Investigación Clínica en Atención Primaria

¿Necesitamos una publicación modelo de artículos originales del campo de la Atención Primaria de la Salud?

A través de este artículo, los miembros del comité editorial de la revista "Archivos de Medicina Familiar y General" esperan que futuros lectores y futuros investigadores envíen sus trabajos con el objetivo de que sus conocimientos puedan ser difundidos donde sea útil su aplicación.

Autor/a: Dres. Ciapponi A. , Terrasa S.

Indice
1. Desarrollo
2. Bibliografía

En este artículo editorial se describe una de las trampas en las que se encuentra atascada la generación y difusión de conocimientos científicos en el mundo subdesarrollado. Además de la escasez de financiamiento y de las dificultades para acceder al mismo por parte de los investigadores locales, estos privilegian el envío de sus manuscritos a publicaciones internacionales, quedando las revistas locales condenadas a recibir lo que ha sido rechazado del exterior.  Se investiga poco, se publica menos y se encuentra lo publicado para su aplicación local, menos aún. La política del CONICET, que privilegia a los investigadores con publicaciones en revistas internacionales de alto impacto, estimula el mantenimiento de este círculo vicioso.

Para intentar responder esta pregunta comenzaremos diciendo que las deficiencias en Argentina, Latinoamérica y el mundo subdesarrollado en general, respecto de la llamada "literatura gris" -la que no llega a publicarse- es muy grande. Esta enorme cantidad de información proveniente de todo el país jamás llega a ser conocida por otros investigadores, decisores en salud y menos aún, pacientes.

Existen encomiables esfuerzos por superarlo como la creación de la Red Nacional de Información en Ciencias de la Salud (RENICS) dependiente de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Se trata de un conjunto de unidades de información que actúan de forma descentralizada en el procesamiento de material e integran y coordinan recursos y servicios a lo largo del país.
Sin embargo estos esfuerzos se potenciarían si actuáramos un escalón antes, garantizando la existencia de publicaciones nacionales indizadas en las principales bases de datos electrónicas nacionales e internacionales.

Por otro lado una de las principales barreras con las que nos topamos, surge de los propios profesionales de la salud, paradójicamente unos de los principales beneficiarios del acceso a la información médica local. Este tipo de dificultades fue reflejada por una interesante nota editorial de un matutino local titulada "Publicar o perecer " y las respuestas que se generaron en parte de la comunidad científica incluyendo la mesa redonda "El sistema de evaluación de los trabajos publicados en relación con el futuro de las revistas científicas" durante las XIX Jornadas Argentinas de Botánica (San Luis, Octubre, 2003). En la misma se hace referencia a la famosa frase repetida entre los investigadores angloparlantes que sintetiza las presiones que imperan en el mundo de la ciencia: publicar o perecer (del inglés "publish or perish"). Esta frase refleja que la única manera de existir y de acceder a las alturas del sistema científico, es publicando regularmente trabajos de investigación.

Claro que no cualquier órgano de difusión "vale" lo mismo. En Argentina, para que un investigador pueda dirigir a un becario, tener subsidios o ser promovido en el escalafón del CONICET, debe tener publicaciones en revistas con "impacto". Es decir, que figuren en el Science Citation Index (SCI), un banco de datos internacional que registra artículos de aproximadamente 3 300 de los alrededor de las 70 000 publicaciones científicas de todo el mundo. El SCI es producido por el Institute for Scientific Information (ISI), una compañía privada con base en Filadelfia y que exige de las publicaciones que incluye en su registro, entre otras cosas, el pago de una suscripción anual de varios miles de dólares.
Este sistema de evaluación que rige el trabajo de los científicos argentinos toma en cuenta, casi excluyentemente, las publicaciones en revistas internacionales. Una reciente estadística de artículos publicados en las principales revistas -del hemisferio norte, que son las que integran los índices más requeridos- es bastante elocuente: el 30% de los artículos corresponde a autores norteamericanos, el 8% a Japón y el 7% al Reino Unido. Los artículos locales representan el 0,35% del total. 

Por supuesto, esta situación plantea algunos problemas para quienes defendemos la necesidad de otorgar a las publicaciones científicas locales la importancia que merecen. Al elegirse publicaciones extranjeras de mayor impacto que las locales se promueve, desde hace años, la transferencia gratuita al exterior de los conocimientos que se generan aquí y se hiere de muerte a nuestras revistas ya que únicamente pueden publicar los trabajos rechazados en el exterior. Además debe considerarse que para encontrar información relevante local habrá que adquirirla afuera del país y traducirla, lo cual resulta casi aberrante o, por lo menos, poco económico. La editorialista se pregunta: ¿es conveniente someter automáticamente la producción científica local a los criterios de pertinencia y excelencia imperantes en otras comunidades de recursos, tamaño, y problemáticas económicas y culturales diferentes? ¿pierden nuestros científicos libertad creativa? ¿es posible -y conveniente- promover publicaciones regionales?

