La generación más joven, la Generación Z, creció en medio de grandes cambios de la atención médica y desconfían de los actores tradicionales del sector. Hay casi un 10 % de desconfianza en la información que manejan los proveedores (una tasa 9 veces más alta que la generación silenciosa de más de 75 años).
Son los menos dispuestos a compartir datos de salud, especialmente con los proveedores y las aseguradoras. El 17 % no quiere compartir sus datos de salud con ninguna parte interesada.
El 60 % de los miembros de la Generación Z utilizaron la atención virtual en los últimos 12 meses y un tercio accedió a ella a través de mensajes de texto. Este último dato representa la cifra más alta en comparación con cualquier generación.
La Generación Z también es el principal grupo etario que utiliza la IA para preguntas de salud. Aproximadamente, un 29 % utiliza herramientas como ChatGPT para necesidades sanitarias, como "diagnosticar" sus afecciones (18 %) y explorar opciones de tratamiento (16 %).
El 68 % de los millennials utilizó la atención virtual en el último año. Esto es 10 puntos porcentuales más que el promedio en todas las edades.
Los millennials se conectan con sus proveedores de salud a través de llamadas telefónicas (49 %), a través de aplicaciones, sitios web y mensajes de texto (45 %) o videos en vivo (44 %), y utilizan la atención virtual con mayor frecuencia para la atención primaria (29 %), la atención mental (25 %) y el bienestar general (24 %). Superan a todas las demás generaciones en términos de poseer un dispositivo portátil o conectado (66 %). Son, además, los principales propietarios de relojes inteligentes (44 %).
Esta generación está menos atada a las relaciones regulares y a largo plazo con los proveedores de salud. Es decir, no se refiere solo a un proveedor principal, sino a varios.
Es posible que vean menos ventajas en compartir sus datos, especialmente si los proveedores no los monitorean a lo largo del tiempo. En general, solo la mitad de esta generación confía en que los proveedores usen bien sus datos de salud. Aun así, están muy comprometidos con la tecnología, lo que los convierte en la generación más dispuesta a confiar en las empresas tecnológicas.
No son nativos digitales como los millennials. Intercalan su vida entre la crianza de los hijos y el cuidado de sus padres ancianos. Además, hacen malabarismos con su trabajo.
Esta generación utiliza la salud digital en sus propios términos y cuando creen que les facilitará la vida. Más del 70 % de los que acceden a la atención virtual lo hacen a través de su proveedor y el 71 % se siente cómodo compartiendo sus datos de salud con los proveedores (21 puntos porcentuales más que los millennials). Aun así, para varios, lo digital aún no puede reemplazar a la atención en persona.
Solo la mitad posee un dispositivo portátil o conectado, 16 puntos porcentuales menos que los millennials. Aquellos que poseen dispositivos, los usan para el seguimiento digital (el 79 % de los propietarios de dispositivos de la Generación X rastrean al menos una métrica de salud digitalmente). No obstante, están menos dispuestos a invertir en adquirir más herramientas de seguimiento.
La administración de la medicación es claramente lo más importante para los baby boomers. La mayoría (87 %) toma al menos un fármaco recetado, mientras que casi la mitad (47 %) tiene más de cuatro recetas.
Muchos baby boomers están recurriendo al seguimiento de sus parámetros de salud y la mayoría (55 %) hace un seguimiento de sus medicamentos. En concreto, el 47 % sigue su presión arterial, aunque rara vez lo hace de modo digital.
Generalmente, es una generación abierta a compartir sus datos, con un 93 % (4 puntos porcentuales por encima del promedio) de disponibilidad a compartir con al menos una de las partes interesadas, sea proveedor o empresa tencológica. Pero la confianza tiene sus límites: casi la mitad no está dispuesto a compartir con las aseguradoras.
Los mayores de 75 realizan un seguimiento de su salud en mayor medida que cualquier otra generación (el 88 % realiza un seguimiento de al menos una métrica de salud de forma digital o analógica). Son los principales rastreadores de métricas médicas esenciales, como el peso, la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
A pesar de crecer en un mundo totalmente analógico, el 35 % realiza un seguimiento digital de al menos una métrica de salud. Además, más de 2 de cada 5 (41 %) utilizaron la atención virtual en los últimos 12 meses, solo 7 puntos porcentuales menos que los baby boomers.
La generación silenciosa comparte fácilmente sus datos. Probablemente, esperando que los proveedores los usen para coordinar y mejorar su atención.
El 76 % "confía completamente" en la información que recibe de sus médicos y el 90 % está dispuesto a compartir sus propios datos de salud. Pero esa confianza se detiene frente a las empresas de tecnología, ya que hasta el 97 % no está dispuesto a compartir sus datos de salud con ellas.