Avance tecnológico

Uso de dispositivos digitales para la detección y el manejo de arritmias

Mención especial de los dispositivos digitales que hoy facilitan el tratamiento de arritmias en pacientes de todo el mundo.

Según la tecnología utilizada para monitorear el ritmo cardíaco, los dispositivos digitales se dividen en dos grupos:

  1. Basado en electrocardiograma (ECG).
  2. No basado en ECG, incluida la fotopletismografía (PPG-photoplethysmography).

La selección del dispositivo debe adaptarse al paciente, teniendo en cuenta la frecuencia de los síntomas, la duración prevista de la monitorización, la infraestructura local y la preferencia del paciente. 

Es importante conocer las diferencias entre los dispositivos basados en PPG:

  • Sensores basados en fuente de luz y fotodetector.
  • Mide los cambios en el volumen de sangre tisular en función de la luz reflejada.
  • Genera ondas en forma de pulso.
  • La frecuencia cardiaca se deriva, no se obtiene directamente.
  • El ritmo cardiaco anormal puede detectarse mediante algoritmos incorporados.

Respecto a los dispositivos basados en ECG:

  • Basado en electrodos.
  • Genera un trazado electrocardiográfico.
  • Permite el análisis/diagnóstico directo del ritmo cardiaco.

Si bien podemos obtener un diagnóstico a partir del ECG, se requiere la supervisión de un médico para confirmar el ritmo. El ECG de 12 derivaciones representa el gold standard para el diagnóstico de arritmias. Sin embargo, un ECG de 12 derivaciones tiene limitaciones de disponibilidad y no puede diagnosticar arritmias paroxísticas si el registro se realiza durante periodos asintomáticos. Los dispositivos digitales basados ​​en ECG pueden superar estas limitaciones de disponibilidad. Aunque la mayoría de los dispositivos digitales proporcionan ECG con menos de 12 derivaciones, un ECG de una sola derivación puede ser suficiente para diagnosticar el tipo de arritmia.

A continuación, algunas consideraciones a la hora de utilizar dispositivos digitales para el diagnóstico de arritmias sintomáticas: 

  1. Muchos dispositivos digitales no registran continuamente el ritmo cardiaco; en este caso, los registros deben ser iniciados por el usuario y, en caso de compromiso hemodinámico, esto podría no ser posible.
  2. El inicio de una grabación requiere varios segundos seguidos de un registro de al menos 30 segundos. Este retraso hace que las tecnologías digitales existentes sean poco adecuadas para diagnosticar arritmias breves.
  3. Antes de tomar decisiones terapéuticas basadas en registros de dispositivos digitales (es decir, iniciar la anticoagulación por presunta FA o considerar un desfibrilador automático implantable por presunta taquicardia ventricular [TV]), es imperativo confirmar la arritmia descartando cuidadosamente un artefacto o ruido. Para minimizar el riesgo de falsos positivos, la calidad de la grabación es clave, y los pasos para minimizar la desviación y los artefactos de la línea de base son esenciales.

Cualquier arritmia detectada mediante registros de PPG debe confirmarse mediante un ECG de 12 derivaciones si es posible o un dispositivo basado en ECG, cuando el ECG de 12 derivaciones no está disponible.

Un elemento esencial en el documento es el screening de FA. Si hay que extraer una conclusión de esta parte, la esencial es que la detección sistemática mediante ECG intermitente es beneficiosa para detectar la FA en personas mayores de 75 años; ese ECG intermitente se define por datos provenientes de estudios donde los registros de ECG se realizaban de forma intermitente cada 2 semanas en forma de 2-4 veces al día o 2 veces a la semana durante un año.

Por su parte, Emma Svennberg, del Karolinska Institute, explica el objetivo del documento: “Esta es la primera guía práctica para médicos sobre el uso de dispositivos digitales para la monitorización del ritmo y la frecuencia cardiaca, un área que ha aumentado exponencialmente con la llegada de los teléfonos inteligentes y los wearables o dispositivos portátiles”, además añadió también “El documento aclara qué tecnologías deben usarse y cuándo, y es un paso hacia una atención médica más equitativa. Nuestra coautora representante de pacientes, Inga Drossart, también nos ayudó a incluir la perspectiva no médica”.

Actualmente, una tira de ECG de una sola derivación de 30 segundos es suficiente para diagnosticar la FA. Las guías de la ESC de 2020 para el diagnóstico y el tratamiento de la FA aún recomiendan la interpretación manual de trazados de una sola derivación con registradores portátiles, pero la precisión de las interpretaciones automatizadas de algoritmos de ECG de una sola derivación y PPG está mejorando rápidamente. Por lo tanto, la precisión de la interpretación automatizada de los registros manuales de ECG y PPG podrá algún día ser tal que la interpretación manual ya no sea obligatoria para el diagnóstico de FA.