Entre sus posibles causas se citan factores genéticos,6 infecciosos,7-10 deficiencias de oligoelementos o vitaminas,11,12 así como con la alergia alimentaria13,14 o traumatismos locales.3 La enfermedad puede estar asociada con otros factores neuroendocrinos como el estrés o la menstruación.2,3 Se ha puesto particular énfasis en el estudio de los factores inmunológicos como responsables de la etiología de esta entidad, así como también la asociación con determinados medicamentos.
No existen pruebas de laboratorio específicas para diagnosticarla, por lo tanto, un buen examen clínico y un detallado interrogatorio generalmente son suficientes para establecer un adecuado diagnóstico positivo y diferencial. Con este estudio nos proponemos determinar el estado de inmunocompetencia en niños afectados de estomatitis aftosa recurrente.
Métodos
Todos los pacientes recibidos en la consulta externa del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital “William Soler” durante los años 1999 y 2000 con el diagnóstico de estomatitis aftosa recurrente fueron incluidos en el estudio. Se realizó una evaluación clínica del estado de las lesiones, así como todos los datos referidos a la historia de la enfermedad, tiempo de evolución y frecuencia de aparición; se indicaron estudios de función inmunitaria celular a través de la prueba de formación de rosetas activas y espontáneas.
Resultados
Se examinaron un total de 51 pacientes, 28 femeninos y 23 masculinos (Tabla 1). Las edades oscilaron entre los 2 y los 15 años (Tabla 2), por lo que la edad promedio resultó de 12 años, lo cual coincidió con los reportes de otros autores.
Se observó un predominio franco de la raza blanca sobre la negra (Tabla 3). Desde el punto de vista clínico encontramos que la forma más frecuente de presentación fue la aftosas menor (72.5%); la forma mayor apareció entre los niños de mayor edad y la serpentiforme entre los más pequeños (Tabla 4). +
Del total de pacientes, (que representan 72.5%) mostraron algún grado de afectación en los marcadores inmunológicos estudiados. Más de la mitad de los afectados, a su vez, tuvo cifras anormalmente bajas de ambos marcadores, es decir, las rosetas activas y las espontáneas, mientras que 12 de ellos tuvieron afectados un solo marcador (Tabla 5). Si analizamos los resultados del estudio inmunológico según el estado clínico de las lesiones (Tabla 6), se observa que en las formas mayores y serpentiforme prácticamente todos los enfermos tuvieron cifras bajas en los porcentajes de células formadoras de rosetas, mientras que en la forma menor, 70% de los pacientes estaba inmunodeprimido.
Discusión
La literatura señala una prevalencia mayor entre las mujeres; en nuestro grupo ambos sexos fueron afectados por igual, posiblemente porque se trata de pacientes en edades pediátricas, en quienes los factores hormonales invocados, en la patogenia no son aún relevantes. La distribución etérea de la enfermedad encontrada entre nuestros pacientes coincide con lo reportado en la literatura. Varios estudios internacionales señalan la prevalencia de la raza blanca sobre la negra, en lo cual aparentemente inciden factores de tipo genético.
Se ha confirmado la presencia de desregulaciones locales o generalizadas en algunos de los elementos celulares o moleculares que conforman el sistema inmune como linfocitos T CD4+,15-18 inmunoglobulinas, 19-23 inmunocomplejos circulantes, 24 citoquinas, 25, 26 moléculas de adhesión, 25, 27,28 y otros.
Por lo anterior, concluimos que el padecimiento se presentó en niños menores de 2 años; el grupo más afectado fue el de 6 a 14 años, entre los que predominó la raza blanca sobre la negra. De los enfermos, 72.5% mostró algún grado de alteración en los marcadores de inmunorrespuesta celular analizados y la aftosas menor fue la forma clínica más común en nuestros pacientes estudiados.