En los últimos días una catastrófica tormenta azotó Bahía Blanca y sumergió a la ciudad bajo el agua. El suceso dejó un saldo trágico de 16 personas fallecidas y numerosos desaparecidos. Miles de familias debieron ser asistidas y abandonaron sus hogares. Entre tanta oscuridad, salió a la luz uno de los episodios más emotivos: un valiente grupo de enfermeras arriesgó su vida para rescatar a los bebés recién nacidos de la sala de Neonatología del Hospital Interzonal Dr. José Penna, que se inundó por completo.
Esta institución es uno de los principales efectores de salud de la región, donde había personas internadas de todas las edades. Allí, en cuestión de minutos, un grupo de enfermeras rescató a los “mini pacientes” que se encontraban en la sala de Neonatología mientras la ciudad se desmoronaba ante las impredecibles consecuencias climatológicas. Desde IntraMed, intentamos dialogar con algunas de las protagonistas de esta historia.
En primera persona |
“Bahía es una ciudad fantasma, una ciudad devastada”, comenzó a contar Andrea Ávila, enfermera de Neonatología, con la voz resquebrajada. “Ese día tomé mi guardia a medianoche. Cerca de las 3:30 am comenzó una lluvia copiosa que coincidía con el alerta naranja vigente. Mientras tanto seguimos controlando a los bebés que estaban internados en la Neo. Cuando termina el turno, al salir con mi compañera vemos a una persona del sector de limpieza temblando, llorando. Subimos a esperar el colectivo y descubrimos como la calle principal hacía olas, corría agua con barro. Nos quedamos paralizadas”, continuó Andrea.
Luego agregó: “Volvimos y decidimos ayudar a nuestras compañeras del turno de las 06:00. Yo soy mamá de 2 nenas chiquitas, no podía evitar preguntarme: ¿Qué hacemos? ¿Si nos pasa algo? Ya se había cortado la luz en todo el hospital. No funcionaba el generador. Nos alumbrábamos con las linternas de los celulares. Cuando ingresamos a nuestro servicio fue desesperante ver todo el panorama. Nuestras compañeras ya se habían organizado para evacuar a los bebés. Todas colaboramos en lo que pudimos. Cargamos cajas de leche y pañales. Muchas cosas se perdieron. Fue un momento muy doloroso, en esos instantes no podés comprender cómo tu lugar de trabajo, tu segunda casa, se va destruyendo”.
“Llevamos los bebés a la residencia de madres, arriba de la Neo. Había 4 o 5 madres internadas, las fueron a despertar entre ellas y nosotras. Había muchos bebés sin sus mamás. A los bebés más complejos los llevaron a Pediatría (había una bebé de tan solo 1kg. que mi compañera se la puso en contacto piel a piel porque estaba perdiendo temperatura). Ellos eran los más vulnerables, nos necesitaban. Gracias a Dios todos los bebés están bien. Algunas sabían y otras no la situación de nuestras propias familias. Hasta que no los pude ver no me quedé tranquila”, concluyó Andrea su desgarrador testimonio.
De puño y letra |
Otra de las valientes protagonistas de esta historia es Ruth Flores. Ante nuestro contacto, ella muy amablemente nos pidió si su testimonio podía ser escrito y, sin dudarlo, accedimos para dejar aquí su relato:
Hola, mi nombre es Ruth Flores. El jueves 6 de marzo por la noche ingresé al hospital sin imaginar que mi estadía sería de más de 30 horas. 18 era la cantidad de pacientes neonatos en la internación. El actuar fue rápido, en equipo como tantas veces se realizan las actividades. Los pacientes con requerimiento de oxígeno se llevaron a Pediatría en donde nos esperaban con la unidad preparada. En este caso fue un trabajo de dos servicios. En lo personal junto a la doctora Calahorra y alguien de Seguridad nos hicimos cargo de Amelie, una bebé de menos de mil gramos que aún recibía nutrición parenteral, oxígeno y que requería de su ambiente térmico neutro. La llevamos en incubadora por los pasillos y nuestro límite fue la escalera del subsuelo. No fue el agua, ni la oscuridad, ni las cosas que flotaban en el camino. De ahí en adelante el recorrido fue a pie. Amelie en brazos de la doctora y en mis manos los equipos que se podían llevar. En el caso de Amelie, su mamá no se encontraba internada. Con mis compañeras Clarice y Luciana fuimos turnándonos para darle calor hasta que se pudiera realizar su traslado a otra institución. Durante la tarde llegó el aviso. Con Valeria y Belén, mis compañeras del turno mañana, trasladamos a otros pacientes de Neo. En este mudanza pudimos dimensionar un poco de lo que había sucedido puertas afuera del hospital. Tristeza, dolor, no alcanzaban las palabras.
Soy licenciada en Enfermería recibida en la Universidad Nacional del Sur, especialista en Enfermería neonatal recibida en la Universidad Austral de Buenos Aires. Trabajo en el hospital interzonal doctor José Pena hace seis años. No hay una preparación para estas situaciones, sólo hay un instinto, un actuar en equipo para resguardar la vida de los pacientes siempre. Nos miramos y no hizo falta ni que hablemos: sabíamos que también luchábamos por las madres que no podían estar con sus hijos recién nacidos. Enfermería actúa desde el compromiso con la vida, desde el corazón, porque siempre priorizamos al otro y su entorno. En estas situaciones tristes, como también lo fue la pandemia por COVID, nos hicimos visibles. Cuando pasa el tiempo se olvidan estas acciones, pero Enfermería continúa actuando porque no se capacita para ser vista en tragedias. Se capacita de forma continua, con sus propios medios, para brindar cuidados integrales y de calidad en todo momento.
El equipo de Neonatología del Hospital Interzonal Dr. José Penna: |
-Lic. Mercedes Careddu
-Lic. Romina Moya
-Lic. Rocío Lagos
-Lic. Belén Salazar
-Lic. Maru Coronado
-Lic. Clarisa Marcos
-Lic. Luciana Marrero
-Lic. Andrea Ávila
-Lic. Carolina Cari
Lic. Ruth Flores
-Lic. Valeria Chillemi
-Dra. Mariana Calahorra
-Dra. Sonia Scardapane
El esfuerzo heroico de estas enfermeras se convirtió en un símbolo de solidaridad y compromiso, pero ahora enfrentan una nueva lucha: recuperar el hospital y garantizar que ningún otro bebé tenga que pasar por una situación similar en el futuro. Nuestro respeto hacia todas ustedes, no son solo “heroínas de Neonatología”: Enfermería incluye profesionales titulados que merecen ser valorados dentro del equipo de salud en igualdad de condiciones y con los salarios justos correspondientes. Sabemos que son el recurso humano más valioso al que, lamentablemente, se lo reconoce menos de lo que merece. Como médicos les debemos demasiado: confidencias, complicidad y principalmente humildad para contagiarnos templanza así como para perfeccionarnos en habilidades técnicas. Hoy y siempre, muchas gracias. |
Un lugar devastado y un pedido de ayuda
El Hospital Penna quedó severamente dañado por la inundación. “La sala de neonatología está totalmente destruida, el agua bajó y ahora queda limpiar, acomodar y ver qué se puede salvar”.
El personal de la institución solicita la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población y de que puedan brindar ayuda. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo de pie“, afirmaron las enfermeras.
La ayuda por vía oficial se puede realizar a través de la Asociación de Ayuda al Prematuro NACER.