La política de desaliento de las publicaciones locales es nefasta no sólo para la cultura, sino también para la posibilidad de despegue del país. El absurdo ha llegado a su límite al colocar al Science Citation Index (SCI) como criterio de evaluación de las humanidades, lo cual es a todas luces inaplicable.  Sin embargo existen otros índices como Latindex, Citeseer, Citebase y Crossref, que el CONICET no utiliza. En INTERNET hay una serie de sitios que ofrecen indexación y publicación online, se describen en el cuadro 1.
Ya no se trata de publicar o no, sino de cómo o dónde. Los franceses, alemanes y muchos otros no han sido muy exitosos en la batalla por sus revistas nacionales, tratando de mantener el idioma y eso mismo ha pasado y pasa con revistas las argentinas y latinoamericanas. 

No sólo se trata de una desafortunada elección de los investigadores en cuanto al modo de dar a conocer nuestros resultados, sino también de la escasez de resultados, publicaciones, datos, financiamiento, etc., producidos por la ciencia y la tecnología de nuestros países que nos alejan de la posibilidad de imponer nuestro idioma y nuestras revistas.
Por otro lado, una fracción importante de la actividad científico-tecnológica nacional realizada por imperio del "publicar o perecer" no conviene al desarrollo nacional ni se orienta a resolver los problemas de nuestros sectores sociales, económicos o productivos ya que se adecua a la posibilidad de aceptación en publicaciones extranjeras. Pero si se eligen temas con el mero objetivo de ser aceptados en publicaciones extranjeras serán estas y no nuestras temas de interés local las que orienten nuestra investigación.  El tema también fue extensamente tratado en el número 4 del volumen 63 de 2003 de la revista Medicina (Buenos Aires) en tres editoriales: primero en una transcripción de un artículo de dos directores de Elsevier Science sobre "Los factores de impacto: uso y abuso " un segundo editorial titulado "El real valor de los factores de impacto " y un tercer editorial "Priorizar la creatividad sobre el factor de impacto ". El Dr. Christiane (Investigador emérito del CONICET y autor del último de los editoriales) afirma que el investigador trabaja y sus resultados deben publicarse donde más pueden alcanzar a los que trabajan en temas similares y para eso es muy útil el ISI (Institute of Scientific Information) en base al cual se calcula el Factor de Impacto de todas las revistas incorporadas en su sistema. La revista "Medicina" (Buenos Aires, Argentina) está incorporada en ISI desde 1972 y tiene un factor de impacto de 0,45. Dicho factor es comparativamente bajo; de ahí que los investigadores del CONICET sean reacios en remitirle sus trabajos. Sin embargo, dicha publicación es la única de su especialidad incorporada en SciELO, la biblioteca virtual en Red con Bireme y Medline. Pero, por más impacto que tenga la revista, el real valor del trabajo está en su contenido, como bien dice P.A. Lawrence, nada menos que el editor de Nature, la revista que tiene uno de los factores de impacto más altos: Deberíamos dejar de medir el éxito por dónde publican los científicos y emplear criterios diferentes, tales como, si el trabajo es original, inspirador y correcto.

Por otro lado aun cuando un investigador del campo de la Atención Primaria decida publicar su trabajo en una revista nacional como Medicina es posible que nunca sea leído por colegas del mismo campo de acción si no es una publicación que circule ampliamente entre los mismos. Una publicación de referencia de Atención Primaria con investigaciones locales de buena calidad en dicho campo aumentaría rápidamente su factor de impacto y la trascendencia internacional que podría romper el círculo vicioso al que hacía referencia la editorial "publicar o perecer".

