Concurso Rovartal Semana 5

La rosuvastatina mejora el índice de filtrado glomerular

Su efecto sería completamente independiente de la acción sobre los lípidos.

Autor/a: Dres. Vidt D, Harris S, Sorof J y colaboradores

Fuente: American Journal of Cardiology 97(11):1602-1606, Jun 2006

Introducción

La rosuvastatina es una estatina eficaz para descender y aumentar el colesterol asociado a lipoproteínas de baja (LDLc) y alta densidad (HDLc), respectivamente. Asimismo, en un trabajo reciente se refirió que el tratamiento prolongado con rosuvastatina (96 semanas o más) se asoció con aumento del índice estimado de filtración glomerular (IFGe). Aunque los tratamientos más cortos también parecen beneficiosos en este sentido, los estudios al respecto son difíciles de interpretar porque no son metodológicamente homogéneos.

En este trabajo, los autores establecieron con mayor precisión el efecto de la rosuvastatina a corto plazo sobre el IFGe a partir de trabajos clínicos controlados de la Rosuvastatin Clinical Development Database, que incluyeron la determinación de creatinina 6 a 8 semanas después de iniciado el tratamiento.

Métodos

El Rosuvastatin Clinical Development Program incluye trabajos controlados con placebo, estudios de dosis y ensayos en los cuales se compara la eficacia de la rosuvastatina con la de otras estatinas en función del descenso del LDLc. Los estudios abarcan varones o mujeres con hipercolesterolemia primaria (familiar o no), hipertrigliceridemia primaria o hiperlipidemia primaria. Los criterios de inclusión variaron de un trabajo a otro, aun aquellos relacionados con el nivel de triglicéridos, la presencia de diabetes y los grupos étnicos. Los parámetros de lípidos basales también difirieron entre los estudios. Los pacientes recibían numerosas medicaciones en forma simultánea; tenían una concentración de creatinina de menos de 220 µmol/l (por debajo de 2.5 mg/dl); los pacientes con diabetes estable, hipertensión o enfermedad cardiovascular no fueron excluidos.

Los trabajos comprendidos en este análisis debían disponer de mediciones de creatinina en suero al inicio y 6 a 8 semanas después de comenzado el tratamiento con rosuvastatina para poder calcular el IFGe; debían abarcar pacientes asignados a dosis fijas de rosuvastatina de 5, 10, 20 o 40 mg y debían presentar todos los datos demográficos necesarios para calcular el IFGe. No se permitió el descenso de la dosis; los pacientes en quienes fue necesario reducirla quedaron excluidos del estudio. Todas las mediciones de laboratorio en estudios de fase II/III se realizaron en forma centralizada con reactivos, analizadores y material de control de calidad idénticos.

Los parámetros renales se evaluaron según los métodos descritos por la National Kidney Foundation para la evaluación y la clasificación de pacientes con enfermedad renal. Se determinó la presencia de proteínas en orina (con el método de 1+ a 4+ que se correlaciona con una concentración aproximada de 10 mg/dl a más de 2 g/dl, respectivamente). El IFGe se calculó con la fórmula Modification of Diet in Renal Disease (MDRD) que considera la concentración de creatinina en suero, la edad y un factor según el sexo y la raza.

Resultados

Se analizaron globalmente 13 estudios que abarcaron 3 956 pacientes. El 79% de los participantes era caucásico y el 72% tenía menos de 65 años. El 49% tenía hipertensión y el 18% presentaba diabetes. Según la fórmula MDRD, el IFGe fue normal (≥ 90 ml/min/1.73 m²) en el 6% de los pacientes; estuvo levemente reducido (60 a 89 ml/min/1.73 m²) en el 71% de los sujetos y moderadamente descendido (30 a 59 ml/min/1.73 m²) o más en el 23% de los casos. Al inicio del estudio ningún paciente presentó un IFGe inferior de 30 ml/min/1.73 m² (coincidentemente con la exclusión de pacientes con una concentración plasmática de creatinina superior a 2.5 mg/dl). El 7% de los 2 888 pacientes con datos sobre proteinuria tuvo 1+ o más y 1% tuvo 2+ o más al comienzo del estudio.

El IFGe aumentó de manera significativa para cada dosis de rosuvastatina (p < 0.01) y para todas en conjunto (p < 0.01) respecto de los valores basales. El incremento del IFGe varió entre +0.9 ml/min/1.73 m² en los pacientes tratados con 40 mg de rosuvastatina y +3.2 ml/min/1.73 m² en los asignados a 20 mg diarios.

Cinco estudios fueron controlados con placebo (n = 525 pacientes en total). Los sujetos asignados a placebo presentaron una prevalencia más alta de hipertensión, diabetes y enfermedad coronaria. Después de agrupar todas las dosis de rosuvastatina, el incremento del IFGe fue de 0.8 ml/min/1.73 m² (p < 0.04, respecto del basal), muy diferente del descenso observado en el grupo placebo (-1.5 ml/min/1.73 m², p < 0.001).

En un análisis posterior de los 13 estudios se evaluaron subgrupos específicos; en conjunto, los resultados mostraron una tendencia ascendente del IFGe en todos los subgrupos según edad, sexo, presencia de hipertensión, diabetes, IFGe basal y proteinuria al inicio. En forma llamativa, los pacientes con enfermedad renal también se beneficiaron y el IFGe se elevó o tendió a aumentar independientemente de la proteinuria basal y del deterioro de la función renal al comienzo del estudio. Además, los pacientes con diabetes presentaron un aumento del IFGe de +1.4 ml/min/1.73 m², mientras que los sujetos de raza negra tuvieron un incremento promedio de 5.5 ml/min/1.73 m², casi 3 veces mayor que el registrado en la población total. No se encontró ninguna correlación significativa entre la modificación del IFGe y los cambios en las fracciones de lípidos.

Discusión

En el estudio presente se analizó la información de la mayor base de datos sobre el uso de estatinas, señalan los autores. Los hallazgos confirman un aumento significativo del IFGe en pacientes asignados a rosuvastatina durante 6 a 8 semanas y un descenso importante de este parámetro en los tratados con placebo. Si bien el estudio fue de diseño retrospectivo, la duración homogénea del tratamiento en los diversos trabajos analizados, el método de asignación y la medición centralizada de las variables de laboratorio le otorgan gran validez. Además, los resultados coinciden con los de investigaciones previas que sugirieron que las estatinas ejercen efectos beneficiosos sobre la función renal, una consecuencia que no parece estar relacionada con la acción hipolipemiante.

Uno de los hallazgos más importantes fue la demostración de un efecto favorable en diversos subgrupos de pacientes según edad, sexo, raza, hipertensión, presencia de diabetes, IFGe basal y presencia de proteinuria al inicio del estudio. Este beneficio es particularmente relevante si se recuerda que muchos de los pacientes que reciben estatinas presentan, además, otras enfermedades, concluyen los autores.

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