El radiodiagnóstico tiene como propósito acelerar el tratamiento integral
La Resonancia Magnética (RM) es uno de los métodos más utilizados en la evaluación de los síndromes dolorosos de columna. Su uso se ha generalizado en los últimos años dado que representa un sistema de imagen sin exposición a radiaciones ionizantes. Esta técnica incluye someter al paciente a un campo magnético estable u homogéneo al que se altera mediante el envío de pulsos de radiofrecuencia, a través de bobinas emisoras y/o receptoras a una velocidad y número de veces previamente seleccionados, dependiendo del área a estudiar, con las diferentes secuencias de pulso y de acuerdo a la patología que se presente. Actualmente se ha optado por el diseño de equipos abiertos dotados de elementos visuales y auditivos para reducir la ansiedad y la claustrofobia, lo cual hace la diferencia con los equipos cerrados (túneles).
Características de la RM como su capacidad multiplanar y la posibilidad de examinar grandes áreas del cuerpo sin necesidad de movilizar al paciente, la convierten en el método de elección para el estudio de la columna vertebral en todos sus segmentos. La evaluación de estructuras óseas y tejidos blandos provee información valiosa sobre la gama de patología vertebral: alteraciones congénitas (mielomeningocele, médula anclada y Chiari); procesos inflamatorios, degenerativos o desmielinizantes y diagnóstico temprano de padecimientos de médula ósea de cuerpos vertebrales, inflamatoria o neoplásica tanto primaria como metastásica mucho antes de tener cambios visibles en la radiografía simple. Con ello se obtienen datos sobre la extensión del proceso en cuerpos vertebrales y estructuras adyacentes, lo que permite el manejo médico temprano y ayuda a decidir las vías de acceso percutánea o quirúrgica, en los casos necesarios.
Entre las razones más frecuentes de consulta en el paciente con dolor crónico están las enfermedades degenerativas y los síndromes dolorosos de columna, por ejemplo, espondiloartrosis, hernia discal, hernia discal recurrente y fibrosis postquirúrgica; menos comunes son procesos neoplásicos, primarios y secundarios (mieloma/metástasis), inflamatorios (degenerativos/desmielinizantes), metabólicos (osteoporosis/Paget) y procesos abdominales o pélvicos que en forma secundaria (por contigüidad) afectan la columna.
La RM está indicada en individuos con trauma cuando además de fracturas muestran signos neurológicos de compresión o lesión medular; el estudio se efectúa una vez que el paciente ha sido estabilizado de la condición clínica aguda. Es importante mencionar que si existen fragmentos metálicos (esquirlas o proyectiles de arma de fuego localizados previamente en radiografías simples), la RM está contraindicada en forma relativa según el tiempo de evolución, ya que durante el trauma agudo estos objetos pueden desplazarse y ocasionar mayor daño a las estructuras vecinas (médula espinal y raíces nerviosas) o a las más alejadas.
En la patología discal la radiografía simple es el examen inicial, pero si muestra pinzamiento, la TC, MIELOTAC y RM son útiles. Con el fin de evitar estudios innecesarios, al solicitar éstos se debe tomar en cuenta que la mayor incidencia de hernia discal tiene lugar en el segmento cervical en mujeres (60 por ciento en C6-C7 y 20-30 por ciento en C5-C6) y segmento lumbosacro en hombres (80 por ciento en L5-S1 y 20 por ciento en L4-L5).
La RM se prefiere en niños, mujeres embarazadas y hombres jóvenes -para evitar radiación innecesaria- así como en pacientes alérgicos al yodo o en casos de insuficiencia hepato-renal. Si hay fibrosis y aracnoiditis postquirúrgica o hernia discal recurrente, la indicación es RM y el uso de contraste (Gadolinio), el cual caracteriza con mayor exactitud el fragmento discal de la fibrosis. El medio de contraste también permite definir y caracterizar las lesiones, lo mismo que establecer su extensión y su aporte vascular.
La RM es el método de elección en patología de unión cráneo-vertebral congénita (Klieppel-Feil, Chiari e impresión basilar) o adquirida (artritis reumatoide con luxación atlanto-axoidea, trauma o neoplasias). De igual forma, se indica en espondilolistesis con o sin absceso paravertebral y epidural, enfermedades desmielinizantes (esclerosis múltiple, mielitis, etcétera), procesos isquémicos (infarto medular) y patología de mediastino posterior (schwannomas, neurofibromas, etcétera).
Una de las ventajas de la RM es que para evaluar el conducto lumbar no requiere inyectar medio de contraste en espacio epidural (mielografía) al aplicar secuencia de "efecto mielográfico" y proporciona la misma información acerca de obstrucciones al paso de LCR (líquido cefalorraquídeo) o compresión de médula espinal y raíces correspondientes, sin necesidad de efectuar un proceso invasivo.
En resumen, la imagenología aplicada al estudio de problemas de columna vertebral ofrece la posibilidad de obtener referencias para confirmar los datos clínicos; establecer el diagnóstico, tratamiento médico o quirúrgico, respuesta y seguimiento a los mismos en los casos necesarios y añadir elementos de estructuras que no eran visibles mediante el estudio radiológico convencional.
El objetivo de los procedimientos diagnósticos de imagen es identificar los cambios morfológicos como causa de dolor crónico y diferenciar aquellos de tipo degenerativo, neoplásico o potencialmente complicados. Por otro lado, el uso de las diferentes técnicas de imagen dependerá de la región anatómica a estudiar, el proceso patológico y las condiciones clínicas del paciente. Cabe señalar que la utilización de la clínica médica antes de canalizar a un paciente a cualquier procedimiento de imagen, la correcta valorización tanto terapéutica resolutiva y/o paliativa como la comodidad del paciente delicado y/o grave de no exponerlo constantemente a estudios innecesarios que tienen más función de desorientar que de descartar posibles patologías anexas. Un paciente debe ser canalizado al departamento de imagenología siempre y cuando se lleve ya la sospecha diagnóstica del padecimiento. Nunca, a menos que la misma clínica así lo requiera, debemos auxiliarnos de la imagen, en este caso la RM, para omitir un estudio clínico detallado.
Hoy en día se cuenta con equipos abiertos que hacen posible la realización de estudios a pacientes obesos (de hasta 110 kg) y ofrecen mayor comodidad al anestesiólogo al aplicar técnicas de sedación en niños pequeños, adultos con movimientos involuntarios o con pronta movilización en casos de complicaciones por reacciones de hipersensibilidad a los medicamentos anestésicos o al medio de contraste (Gadolinio).
Asimismo, el equipo abierto permite efectuar técnicas invasivas como biopsias y drenajes, guiados por RM cuando se cuenta con el material antimagnético apropiado. No debe pasarse por alto el impacto económico que representa tanto para el paciente como para la institución el uso indiscriminado de los recursos de imagen. De ahí que sea necesario conocer las indicaciones de cada uno de ellos y recordar las medidas de seguridad pertinentes, por ejemplo, su contraindicación en pacientes con fiebre, marcapasos cardiacos, válvulas cardiacas, con componentes metálicos, neuroestimuladores o dosificadores electrónicos, implantes cocleares, implantes oculares, clips vasculares cerebrales, grapas de laparoscopía o con cualquier material ferromagnético. Finalmente, las prótesis ortopédicas recién colocadas en pacientes o en el personal de salud también imposibilitan el ingreso al área de RM.