Wearables para la atención médica

Tecnología vestible para apoyar el cuidado de los pacientes

La integración de los wearables en los ecosistemas de salud tiene influencia en la prevención, el manejo de las enfermedades crónicas y la prestación general de los servicios de salud.

La tecnología wearable pasó de estar constituida por simples dispositivos a involucrar estrategias completas de atención médica. Esta integración en lo diario del accionar médico fue posible por los avances en los sensores, el análisis de los datos y el mayor énfasis que hay en la atención centrada en el paciente.

Hemos pasado de una tecnología que era un gadget de consumo a una herramienta integral en la salud. Esta nueva era de los rastreadores de actividad física, los smartwatches y los wearables médicos revolucionó la monitorización del paciente. No obstante, también surgen dudas y desafíos para cambiar el paradigma y aprovechar al máximo la oferta disponible de productos.

Tipos de dispositivos

Hay muchas clasificaciones de los wearables para la salud. Una forma simple de ordenarlos en la siguiente:

  1. Fitness trackers: más allá del simple conteo de pasos, estos dispositivos monitorizan diversas actividades físicas y rutinas de ejercicio. Realizan un seguimiento de la distancia recorrida, las calorías quemadas e incluso tipos específicos de ejercitación. Se integran con aplicaciones móviles y permiten a los usuarios establecer objetivos, así como recibir recomendaciones personalizadas.
  2. Smartwatches: están equipados con sensores de frecuencia cardíaca, acelerómetros y giroscopios. Son capaces de proporcionar datos en tiempo real sobre los signos vitales. Además,contribuyen a la adherencia a la medicación. Tienen la posibilidad de programar notificaciones para los horarios de medicación, recordatorios de hidratación y otras tareas.
  3. Wearables médicos: representan una categoría especializada en la monitorización continua de los signos vitales. A menudo son prescritos por un profesional de la salud y registran parámetros como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la saturación de oxígeno. Al integrarse con bases de datos médicas, garantizan que los datos del paciente en tiempo real sean accesibles al médico.
Desafíos

La existencia de los wearables para la atención no significa que su uso sea fluido ni que esté libre de complicaciones. En principio, hay cuestiones éticas que sortear.

La recopilación continua de datos genera preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad. Se debería contar siempre con reglas claras de para el cifrado de datos y protocolos de transmisión seguros. Es una tecnología que debe cumplir con regulaciones nacionales e internacionales de protección de los datos, como lo es la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA) de Estados Unidos.

Por otro lado, los wearables ganan utilidad cuando se integran con los sistemas de atención médica que ya existen. Si surgen problemas de interoperabilidad se pierden oportunidades. Los esfuerzos deben focalizarse en estandarizar para que los dispositivos puedan comunicarse eficazmente con los registros electrónicos de salud y otras plataformas de atención médica.

En cuanto a la usabilidad, por parte de los profesionales está el obstáculo del tiempo y la necesidad de una capacitación adicional. Es por ello que triunfan aquellas empresas con desarrolladores de tecnología que diseñan interfaces fáciles de emplear y que garantizan una interrupción mínima de los flujos de trabajo ya establecidos. Por parte de los pacientes, hay que considerar que las personas usuarias tienen preocupaciones en torno a la comodidad y la estética. La gamificación y la retroalimentación pueden contribuir al uso sostenido.

El uso de wearables plantea consideraciones éticas. ¿Dónde queda el consentimiento informado para la recopilación de datos? Los usuarios deben estar completamente informados sobre cómo se utilizarán sus informaciones personales y tiene que haber transparencia sobre si algunos resultados de tiempo real o almacenados se compartirán con terceros. Un aspecto ético no menos importante son los algoritmos para las predicciones de salud y sus posibles sesgos. ¿Hay equidad en la toma de decisiones algorítmicas? También existen preocupaciones relacionadas con la estigmatización de las personas que utilizan dispositivos de monitorización de la salud y la necesidad de evitar la sobremedicalización de variaciones normales y fisiológicas.

Finalmente, la adopción de cualquier tecnología wearable en la atención médica debe tener en cuenta las posibles disparidades relacionadas con factores socioeconómicos. El concepto de la brecha digital se extiende a la adopción de estos vestibles y la alfabetización tecnológica, el acceso a una conectividad a internet confiable y la asequibilidad pueden marcar grandes diferencias en una misma población.