Patología Genética

Síndrome de Rett

La patogenia del síndrome de Rett permanece en el misterio. Este síndrome está clasificado por la OMS entre los trastornos generalizados del desarrollo.

Autor/a: Lic. Alicia Kasulín

Indice
1. Introducción
2. Criterios
3. Evolución y pronóstico.
4. Diagnóstico diferencial
5. Exámenes complementarios
6. Hipótesis patogénicas
7. Conclusión
8. Bibliografía

Hace unos treinta años Andreas Rett, neuropsiquiatra austríaco, describía el síndrome que lleva su nombre. Pero fue recién a partir de los años 80 que despertó el interés de médicos e investigadores, después de la publicación de  Hagbert y col. En su forma clásica, el síndrome de Rett afecta únicamente a niñas. La sintomatología comprende una interrupción del desarrollo luego de un período inicial aparentemente normal. Se observa una pérdida de lo adquirido, principalmente del movimiento voluntario de las manos, seguida por la aparición de movimientos estereotipados de éstas, relativamente monomorfos. Se presentan igualmente trastornos del comportamiento y de la comunicación.

La prevalencia parece ser de 1 cada 10.000 o 20.000 niñas, pero varía según la región.

El diagnóstico del síndrome de Rett constituye un diagnóstico por exclusión. Algunos exámenes complementarios son útiles, pero de eficacia limitada para el estricto diagnóstico positivo. El autismo infantil representa uno de los principales diagnósticos diferenciales en las fases iniciales. Hay vínculos entre las dos patologías, clasificadas entre los trastornos generalizados del desarrollo.

El síndrome de Rett fue originariamente clasificado entre las encefalopatías degenerativas. El conocimiento más profundo de la historia natural tanto como los datos anatomopatológicos han llevado a formular la hipótesis según la cual el síndrome de Rett sería más bien consecuencia de una interrupción parcial precoz del sistema nervioso, que desembocaría en una perturbación del desarrollo dendrítico, quizá por un déficit de ciertos factores tróficos.

En 1984 y 1988 un grupo de expertos fijó algunos criterios diagnósticos que definen una forma clásica (Tabla 1), y que permiten constituir una población homogénea de pacientes a fines de facilitar investigaciones, en particular epidemiológicas. Comprenden criterios necesarios, criterios de apoyo y criterios de exclusión.

Tabla 1. Criterios diagnósticos del síndrome de Rett (forma clásica según The Rett Syndrome Diagnostic Criteria Work Group).

Criterios necesarios:


- Períodos pre- y perinatales aparentemente normales.
- Desarrollo psicomotor aparentemente normal durante los 6 primeros meses *.
- Perímetro craneano normal en el nacimiento.
- Retraso del crecimiento encefálico entre los seis meses y los 4 años.
- Pérdida de la utilización voluntaria de las manos entre los 6 y los 30 meses, asociado temporalmente a trastornos de la comunicación y a un retraimiento social.
- Trastornos pronunciados del desarrollo del lenguaje relativos a la expresión y la
- Comprensión; presencia de un retraso psicomotor pronunciado.
- Movimientos estereotipados de las manos del tipo torsión/cerramiento, batimiento/golpeteo, manos a la boca, frotamiento, movimiento de lavado, que aparecen después de la pérdida de movimiento voluntario.
- Aparición de una apraxia  de la marcha y de una apraxia/ataxia del tronco entre 1 y 4 años.
- Diagnóstico provisorio hasta los 2-5 años.

* El desarrollo puede parecer normal hasta los 18 meses de edad.

Criterios de apoyo:

-   Disfunción respiratoria
-   Apnea periódica en estado de vigilia
-   Hiperventilación intermitente.
-   Episodios de bloqueo de la respiración.
-   Expulsión forzada de aire o saliva.
-   Anomalías electroencefalográficas.
-   Enlentecimiento de la actividad de fondo durante la vigilia y ondas lentas rítmicas intermitentes (3-5 Hz)


Descargas epilépticas con o sin crisis clínicas.

 -Crisis de epilepsia.
 -Espasticidad, a menudo asociada con una amiotropía y  una distonia.
 -Trastornos vasomotores periféricos.
 -Escoliosis.
 -Retraso en el crecimiento.
 -Pies hipotróficos.

Criterios de exclusión:

-Presencia de un retraso en el crecimiento intrauterino.
-Hipertrofia de órgano u otros signos de enfermedad  agregada.
-Retinopatía o atrofia óptica.
-Microcefalia en el nacimiento.
-Signos de lesiones cerebrales, adquiridas en período  prenatal.
-Signos de una enfermedad metabólica identificable o de enfermedad neurológica
 progresiva.
-Trastornos neurológicos adquiridos, consecutivos a infección o traumatismo craneano importante.