Un régimen de ayuda a largo plazo reduce la recurrencia del ataque cardiaco.
Los supervivientes de ataque cardiaco pueden reducir de manera significativa su riesgo de recurrencia coronaria no fatal al participar en un programa intensivo de prevención a largo plazo, de acuerdo con un estudio italiano en el que participaron 3,240 pacientes.
Tras un periodo estándar de rehabilitación después de un ataque cardiaco, la mitad de los pacientes fueron asignados a una intervención conductual y educativa multifacética a largo plazo, mientras que la otra mitad recibió atención habitual.
"La intervención se dirigió a la administración individualizada de factores de riesgo y estilo de vida, y los tratamientos farmacológicos se basaron en las directrices actuales", escribieron los investigadores en la edición del 10 de noviembre de la revista Archives of Internal Medicine. Los pacientes en el grupo de intervención tuvieron sesiones completas con apoyo directo mensual durante seis meses, y luego una vez cada seis meses durante tres años. Las sesiones incluían ayudar a los pacientes con el ejercicio, la dieta, el control del peso y otros factores del estilo de vida.
En total, 556 pacientes experimentaron un evento cardiovascular durante el estudio (17.2 por ciento). La intervención no redujo de manera significativa el riesgo de eventos cardiacos combinados (16.1 por ciento del grupo de intervención y 18.2 por ciento del grupo de cuidado habitual) como la mortalidad cardiovascular, el ataque cardiaco no fatal, el accidente cerebrovascular no fatal, la hospitalización por dolor de pecho, la insuficiencia cardiaca o el procedimiento de revascularización para restaurar el flujo de sangre.
Sin embargo, la intervención sí redujo de forma significativa la incidencia de eventos cardiacos individuales y algunas combinaciones de resultados, incluidos: una reducción de 33 por ciento en la mortalidad cardiovascular más ataque cardiaco y accidente cerebrovascular no fatal (3.2 por ciento en el grupo de intervención en comparación con el 4.8 por ciento en el grupo de cuidado habitual); una reducción de 36 por ciento en la mortalidad cardiaca más ataque cardiaco no fatal (2.5 por ciento frente a 4 por ciento); y una reducción de 48 por ciento en el ataque cardiaco no fatal (1.4 por ciento frente a 2.7 por ciento).
"En el grupo de intervención se observó una mejora marcada en los hábitos del estilo de vida (por ejemplo, ejercicio, dieta, estrés psicosocial, menos deterioro del control del peso) y en la receta de medicamentos para la prevención secundaria", escribieron los autores del estudio.
Los hallazgos refuerzan las investigaciones anteriores que muestran que las ganancias alcanzadas en la rehabilitación cardiaca a corto plazo no se sostienen en el tiempo y sugieren la necesidad de una intervención sostenida e integral con el fin de reducir los riesgos cardiovasculares del paciente después de un ataque cardiaco, concluyeron.
(FUENTE: JAMA/Archives journals, news release, Nov. 10, 2008)