicamentos y de estilo de vida que han demostrado enlentecer o, incluso, revertir el proceso de la enfermedad cardíaca", comentó Thomas.
FUENTE: Suzanne Steinbaum, M.D., vocera de la American Heart Association, y directora de enfermedades cardíacas y de la mujer de Lenox Hill Hospital, en la ciudad de Nueva York; comunicado de prensa de la American Heart Association, 16 de mayo de 2011.