En la profundidad de la corteza cerebral se encuentran los vestigios de un ojo que mide y regula el tiempo. En cierta forma, la glándula pineal es territorio de la oftalmología y muy pocas veces recordamos su origen filogenético como tercer ojo. La hormona que produce: la melatonina, ha sido objeto de investigaciones y resultó ser una molécula simple de fundamental importancia para varios sistemas fisiológicos del cuerpo humano, incluyendo el ojo. Descubierta hace cincuenta años es importante en la regulación de los ritmos cicardianos, y en la actualidad se produce sintéticamente. Como su descubrimiento es reciente los efectos de la melatonina sintética no están del todo claros todavía.
La concentración de melatonina varía con la edad: los recién nacidos producen muy poca cantidad, pero los niveles van aumentando hasta normalizarse alrededor de los dos o tres meses en coincidencia con el momento en que el patrón de sueño adquiere un ritmo. Las concentraciones durante el día son bajas a lo largo de la vida y existen picos durante la noche que se van atenuando con la edad.
El sueño es importante en la maduración del cerebro, por lo tanto los desórdenes del sueño pueden afectar negativamente el desarrollo del niño. La melatonina exógena ha probado servir para controlar el ritmo de sueño de los niños discapacitados visuales.
También se ha comprobado que la melatonina sirve para aliviar el jet-lag.
Como muchos otros tejidos, el ojo se ve afectado por el efecto de la melatonina. Además, varias estructuras dentro del ojo la sintetizan. La melatonina se sintetiza en la retina, ya que esta posee un sistema mediador de la luz: la melatonina regula los cambios adaptativos relacionados con la oscuridad y la dopamina los relacionados con la luz.
La presión intraocular tiene una variación diurna, el pico más bajo se produce cuando los niveles de concentración de melatonina son los más altos, por lo cual se ha investigado la posibilidad de utilizar a la melatonina como agente antiglaucoma. Los estudios realizados hasta el momento han tenido resultados contradictorios.
La melatonina se produce dentro del cristalino con un ritmo cicardiano, donde actúa como antioxidante. La administración de melatonina en ratas inmediatamente después de iluminación con luz ultravioleta redujo la formación de cataratas. En ratas con stress oxidativo, la melatonina también redujo significativamente la incidencia de cataratas, además de estimular la producción de glutatión. Se ha demostrado que la melatonina es un importante antioxidante tanto en concentraciones fisiológicas como farmacológicas.
En el Reino Unido la melatonina solo se consigue con receta médica. Sin embargo, en los Estados Unidos y Canadá es de venta libre. Existen informes de casos de dolor de cabeza, inquietud, confusión, náuseas, taquicardia y prurito atribuidos a la melatonina. Estos efectos adversos pueden haber sido causados por impurezas de algunos productos de melatonina. También se ha informado acerca de pesadez en las piernas después de una inyección de melatonina. Al ser administrada durante el día puede provocar cansancio. Algunos pacientes han manifestado mayor cantidad de sueños o sueños más vívidos, en especial en personas de edad avanzada. Podría tener un efecto adverso inmunomodulador en caso de asma, aunque una prueba controlada aleatorizada demostró que el tratamiento con melatonina mejora el sueño en pacientes con asma, sin efectos adversos.
Aún se está estudiando la relación entre la melatonina y las hormonas sexuales en seres humanos. En personas con problemas del sistema reproductor, existe una secreción anormal de melatonina y las anormalidades de la glándula pineal pueden afectar el sistema reproductor. Niveles muy elevados de melatonina en circulación pueden retrasar la pubertad y causar hipogonadismo. Se ha estudiado la posibilidad de utilizar la melatonina como droga anticonceptiva, administrada por la noche inhibió parcialmente la ovulación en mujeres normales, pero no produjo ninguna alteración en los niveles de testosterona en hombres. La melatonina podría reducir los niveles de la hormona de crecimiento.
Aunque está asociada con la glándula pineal y producida principalmente en relación con el ciclo día-noche, la melatonina ha resultado tener un muy amplio potencial de aplicaciones. Además de la oftalmología, se está estudiando su uso en áreas tan diversas como cáncer, hematología, toxicología, sueño, cardiología, envejecimiento, inmunidad y osteoporosis. Su rol fundamental en la señalación morfológica durante la embriogénesis podría indicar una posible aplicación de esta hormona en niños muy prematuros, que a falta de la melatonina materna, padecen problemas en su producción en el curso de su desarrollo. Dentro de este contexto, debería evaluarse la utilidad de la melatonina en el tratamiento de la retinopatía del prematuro y la miopía del prematuro. En adultos, la melatonina podría servir para la prevención de cataratas, reducción de la PIO y neuroprotección.
Conclusiones:
En el presente estudio se ha descrito a grandes rasgos el enorme potencial de posibilidades que podría tener la melatonina. Deberán continuarse las investigaciones rigurosamente científicas para que esta molécula fundamental pueda ocupar un verdadero lugar en la práctica de la medicina moderna.