La situación ya se describe en la prensa como “una de las mayores epidemias de dengue en 30 años de historia”. Y la gravedad había empezado a anunciarse a fines de febrero, cuando el gobierno de Perú decidió declarar por 90 días la emergencia sanitaria en 20 regiones del país. Sucedía que, a esa altura del año, el dengue ya se había cobrado la vida de al menos 40 personas, y los casos confirmados eran 18.000 (habían sido 11.585 para la misma fecha de 2022). En mayo, la prorrogó por 60 días más, a pesar de lo cual en julio batió un récord de casos: el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, del Ministerio de Salud (MinSa), informó en ese momento que, hasta la semana epidemiológica 27, se habían registrado más de 258 mil, y 241 personas habían fallecido como consecuencia del dengue.  Aunque la curva comenzó a caer, entre enero y principios de noviembre se registraron en total 256 fallecidos y 278.332 mil infectados, 10% más de lo reportado en el mismo periodo de 2023. Y con el verano golpeando ya las puertas, los casos han seguido subiendo: fueron 92.000 los nuevos confirmados al 16 de noviembre por el Seguro Social de Salud (más de 200 nuevos casos por semana).

En ese marco –que se agravó tres días después y llevó a que se emitiera una alerta epidemiológica-, el Gobierno inició el 23 de noviembre una prueba piloto de vacunación para niñas, niños y adolescentes de las regiones más afectadas: Piura, Loreto, Tumbes y Ucayali. Para ello había logrado adquirir 445.000 vacunas. Concretamente,  el 20 de agosto, por Resolución Ministerial n.° 555-2024/MINSA, el Estado peruano autorizó la transferencia financiera de 34.027.947.00 soles a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la adquisición de la vacuna cuadrivalente liofilizada contra el dengue

Pero algo no funcionó bien. El 5 de diciembre –con al menos un par de meses de retraso como para que la cuna línea telefónica gratuita (Número 113, opción 1): se había establecido como prioridad. Salud con lupa, un medio digital de comunicación independiente y colaborativo peruano, especializado en la verificación de datos sobre salud pública en Perú y América Latina, indican que, hasta el 17 de diciembre, sólo el 11% de la población objetivo había recibido la primera dosis, de un esquema que requiere dos.

La eficacia de la vacuna que se está aplicando este año en los países de Latinoamérica  está probada para personas mayores de 4 años. Y son niñas, niños y adolescentes, según los  Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia del gobierno de Estados Unidos que se encarga de proteger la salud pública, quienes tienen el riesgo más alto de hospitalización con la segunda infección por virus del dengue. “La vacuna contra el dengue puede proteger contra futuras infecciones de dengue o evitar la enfermedad grave en niños que hayan tenido una infección previa por virus del dengue”, señala el sitio de los CDC.

Y en Perú, la en comparación con el año pasado, la cantidad de casos había aumentado considerablemente sobre todo en los adolescentes de 12 a 17 años de edad (de hecho, hasta el 15 de diciembre,  se han registrado 36.829 casos), lo que impulsó esta campaña: se decidió empezar la vacunación por ellos, y el proyecto planteaba que, desde fines de noviembre, 222.750 niños y adolescentes recibirían, distribuidos en 54 establecimientos -Loreto (9), Piura (26), Tumbes (5) y Ucayali (14)-, dos dosis, con un intervalo de 3 meses (es decir, la segunda, a partir del 23 de febrero del 2025), “bajo aprobación y recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señalaba el 22 de noviembre un comunicado del MinSa.

Al momento del lanzamiento de la campaña, esta fue la información oficial:

·         En Piura, los distritos priorizados son, además de la capital, Castilla, Tambogrande, Sullana, Bellavista, Chulucanas y Pariñas, donde trabajarán  71 brigadas de vacunación  “La idea es que 106 000 niños se vacunen en la región”, resaltó el viceministro de Prestaciones y Aseguramiento en Salud, Herberth Cuba Garcia, en el acto de inicio de la campaña. Y recordó las otras medidas que son necesarias: “la vacunación no reemplaza las acciones de prevención (…). La población debe seguir con las medidas sanitarias de siempre, eliminando los criaderos de dengue de sus viviendas”.

·         En la región Loreto  la población objetivo a más de 53 000 niñas, niños y adolescentes de 10 a 16 años. Allí el lanzamiento de la campaña estuvo a cargo del viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña, quien destacó: “esta nueva vacuna tiene una estructura más eficaz y responde a los serotipos que circulan con mayor prevalencia en el país. Por ello, llamamos a las familias a fortalecer el autocuidado y llevar a vacunar a sus hijos para protegerlos de las formas severas de enfermarse en más de un 80 %”.

·         En Ucayali se estima vacunar a 47 281 niñas, niños y adolescentes, residentes en los distritos de Callería (18 739), Manantay (13 783) y Yarinacocha (14 759). Al momento de dar por iniciada la campaña, el ministro de Salud, César Vásquez, resaltó: “estamos haciendo el lanzamiento oficial de la implementación de la vacuna contra el dengue en el Perú, ya se está usando en Brasil y Argentina. Hoy tenemos una nueva herramienta que deberá ser aplicada en dos dosis en el público etario identificado, con un intervalo de tres meses entre cada dosis. Está demostrado que la prevención es la mejor forma de luchar contra la enfermedad”.

·         Y en Tumbes, se busca llegar a vacunar más de 16 000 niños, niñas y adolescentes. El plan piloto prevé 1795 vacunados en Corrales; 12 228 en la ciudad de Tumbes, y 2052 en Zarumilla. “Estoy seguro de que Tumbes logrará la meta gracias al compromiso de sus actores sociales y autoridades. Este es un inicio, pero el verdadero reto es alcanzar la cobertura y garantizar la segunda dosis el próximo año. Estoy convencido de que la región logrará este objetivo con éxito”, señaló Cristian Díaz Vélez, director general de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública.  Por su parte, la directora regional de Salud de Tumbes, Victoria Castillo, celebró que su región haya sido integrada al plan piloto.  “Me siento muy honrada de que Tumbes haya sido seleccionada. Con el apoyo de nuestras autoridades, estamos avanzando hacia una mejor salud para nuestros ciudadanos”, afirmó.

Pero por algún motivo (del que el Gobierno no ha dado cuenta hasta ahora oficialmente), la campaña va muy lenta, en momentos en los que el país “atraviesa una de las mayores epidemias de dengue en 30 años de historia”, señala el informe de Salud con lupa, y agrega: “nuestro país no logra revertir el impacto del dengue que se ha agravado en los dos últimos años con servicios de salud colapsados, en varias regiones, para atender a los pacientes por complicaciones de la infección”.  E insiste en destacar lo que la OMS lleva tiempo advirtiendo:  la vacunación  debe ser parte de una estrategia integral, que incluya medidas intensivas de control de vectores y participación comunitaria.

Y el futuro no se ve mejor: solo para el primer semestre del año que está por empezar (y para entonces, los efectos de la vacuna apenas serán perceptibles, dado que –insistimos- son necesarias dos dosis separadas por seis meses, el Ministerio de Salud estima que se registrarán 290,936 casos de dengue. “Las lluvias en el norte del país, el aumento de la temperatura y la poca preparación de los servicios de salud son ingredientes para el avance del dengue, así como el déficit hídrico que atraviesan Piura, Loreto y Cusco. En estas regiones, las personas se ven obligadas a guardar el agua que consiguen en baldes y, si estos no están cerrados ni lavados correctamente, allí se depositarán las larvas que luego se convertirán en mosquitos adultos”, advierte el reporte.