A medida que se acercan las fiestas, muchas personas sienten que llegan al fin del año "quemadas". Esa sensación de agotamiento extremo, irritabilidad y falta de motivación es un fenómeno ampliamente reconocido como el “síndrome de fin de año”, a menudo relacionado con el estrés acumulado a lo largo de los meses. Especialistas del Hospital de Clínicas hablan de este síntoma que es parte de un problema más grande.
El estrés es una respuesta física y mental esencial frente a la incertidumbre, el cambio o la amenaza, diseñada para ayudarnos a superar situaciones desafiantes. Sin embargo, su impacto en la salud depende de la capacidad de resiliencia individual, definida como la habilidad de enfrentar, absorber y recuperarse de adversidades. La resiliencia se nutre de experiencias previas, recursos personales y las herramientas adquiridas a lo largo de la vida.
El síndrome Burnout es un trastorno que afecta a trabajadores de diversas profesiones y se caracteriza por un agotamiento emocional profundo, despersonalización y una disminución de la sensación de logro personal. “En este contexto, el estrés se convierte en un compañero constante y, en muchos casos, dañino”, explica la Dra. Cynthia Dunovits (MN: 123009), especialista en psiquiatría del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas. A medida que se acumulan las demandas laborales, las horas extras y las expectativas poco realistas, muchas personas sienten que están al borde.
Pero este trastorno no es exclusivo de aquellos que trabajan presencialmente. Aquellos en modalidad de home office también enfrentan la presión constante de estar conectados, de cumplir con plazos sin el respiro que ofrece el espacio de una oficina. “El home office ha demostrado ser un arma de doble filo. Si bien ofrece flexibilidad, al mismo tiempo puede generar una sensación de desbordamiento, difuminando las líneas entre la vida personal y profesional” comenta Dunovits.
Los factores que contribuyen al desarrollo del Burnout son variados y muchas veces interrelacionados. Estrés laboral, largas horas, falta de descanso y apoyo insuficiente son solo algunos de ellos. “El cansancio, la frustración y la sensación de no poder continuar en el trabajo deterioran no solo el rendimiento sino también el bienestar psicológico”, refiere la especialista.
La vida moderna, llena de expectativas, y la presión constante por ser productivos han llevado a un aumento de síntomas de agotamiento emocional en diversos sectores. “Los síntomas del Burnout —fatiga crónica, dolores de cabeza, irritabilidad— pueden presentarse ya sea en un entorno de oficina o en casa”. Si no es identificado y tratado el burnout puede llevar a la depresión, trastornos de ansiedad, consumo de sustancias (todos los cuales tienen tratamiento) y hasta al suicidio en situaciones extremas”, indica Dunovits.
“Cualquier profesional de la salud lo puede padecer, hay clara evidencia de médicos de diversas especialidades que lo padecen tanto terapia intensiva como medicina familiar” comenta la psiquiatra.
La Importancia de identificar y actuar |
La clave para enfrentar este desafío es la identificación temprana de los síntomas del Burnout. “Es esencial reconocer cuándo una persona está en riesgo. La falta de energía, la irritabilidad y la sensación de desconexión son señales claras de que se necesita hacer un cambio”, explicó la especialista. Ignorar estos signos puede tener consecuencias serias, no solo para la persona afectada, sino también para su entorno laboral y sus relaciones personales.
El círculo vicioso creado por el Burnout no solo afecta el desempeño laboral; también impacta la vida personal, dejando a las personas aisladas y desconectadas de sus seres queridos. Los expertos coinciden en que compartir experiencias y tiempo de calidad con seres significativos es crucial para prevenir el Burnout, además de implementar medidas en las organizaciones para promover un ambiente de trabajo saludable.
“Recordar que cuidar de uno mismo es el mejor regalo que podemos darnos en estas fiestas. Si sentimos que el estrés se vuelve abrumador, no hay que dudar en buscar apoyo profesional” sostiene la Lic. Sandra Germani (MN: 34699) coordinadora del programa “Neurociencia del Bienestar” del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas.
La especialista hace una serie de recomendaciones sobre cómo afrontar el fin de año:
1. Planificar con antelación. Organizar tareas en una lista realista. Priorizar lo más importante y dejar espacio para imprevistos. No intentar hacer todo.
2. Establecer límites. Aprender a decir "no" a compromisos que excedan la capacidad física o emocional. Proteger el tiempo y energía. El límite resguarda.
3. Dedicar tiempo a actividades relajantes. Reservar al menos 15 minutos al día para actividades que relajen, como leer, escuchar música, practicar yoga o simplemente respirar profundamente. Las pausas recargan energía y permiten sostener la actividad.
4. Evitar el perfeccionismo. No exigirse que todo sea perfecto. Las fiestas son momentos para disfrutar, no para buscar estándares inalcanzables.
5. Mantener una rutina de sueño. Dormir bien es clave para manejar el estrés. Establecer horarios regulares para acostarte y levantarte, incluso durante los días festivos.
6. Cuidar nuestra alimentación. Disfrutar de las comidas típicas, pero evitar los excesos. El equilibrio en la alimentación impacta directamente en el estado de ánimo y energía.
7. Establecer un presupuesto. Evitar el estrés financiero estableciendo un límite de gasto y apegándote a él. Recordar que los regalos significativos no siempre son los más costosos.
8. Hacer ejercicio regularmente. Actividades físicas como caminar, bailar o hacer estiramientos ayudan a liberar tensiones y mejoran el estado de ánimo.
9. Conectar con seres queridos. Dedicar tiempo a las personas importantes en nuestra vida. Las relaciones significativas son una fuente de apoyo emocional.
10. Aceptar emociones. Es normal sentir estrés, nostalgia o incluso tristeza en esta época. Validar emociones y buscar momentos para expresar lo que sentimos, ya sea hablando con alguien o escribiendo.
“El síndrome de fin de año” debe ser visto como un llamado de atención sobre el creciente problema del Burnout en todos los niveles del trabajo. “Reconocer sus síntomas y actuar de manera proactiva es esencial para cuidar nuestra salud mental y emocional, tanto en el hogar como en el trabajo. Ya sea que trabajes desde casa o en un entorno presencial, la clave está en escuchar a tu cuerpo y tu mente, y recordar que, al final del día, el bienestar debe ser una prioridad” coinciden las especialistas
El reconocimiento y la intervención temprana son esenciales para prevenir que el Burnout se convierta en una crisis personal y profesional. El cuidado de la salud mental y emocional debe ser considerado una prioridad en todas las organizaciones, particularmente en aquellas que requieren un alto nivel de compromiso y responsabilidad. La salud de los trabajadores no es solo un asunto individual; es una inversión en la fuerza laboral del futuro.