Introducción y objetivos
La venlafaxina es un inhibidor selectivo de la recaptación de noradrenalina y serotonina con baja afinidad por los receptores colinérgicos, histaminérgicos y adrenérgicos. Por este motivo, carece de los efectos adversos típicos de los agentes tricíclicos. Además, tiene un perfil de tolerabilidad mayor que estos agentes, y el riesgo de efectos adversos graves asociado con la administración de venlafaxina es menor respecto de lo observado al emplear fármacos tricíclicos.
Según lo informado, esta droga es efectiva para el tratamiento de los pacientes con depresión resistente y tiene un efecto similar o superior al de la imipramina, la clomipramina, el trazodone y la fluoxetina. El objetivo de este estudio fue comparar la eficacia y la seguridad del tratamiento con venlafaxina frente a aquél con amitriptilina en caso de depresión mayor.
Pacientes y métodos
El presente fue un estudio multicéntrico y a doble ciego.
Participaron pacientes ambulatorios de 18 a 55 años que reunían los criterios para el diagnóstico de depresión mayor con síntomas melancólicos o sin ellos. La evaluación inicial incluyó un examen físico y uno psiquiátrico. Además, se efectuaron análisis de laboratorio y electrocardiográficos. La evaluación psiquiátrica se llevó a cabo mediante la aplicación de la Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia – Lifetime (SADS-L) y de la Hamilton Depression Rating Scale (HAMD).
Durante la primera semana de tratamiento todos los pacientes recibieron placebo. Luego, se efectuó la distribución aleatoria para administrar venlafaxina o amitriptilina durante un período de 8 semanas. La dosis inicial de las drogas fue 75 y 50 mg/día, respectivamente. Dicha dosis se incrementó hasta un máximo de 150 mg/día en ambos casos, según el criterio del investigador. Transcurridas 8 semanas de tratamiento a doble ciego se llevó a cabo la interrupción paulatina de los fármacos.
La eficacia del tratamiento se evaluó mediante la HAMD, la Montgomery Asberg Depression Rating Scale (MADRS), la escala Clinical Global Impression (CGI) y la Symptom Checklist – 90 items (SCL-90). La seguridad de la terapia se valoró según la aparición de efectos adversos, la evaluación de los signos vitales, el aumento ponderal y los parámetros de laboratorio y electrocardiográficos.
Resultados
Participaron 116 pacientes de los cuales 57 recibieron venlafaxina y 59, placebo. No se observaron diferencias significativas entre ambos grupos al evaluar las características clínicas iniciales. No obstante, los individuos con depresión melancólica presentaron un puntaje significativamente mayor en las escalas de evaluación antes del inicio del tratamiento. La media de la dosis administrada de venlafaxina y amitriptilina fue 103.3 y 103.1 mg/día, respectivamente.
La frecuencia de efectos adversos fue sustancialmente mayor entre los pacientes tratados con amitriptilina. Asimismo, el 10% y 5% de aquellos que recibieron venlafaxina o amitriptilina, respectivamente, interrumpieron el tratamiento debido a la aparición de efectos no deseados. Entre los individuos asignados a venlafaxina, los efectos adversos que provocaron la interrupción del tratamiento fueron vómitos, mareos y visión borrosa. En el grupo tratado con amitriptilina, dichos efectos adversos fueron erupción cutánea, somnolencia y xerostomía. Se observó una diferencia significativa entre ambos grupos en términos de aumento ponderal. Mientras que los pacientes tratados con venlafaxina presentaron una disminución media de 1.4 kg, los que recibieron amitriptilina aumentaron 2.9 kg. No se observaron hallazgos clínicamente relevantes al analizar los parámetros de laboratorio. No obstante, la administración de venlafaxina provocó un aumento de la tensión arterial diastólica, en tanto que el uso de amitriptilina se asoció con una disminución de dicho parámetro. Asimismo, este último fármaco produjo un aumento significativo de la frecuencia cardíaca. En ambos grupos, la droga empleada con mayor frecuencia junto con el tratamiento antidepresivo fue el lorazepam. Si bien el presente estudio fue a doble ciego, los autores predijeron correctamente cuál era el fármaco administrado en el 79.3% de los participantes tratados con venlafaxina y en el 63.6% de los que recibieron amitriptilina.
Discusión
De acuerdo con los resultados obtenidos, la venlafaxina y la amitriptilina son drogas efectivas y bien toleradas para el tratamiento de los pacientes con depresión mayor. Es posible que los investigadores hayan logrado predecir qué fármaco recibían los participantes debido a las diferencias en cuanto a los eventos adversos, ya que el efecto terapéutico no difirió significativamente entre ambos agentes. Los dos tratamientos permitieron obtener la respuesta terapéutica y la remisión del cuadro clínico en el 75% y el 55% al 58% de los casos, respectivamente. No se observaron diferencias al respecto según la duración del cuadro depresivo o la presencia de síntomas melancólicos. A propósito, la respuesta al tratamiento con venlafaxina verificada entre los pacientes con este tipo de síntomas permite sugerir que la droga presenta un efecto antidepresivo verdadero. De hecho, tanto la venlafaxina como la amitriptilina tuvieron un efecto antidepresivo específico. Los resultados obtenidos coinciden con lo informado en estudios anteriores sobre la utilidad de la venlafaxina en sujetos con depresión melancólica.
La incidencia mayor de sedación, aumento ponderal y otros efectos adversos observada al administrar amitriptilina coincide con su perfil de acción. A diferencia de este fármaco, la venlafaxina provocó disminución ponderal e insomnio transitorio al inicio del tratamiento y su administración se asoció con una frecuencia mayor de uso concomitante de lorazepam. Otros efectos no deseados de la venlafaxina fueron las náuseas, las cefaleas y un aumento leve de la tensión arterial diastólica que no se consideró clínicamente significativo. Los resultados obtenidos coinciden con lo informado en otros estudios de comparación entre la administración de venlafaxina y antidepresivos tricíclicos.