El Dr. Ariel Sánchez (Director de la Revista Médica de Rosario) destaca: El problema de la producción científica valiosa que se publica en idiomas distintos del inglés y que no alcanza, por esa razón, suficiente difusión, no es nuevo, pero alcanza dimensiones cada vez más preocupantes. Algunos países han resuelto el problema con la edición de sus revistas científicas en inglés. Por ejemplo, hace años todos los países escandinavos hicieron confluir sus revistas médicas nacionales en "Scandinavian Journals", de diversas especialidades, que han tenido y tienen una honrosa repercusión en la comunidad médica internacional. En Brasil se publica el "Brazilian Journal of Medical Sciences", que seguramente tiene mayor repercusión que si los mismos artículos aparecieran en portugués. Una solución a esta cuestión sería que se mantuvieran las revistas científicas nacionales en papel y en castellano -en el caso de la Argentina, claro- pero que al mismo tiempo hubiera una publicación virtual de los mismos artículos en inglés, en un sitio de la Red (Internet) donde podrían ser consultados por cualquier científico del mundo y "bajados", sin cargo, a cualquier computadora para ulterior referencia. El costo de mantenimiento de esta biblioteca virtual sería mínimo y podría (debería, en realidad) ser asumido por el Estado por medio de la Secretaría de Ciencia y Técnica. La calidad de la versión inglesa de los trabajos aceptados para publicación en las revistas tradicionales sería de responsabilidad compartida de los autores y de los comités editoriales de las mismas revistas que, por otra parte, serían las únicas encargadas de "subir" los trabajos a la Red.

Consideramos que todas las estrategias tendientes a lograr que nuestros investigadores publiquen sus trabajos originales en revistas nacionales: indización en reconocidas bases de datos  electrónicas, calidad creciente de los trabajos, amplia circulación de la publicación e incluso la traducción al inglés son ejemplos válidos para crear un círculo virtuoso que salve y prestigie nuestras publicaciones y la investigación local que en ella se publica.
Hace mucho tiempo que oímos decir que debería existir en Argentina una revista dedicada a temas de medicina familiar y general (MFyG). Hace tres años intervenimos en estas conversaciones que se reactivan en cada Congreso de MFyG. Recordamos que en 2001, luego del de Huerta Grande (Córdoba) se formó un grupo con la motivación para iniciar este proyecto. Este germen fue abatido en el contexto de pesimismo, mal humor y desesperanza generalizada que explotó a finales de ese año y que continuó durante el 2002. 

Sin embargo, luego del congreso de Salta (2003) y en un contexto nacional algo más optimista esa semilla encontró un mejor medio para germinar. Al grupo inicial se sumaron varias personas de todo el país que con entusiasmo formaron el primer comité editorial de la revista "Archivos de Medicina Familiar y General" que hoy tiene el orgullo de dar la bienvenida a sus lectores y a todos los colaboradores del país interesados en participar de esta iniciativa, remarcando el carácter inclusivo y pluralista que tiene y tendrá este emprendimiento. El principal motivo que nos ha movilizado a emprender esta tarea es que en los últimos congresos hemos observado innumerables trabajos de investigación, relatos de experiencia, trabajos comunitarios, etc., la mayoría hechos "a pulmón" y que han culminado en el póster o presentación oral del congreso . Por un lado celebramos tal profusión de trabajos, sin embargo es una lástima que dicho esfuerzo allí se termine ya que para que la investigación se vuelva útil para nuestra comunidad no sólo es necesario generarla, sino también difundirla y ponerla al alcance de quien pueda necesitarla .

Desde la Federación Argentina de Medicina Familiar y General (FAMFyG) y la Asociación Argentina de Medicina Familiar (AAMF) impulsamos la creación de los Archivos de Medicina Familiar y General incorporando estas consideraciones con el objeto de dar cabida a toda las publicaciones importantes del campo de la atención primaria en la región, no sólo por ser la primera específica en esta área sino que por el nivel y relevancia (y en segundo término por su impacto) llegue a ser una publicación de preferencia para nuestros investigadores. Consideramos que, al igual que en otras áreas del conocimiento y de la ciencia en Argentina y en el mundo subdesarrollado en general, gran parte de la información generada en los congresos y foros de discusión es "inencontrable" a través de búsquedas sistemáticas- transformándola en inaplicable.

Sin embargo coincidiendo con la Investigadora del Conicet SD Matteucci  esto será en vano si no fuera acompañado de un golpe de timón de la política científica nacional apuntando a:

· Incentivar la selección de temas de investigación que surjan de las necesidades locales.
· Promover el enfoque de las investigaciones hacia objetivos más que hacia disciplinas.
· Reconocer que los contenidos y la relevancia de los trabajos es más importante que el número.
· Estimular y facilitar la difusión local de estos hallazgos.
· Contribuir a la democratización del conocimiento científico.

Los organismos de gestión y promoción de la ciencia y la tecnología tienen deberán aplicar las herramientas para promover el cambio, los científicos aportar la fuerza para movilizarlo y los grupos editoriales nacionales sostener los espacios apropiados para difundirlo.

Dr. Agustín Ciapponi
Editor de Archivos de Medicina Familiar y General.

Dr Sergio Terrasa
Secretario de Redacción de Archivos Argentinos de Medicina Familiar y General.