Entrenamiento y Salud

El ejercicio físico como terapia antihipertensiva

El ejercicio aeróbico regular puede ser tan eficaz como los fármacos en el tratamiento de la hipertensión arterial.

Autor/a: Dres. Ketelhut RG, Franz IW, Scholze J.

Fuente: Med Sci Sports Exerc. 2004 Jan;36(1):4-8.

La Hipertensión Arterial (HTA) es el principal predictor de morbimortalidad cardiovascular. La HTA puede tratarse con drogas, pero el Ejercicio regular (ER) también puede modular el perfil cardiovascular (CV).

Los fármacos, ¿continuarán teniendo el rol protagónico en el manejo del HTA? Hay evidencias que el ER tiene efecto protector sobre la tensión arterial (TA). Las guías de tratamiento de HTA de reconocidas sociedades científicas lo incluyen en los tratamientos, pero aún es conflictivo si debe considerarse como única terapia en algunos casos de HTA.
Durante el ejercicio aeróbico, hay un descenso progresivo de la TA diastólica y sistólica en los sujetos hipertensos y la hipotensión posterior al ejercicio se prolonga por 2 hs. La implicancia de este mecanismo agudo a largo plazo en la regulación de la TA, es controvertida. En este artículo se muestran los resultados de un programa de intervención de 3 años para determinar la influencia del entrenamiento regular, 2 veces semanales, sobre la TA en reposo y durante el ejercicio.

Objetivos:

Determinar los efectos del ER, a largo plazo, como monoterapia de la HTA.

Métodos:

Se reclutaron 10 pacientes hipertensos, varones, de 43,3 ± 3,1 años. Todos tenían diagnóstico reciente e HTA moderada en reposo (TA sistólica: 130-159 mm Hg y/o diastólica de 85-99 mm) y durante las pruebas ergométricas. Ninguno estaba medicado. Todos eran sedentarios, no fumadores, y no tenían antecedentes de patología cardíaca ni renal. Los pacientes entrenaban 2 veces por semana, supervisados por un instructor, y en forma progresiva llegaban a correr 60 minutos.

Resultados:

Luego de  6 meses de entrenamiento la TA en reposo no se modificó, pero sí bajó durante el ejercicio. Después de 18 meses, la TA fue menor tanto en reposo como durante la AF, bajó la frecuencia cardíaca y disminuyó el consumo de oxígeno.
Los resultados 3 años después del inicio, mostraron que la TA sistólica bajó 16 mm (8,7%) y la TA diastólica 15 mm (14%) y mejoró la vasodilatación inducida por ejercicio.

Discusión:

El ejercicio aeróbico baja la morbimortalidad cardiovascular, a través de varios mecanismos. La TA en reposo y durante el entrenamiento disminuye en el sujeto entrenado. El efecto depresor de la TA por ER, luego de 3 años, fue mayor que el descrito para algunas drogas antihipertensivas. El descenso del 9,2% de la TA durante la sobrecarga ergométrica, observado en estos hipertensos entrenados, es mayor que el obtenido en otros trabajos con prazosin (3,2%), diuréticos (4,3%), gallopamil (4,4%), enalapril (6,2%) y con nifedipina a dosis moderadas (7% con 20 mg y 9,2% con 40 mg).

Los ß-bloqueantes, en cambio, producen 16,6% de descenso de la TA (mayor que el ER).
Los resultados favorables se obtuvieron luego de un periodo prolongado de entrenamiento (3 años), y podría seguir bajando con el tiempo. Es decir que si bien es importante la intensidad, también lo es la regularidad.
Los mecanismos serían la vasodilatación periférica con el aumento de la perfusión tisular, el aumento de la sensibilidad a insulina inducida por ER y el descenso de peso. Durante el ER se producen cambios en el endotelio y sus mediadores que aún deben ser investigados.

Conclusión:

Los pacientes con HTA se benefician con un plan de entrenamiento a largo plazo, con resultados comparables a los obtenidos con drogas. La AF tiene otros efectos saludables que disminuyen la morbilidad cardiovascular, y es un tratamiento que coloca al paciente en un lugar de "control",  beneficiándolo con todos los efectos físicos y psicológicos del ejercicio.

Artículo comentado por la Dra. Débora Setton, editora responsable de IntraMed en la especialidad de Nutrición.