La moda y sus consecuencias

Complicaciones por perforaciones con adornos metálicos

Los médicos deben conocer las personas en riesgo de problemas por piercing y el tipo de secuelas que produce.

Autor/a: Dres. Meltzer DI.

Fuente: Am Fam Physician. 2005 Nov 15;72(10):2029-34.

En los últimos años el empleo de perforaciones con adornos metálicos (de aquí en más por razones prácticas se utilizará el término “piercing”) aumentó notablemente en popularidad (Figura). Si bien el piercing predomina entre los adolescentes, también se extendió en la población adulta.


Figura. Ejemplos de piercing en la cara y oreja.

Hasta el presente, no existen estadísticas sobre las complicaciones que conlleva esta moda, pero los médicos deben conocer las personas en riesgo de problemas por piercing y el tipo de secuelas que produce.

Ciertas condiciones y patologías tales como diabetes, tratamiento con corticoides o anticoagulantes y las diátesis hemorrágicas, aumentan el riesgo de complicaciones por piercing.

Tipos de metales usados en el piercing

La mayoría de los piercing son metálicos, generalmente de acero inoxidable, oro, titanio, niobio y aleaciones. El acero inoxidable de alta calidad rara vez causa reacciones alérgicas cutáneas, pero hay aceros inoxidables que contienen níquel y lo mismo sucede con el oro. En cambio el niovio y el titanio rara vez producen reacciones alérgicas.
Otros aspectos a considerar en el piercing es la facilidad para retirarlos en caso de traumatismos, radiografías o intervenciones quirúrgicas.

Piercing oral

Los labios, mejillas y la lengua, son zonas habituales de piercing. Luego del piercing de lengua es frecuente la hemorragia, hematoma y edema local. Otra complicación importante es el compromiso de las vías aéreas por traumatismo, edema u obstrucción por el objeto. El piercing lingual suele dificultar las maniobras de intubación endotraqueal en casos de traumatismo o intervenciones quirúrgicas.

Las complicaciones dentarias como fisuras o fracturas de dientes son frecuentes con el piercing oral.

A pesar del gran número de bacterias que llegan a la boca las infecciones por piercing oral son infrecuentes. De todas maneras se recomienda a estas personas que realicen lavados bucales con soluciones antisépticas. 

Piercing en orejas

Es este el sitio más común de piercing y es una zona proclive a infecciones, ya que hasta un 35% de las personas que lo usan tienen infecciones locales, queloides, reacciones alérgicas y heridas por tracción. Los piercing en la zona del cartílago de la oreja, que es una estructura avascular, son más proclives a infecciones como pericondritis y abscesos.
Las complicaciones no infecciosas en el piercing de oreja son comunes, principalmente queloides y cicatrices hipertróficas. Los queloides, además del aspecto estético producen dolor y picazón. El tratamiento consiste en la escisión quirúrgica, inyecciones locales de corticoides, criocirugía, vendajes compresivos, radiación y láser.

La dermatitis alérgica por el níquel es frecuente y se trata con corticoides locales. En estos casos y en las infecciones se debe retirar temporalmente el adorno y colocar un anillo de teflón si se quiere mantener la permeabilidad del orifico. La infección local se trata con bacitracina tópica o por vía oral cuando la infección es de mayor envergadura. En este caso se administran cefalosporinas como la cefalexina o las penicilinas resistentes a la penicilinasa como la dicloxacilina.

Las heridas por tracción deben ser reparadas dentro de las 12 horas con una simple sutura. En casos de heridas más complejas se derivará a un cirujano plástico.

Piercing nasal

La nariz puede ser perforada en las aletas o en el cartílago divisorio. Esto último está fuertemente desaconsejado por la elevada tasa de hemorragia y condritis secundaria que puede producir necrosis del cartílago y deformidad nasal. Estas infecciones requieren un tratamiento agresivo con antibióticos que tengan una buena cobertura contra el estafilococo. Se sugieren las fluoroquinolonas que tienen una buena penetración en la piel.

Piercing periumbilical

Se trata de un sitio muy popular de piercing y también es el que más demora en cicatrizar y el que tiene la mayor frecuencia de infecciones, lo cual se debería en parte a la fricción por la ropa. La frecuencia de infecciones aumenta en las personas obesas y durante el último trimestre del embarazo.

Piercing en pezones y genitales

Los efectos del piercing de pezones en la lactancia no son muy conocidos, pero es muy probable que afecten el flujo de leche a través del pezón debido a la cicatriz que obstruye los conductos lácteos.
El piercing en el hombre en la zona del glande a menudo interrumpe el flujo urinario y se asocia con parafimosis y priapismo. 

El piercing en los genitales femeninos puede producir infecciones, cicatrices, reacciones alérgicas e interfiere con los métodos anticonceptivos.

Conclusiones

El piercing no es un procedimiento inocuo y si se lleva a cabo bajo técnicas poco rigurosas de asepsia, además de producir infecciones locales, puede trasmitir virosis como el virus de la hepatitis B o C, el VIH y tétanos. Las complicaciones del piercing dependen también de la localización, particularmente cuando está afectado algún cartílago. Los piercing de lengua y de genitales son los menos convenientes por la variedad de complicaciones que producen.

Aspectos destacados

¿Qué se conocía del tema?
El piercing es una moda que se instaló fuertemente en la última década y si bien predomina en los adolescentes, está siendo empleado por un número creciente de adultos.
El piercing va asociado con infecciones y problemas de hemorragia y cicatriciales, particularmente cuando los métodos no tienen la asepsia adecuada

¿Qué aporta el estudio?
Se describen los distintos tipos de piercing y el riesgo de complicaciones que varía según la localización.
Se mencionan los distintos materiales con que están confeccionados los adornos para piercing y las ventajas y desventajas de cada uno. 

¿Cómo se vincula a la práctica?
El médico debe desaconsejar ciertas zonas de colocación de piercing, particularmente el cartílago nasal y auricular y las zonas genitales.
En las obesas y en las mujeres embarazadas se debe retirar, al menos temporalmente el piercing.
El piercing en los pezones puede producir trastornos de la lactancia.
En las infecciones de los cartílagos se deben administrar antibióticos en forma agresiva.