La sepsis meningocócica sigue teniendo una elevada mortalidad y como afirman Booy et al mejoró poco cuando hace años se introdujo la antibioticoterapia, sugiriendo que una vez iniciado el proceso hay mecanismos no infecciosos que intervienen de forma autónoma y decisiva. Incluso, aunque sea una hipótesis no confirmada, se ha llegado a sugerir que la rápida lisis bacteriana ocasionada por el tratamiento sea un factor negativo por la liberación masiva de endotoxinas y citocinas que produce.
Parecería ser que la mejora de las técnicas de reanimación cardiocirculatoria esla medida más eficaz para disminuir esta mortalidad, pero su agresividad aconseja identificar previamente aquellos pacientes con factores de mal pronóstico y poder establecerles pautas terapéuticas individualizadas.
Este estudio realizado en España por Blanco Quirós et al tuvo el objetivo de investigar los factores clínicos y biológicos asociados a una mala evolución de la sepsis meningocócica y valora la relación entre la posterior mortalidad de la sepsis y los factores clínicos y analíticos presentes ya en las horas cercanas al ingreso.
Para dicho estudio se analizaron 71 niños de 2 meses a 13 años de edad con sepsis meningocócica. Los criterios de inclusión fueron aislamiento de meningococo en cultivos o sintomatología característica con exantema purpúrico. Se realizó un estudio descriptivo correlacional. En todos los enfermos se valoró el PRISM (Pediatric Risk of Mortality), la Escala de Glasgow para Sepsis Meningocócicas (EGSM), el recuento de polimorfonucleares y los niveles de procalcitonina, leptina y proteína C reactiva (PCR).
Los autores obtuvieron los siguientes resultados, de los 71 niños estudiados, 14 fallecieron lo que representa el 19,7 %.
En éstos casos la muerte se asoció al síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO) (p = 0,0001), alta puntuación en la EGSM y el PRISM (p = 0,0001) y con menor significación a shock (p = 0,01). En el grupo de fallecidos, las determinaciones más alteradas al ingreso fueron la procalcitonina (p = 0,0009) y los polimorfonucleares (p = 0,0005). Los valores de PCR no se asociaron a diferencia de mortalidad pero estaban altos en los casos con shock (p = 0,008).
Un dato llamativo fue que los niños con percentiles elevados de peso fallecieron con mayor frecuencia y mostraron niveles más altos de procalcitonina (p = 0,006) y leptina (p = 0,006), pero sin diferencias de valores de EGSM y PRISM. La edad no influyó ni en la mortalidad ni en la procalcitonina, pero sí en el EGSM y PRISM y en los niveles de polimorfonucleares y PCR, desapareciendo estas diferencias antes de los 2-3 años. En los casos con SDMO o shock sólo presentaron diferencias el recuento disminuido de polimorfonucleares (p = 0,0001) y la procalcitonina elevada (p = 0,0001).
Los autores llegaron a las siguientes conclusiones: En la sepsis meningocócica el fallecimiento es más frecuente en niños con altos percentiles de peso. Además presentan elevaciones de procalcitonina y leptina, quedando sin aclarar si actúan de forma independiente.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.