"El horror de mi infancia era que yo sabía que se acercaba el tiempo en que debería renunciar a mis juegos y eso me parecía intolerable. Entonces resolví seguir jugando en secreto".
James Matthew Barrie.
¿Es Pediatría la más idealizada de todas las especialidades? En tiempos donde cada vez más médicas y médicos se replantean elegir esta formación de posgrado, hoy más que nunca es necesario reivindicar el rol del pediatra. Probablemente con los bolsillos flacos pero el consultorio lleno de trofeos garabateados. En la guardia o en los hospitales. En los llantos virtuales de las consultas por mensaje en cualquier horario o en la trinchera del centro de salud. Ahí, desde el acompañar a nacer, crecer o en lo inevitable de la agonía, es imprescindible la intervención de la Pediatría.
Dr. Esteban Crosio (IntraMed)
Microspostales: Hospital de Niños Victor J. Vilela (Rosario, provincia de Santa Fe)
"Piensa en el niño que más amas en el mundo. ¿Estarías bien si no pudiera encontrarles un pediatra o un especialista en pediatría si realmente lo necesitaran? Si bien puedes hacer cualquier cosa por este niño que conoces y adoras, nuestra nación dice que la atención médica brindada a los niños es menos valiosa que la que se brinda a los adultos. Los médicos jóvenes lo han escuchado y dicen “No, gracias” a una carrera en pediatría. El mes pasado, muchos programas de residencia en los EE. UU. Descubrieron silenciosamente que no llenaban con éxito sus vacantes entrantes de futuros pediatras. En comparación con los resultados coincidentes desde 2017, con tasas de ocupación que rondan el 98 %, este año solo el 91,8 % de las plazas de residencia pediátrica fueron cubiertas con éxito. Es probable que las presiones financieras sean un importante componente disuasorio para ingresar a la profesión. La pediatría ha estado durante mucho tiempo entre las especialidades médicas peor pagadas del país. Con la creciente carga de deuda derivada de la formación médica, elegir pediatría u otra especialidad mal remunerada se vuelve cada vez más difícil. Al desafío de una gran carga de deuda se suma el hecho de que la formación en subespecialidades pediátricas suele durar tres años sin un gran aumento de ingresos en comparación con la pediatría general. Este panorama puede resultar desalentador para quienes en el sistema intentan brindar atención de alta calidad con menos recursos. La urgencia de este momento significa que los niños con todos los tipos de seguro están teniendo dificultades para recibir atención, y la situación va a empeorar. Se prevé una escasez de especialistas pediátricos en muchos campos y, sin una afluencia de nuevos aprendices, esta escasez se verá exacerbada. No sólo hay menos estudiantes de medicina que eligen ingresar a la pediatría, sino que muchos pediatras también están abandonando el campo temprano o eligiendo horarios a tiempo parcial para que la carrera sea sostenible. Si bien una infancia saludable no garantiza una edad adulta saludable, una infancia no saludable ciertamente hace que sea menos probable una edad adulta saludable. Si la sociedad quiere adultos sanos para el futuro del país, los niños de hoy necesitan una fuerza laboral médica con quien contar. El país necesita pediatras. Le pedimos que piense en ese niño que ama y abogue por cambios que apoyen la sostenibilidad de la atención pediátrica. Sabemos profundamente que las vidas de estos niños tienen valor. Respaldémoslo con políticas sanitarias." JAMA. Publicado online el 03/07/2024. |
En un artículo publicado recientemente en JAMA, la Dra. Katherine Jordan hace una serie de consideraciones sobre la caída en la cobertura de plazas pediátricas ofrecidas en el examen 2024 en los Estados Unidos.
El análisis manifiesta directamente la desatención a la especialidad por parte de las autoridades en relación a menores honorarios, tiempo utilizado en lograr formación, condiciones laborales y otras cuestiones que desalientan la elección de la especialidad a diferencia de otros posgrados elegidos con mejores condiciones en muchos sentidos.
Siendo una problemática a nivel global, acelerada posterior a la pandemia COVID-19, nuestro país no escapa a estos alcances.
Afortunadamente, sobran los datos y estadísticas nacionales donde por lo menos desde hace 20 años esta tendencia puede verse. Las interpretaciones pueden ser variadas, en este sentido, y viendo los constantes resultados en referencia al tema es importante atender a la mirada de quienes ejercen la pediatría.
Algunos aspectos de los cambios formidables en relación a la caída de la morbimortalidad infantil a nivel nacional en las últimas décadas estuvieron en relación a los adelantos en tratamiento de enfermedades prevalentes, en disponibilidad de recursos materiales y nuevas y complejas prestaciones de servicio. La formación y entrenamiento de los pediatras y subespecialidades, hizo que muchos puestos asistenciales públicos, privados y de la seguridad social, ofrecieran una verdadera atención de terapia intensiva, al tiempo que los conflictos de roles, la sobrecarga laboral, las bajas remuneraciones, la irregular forma de contratación y el desgaste profesional entre otros eventos negativos penetraban sistemáticamente en los equipos de trabajo. Ello no fue inocuo en el recurso humano formado o hacia el personal en formación.
En los años 2000 esa primera oleada de descontento y reacción de los pediatras ocasionó puestos vacantes por renuncias; el sistema de atención movilizó a una respuesta (COFESA 2009) creando aumento de plazas de residencia; a lo largo de los años, incluido los tiempos actuales, se sucedieron otras estrategias que incluyeron aumento del tiempo en los planes de residencia básica de pediatría, descanso posguardia, modificación del reglamento de residentes, reacomodación de remuneración, aportes jubilatorios, modificación de aportes a cajas y colegios médicos, entre otras.
Sin embargo, las medidas tomadas por las autoridades responsables de gestión no han podido contener esta tendencia con respecto a las vacantes de pediatría. Desde la mirada del pediatra la respuesta parece ser simple y evidente; todavía no se han diseñado las estrategias e implementado las medidas que puedan contener y proveer al pediatra formado de sus necesidades en el ejercicio profesional; no sólo sirven medidas que se dirijan al sector guardia o emergencias sino de medidas globales a toda actividad que el pediatra ejerce en los distintos dispositivos de atención: guardia, ambulancias, consultorios, internación, docencia y el resto de los múltiples lugares donde se ejerce la pediatría.
Es probable que con condiciones laborales resueltas el pediatra llegue a ser ejemplo para quienes quieran abrazar esta disciplina. La pediatría acredita muchos años de saber en la atención del particular grupo etario que ninguna medida o estrategia alternativa da resolución. Como se ha visto en otros lugares, la utilización de otras disciplinas médicas y no médicas, los sistemas remotos de atención e inclusive ahora la inteligencia artificial han podido suplantarla, lo que es más alarmante al querer ocasionar un beneficio real en la población pediátrica.
¿Dónde están los pediatras? Aquí, hoy algunos creando asociaciones pediátricas con personería jurídica con capacidad de negociación de las condiciones laborales. Una nueva estrategia en el mar de intentos para conseguir frenar esta tendencia con mejores condiciones laborales pero marcando el posicionamiento de quienes ejecutan el trabajo y en el mejor de los casos a estimular a continuar por el camino de la pediatría..
Un día un pediatra dijo, “Por un niño sano en un mundo mejor , atendido por pediatras felices”, no forma parte de una utopía sino de un camino cierto del que los pediatras que quedamos queremos transitar e invitar a hacerlo.
Dr. Edgardo Flamenco
Médico Pediatra - Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Secretario del Comité Nacional de Ejercicio Profesional de SAP
Coordinador docente de Salud en la infancia y adolescencia 2. Universidad Nacional Arturo Jauretche.
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