Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.
Una versión más corta de la radioterapia con dosis estándar es tan efectiva como la convencional para tratar el cáncer de próstata, sin comprometer la seguridad de los pacientes. Este enfoque más breve, denominado radioterapia hipofraccionada isodósica (MHFRT, por sus siglas en inglés), administra dosis ligeramente más altas en cada sesión, lo que reduce la duración total a solo cuatro o cinco semanas, en lugar de las tradicionales siete u ocho.
Los hallazgos, publicados en The Lancet Oncology, confirman que los pacientes tratados con MHFRT logran tasas de control del cáncer equivalentes a las de la radioterapia convencional. Además, el riesgo de efectos secundarios a largo plazo en la vejiga y los intestinos no aumentó.
A pesar de que la MHFRT ya es una modalidad en uso, algunos especialistas tienen reservas sobre si la administración de una dosis más alta podría aumentar el riesgo de efectos adversos urinarios y gastrointestinales. Por ejemplo, incontinencia, diarrea crónica o sangrado rectal. Los autores de la nueva publicación creen los datos respaldan que la MHFRT isodósica sea el régimen estándar para tratar el cáncer de próstata.
El equipo de investigadores analizó datos de más de 5800 pacientes en siete ensayos clínicos aleatorizados. Se compararon la radioterapia convencional, la MHFRT isodósica y la MHFRT con dosis escalada.
Los resultados indicaron que los pacientes tratados con MHFRT isodósica (60 Gy en 20 fracciones) obtuvieron tasas de control del cáncer similares a las de la radioterapia convencional. La tasa de supervivencia libre de progresión a cinco años fue prácticamente idéntica: 77 % con MHFRT isodósica y 75,6 % con radioterapia convencional. Por otro lado, los pacientes que recibieron MHFRT con dosis escalada no mostraron una mejora significativa en el control de la enfermedad.
El cáncer de páncreas sigue siendo una de las enfermedades más letales del mundo, con un diagnóstico tardío en la mayoría de los pacientes. Se estima que cerca del 90 % de estos tumores son impulsados por mutaciones en el gen KRAS.
En 2021 se aprobó el primer inhibidor de KRAS para tratar el cáncer de pulmón no microcítico con mutaciones KRAS G12C. Sin embargo, con el tiempo se observó que los tumores con esta alteración pueden desarrollar resistencia a las terapias dirigidas a una sola forma de la mutación. Luego, se reveló un inhibidor específico para la mutación KRAS G12D (más común en el cáncer de páncreas). Este inhibidor no solo reducía los tumores en modelos preclínicos, sino que también estimulaba el sistema inmunitario.
En este nuevo estudio, los investigadores evaluaron los inhibidores RAS(ON) multiselectivos, incluyendo el agente en investigación daraxonrasib y el compuesto experimental RMC-7977. Ambos fármacos funcionan de manera diferente a los inhibidores KRAS clásicos, ya que se dirigen al estado activo ("ON") de múltiples formas de la mutación RAS.
Los datos mostraron que la inhibición RAS(ON) multiselectiva no solo fue eficaz en modelos preclínicos de cáncer de páncreas, sino que su combinación con inmunoterapia mejora significativamente la respuesta. Todos los modelos experimentales presentaron reducción tumoral y, en la mitad de los casos, el tumor desapareció por completo.
Daraxonrasib ya se está evaluando en ensayos clínicos en Estados Unidos. Actualmente, hay un estudio en curso que investiga la combinación de inhibidores RAS(ON) con otras terapias en pacientes con tumores sólidos gastrointestinales, incluyendo el cáncer de páncreas.
Fuente: Colorectal Cancer Label-Free Impedimetric Immunosensor for Blood-Based Biomarker CCSP-2
El cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte relacionada con cáncer en el mundo. Sin embargo, los métodos de detección actuales, como la colonoscopia y las pruebas basadas en heces, tienen limitaciones. Mientras que la primera es más costosa e incómoda para muchos pacientes, las segundas podrían arrojar resultados poco confiables o falsos positivos.
Para abordar este problema, un equipo de científicos de la Universidad de Texas, en El Paso, está desarrollando un dispositivo portátil. El aparato identifica la presencia de una proteína específica del cáncer colorrectal, la CCSP-2, en muestras de sangre.
El dispositivo se basa en la detección de la proteína CCSP-2 porque su presencia en las células cancerosas es 78 veces mayor que en las células normales. Por lo tanto, la capacidad de detectarlar en la sangre la convierte en un biomarcador preciso para el diagnóstico de la enfermedad. O, al menos, para incrementar la sospecha y luego indicar métodos convencionales de diagnóstico a los pacientes que realmente los necesitan.
El objetivo final del equipo desarrollador es crear una herramienta que pueda ser utilizada tanto en consultorios médicos como en el hogar. Ello facilitaría la detección temprana y reduciría la necesidad de procedimientos invasivos en personas que nos los requieren. No obstante, todavía se necesitan pruebas clínicas que validen el dispositivo para su comercialización.