Balonamiento apical

Stress emocional asociado a grave cuadro cardiaco

El síndrome de “balonamiento apical” se presenta en mujeres luego de una cuadro de shock emocional y puede poner en serio peligro su vida. Alerta para médicos de Emergencias y Unidades Coronarias para entrenarse en la identificación de este cuadro.

Autor/a: Dres. Jeffrey J. Rade, M.D., Trinity J. Bivalacqua, M.D., Ph.D., and Hunter C. Champion, M.D., Ph.D.

Fuente: NEJM Vol. 352: 539-548, Feb. 2005, Nro. 6

En el último mes se han publicado los resultados de dos investigaciones que alertan sobre un nuevo síndrome cardiaco que puede poner en peligro la vida del paciente y que suele generar confusión diagnóstica.
Las revistas Circulation y The New England Journal of Medicine presentan trabajos relativos al "Sindrome de balonamiento apical," una entidad cuya descripción se vio multiplicada recientemente.
Este cuadro clínico ha sido descrito en pacientes que han padecido algún shock emocional intenso y que presentan un cuadro que pone en peligro su vida pero que, afortunadamente, resulta reversible.

Durante muchos años se conocía su descripción en pacientes japoneses siendo ignorada en otros países (miocardiopatía tako-tsubo). Recientemente se ha comenzado a identificar en personas provenientes del mundo  occidental.
Se trata de una variedad de miocardiopatía inducida por el stress frecuentemente diagnosticada erróneamente como Infarto Agudo de Miocardio (IAM). Sólo un examen minucioso permite encontrar diferencias específicas que capaces de identificar el cuadro.

Los pacientes con este síndrome presentan algunos rasgos comunes:

· Recuperación mucho más rápido que quienes presentan un IAM.
· En general carecen de antecedentes coronarios.
· Son casi exclusivamente de sexo femenino y en general postmenopáusicas.
· Pueden presentarse con dolor precordial, edema agudo de pulmón, shock.
· En general se recoge el antecedente inmediato de un shock emocional intenso.
· Signos ECG sugestivos: prolongación QT y ondas T negativas gigantes.
· Signos importantes de disfunción del VI.
· Presentan alteraciones ecocardiográficas características (balonamiento apical)
· Los niveles de catecolaminas plasmáticas están notablemente elevados.
· Los niveles de Troponina  están levemente elevados.
· La CCG no muestra obstrucciones coronarias.

En su trabajo: Neurohumoral Features of Myocardial Stunning Due to Sudden Emotional Stress, publicado en NEJM, Ilan S. Wittstein y colaboradores presenta una muy interesante metodología de investigación.  Su población estuvo compuesta por 19 pacientes que presentaron disfunción ventricular aguda grave luego de stress emocional y se los compara con 7 pacientes con diagnóstico de IAM Killip y Kimball clase III.
Todos los pacientes fueron sometidos a Ecocardiogama, CCG. A un grupo de ellos se les realizó biopsia endomiocárdica y determinación de catecolaminas plasmáticas.

Resultados:

La edad media de los pacientes con disfunción VI inducida por stress fue de 63 años y el 95% fueron mujeres.
En 17 pacientes se registró algún grado de elevación menor de Troponina.
Sólo 1 de 19 casos mostró evidencias de obstrucción coronaria.
Al momento de la admisión se registraron grados muy severos de disfunción VI con rápida resolución en las horas siguientes.
La biopsia endomiocárdica mostró infiltrados mononucleares y necrosis de la banda de contracción.

Los niveles de catecolaminas en el plasma estuvieron significativamente más elevados entre los pacientes con el síndrome de disfunción VI transitoria respecto de los que tenían diagnóstico establecido de IAM. Esto también se demostró para otros neuropéptidos vinculados al stress.

Conclusiones: el stress emocional es capaz de producir un grave cuadro cardiaco con disfunción VI reversible que puede poner en peligro la vida de los pacientes.
Las posibles causas involucradas incluyen una exagerada estimulación del sistema simpático con sobreproducción de catecolaminas.

Comentarios: la descripción pormenorizada de este síndrome implica un alerta para los médicos de servicios de Emergencias y Unidad Coronaria.
Resulta imperativo comenzar a plantearse este diagnóstico diferencial cuando las circunstancias clínicas y emocionales que presentan los pacientes aparecen como sospechosas.

Queda como interrogante futuro el diseño de las conductas terapéuticas más apropiadas y específicas para este caso.
¿Cuál es la conducta apropiada cuando no se dispone de cinecornariografía de urgencia?
¿Qué hacer respecto de la indicación de trombolíticos en pacientes que no presentan obstrucciones coronarias?

Por el momento el tratamiento es empírico y consiste en medidas de soporte de la función ventricular