Un nuevo estudio demostró que los pacientes hipertensos que se hallan tratados por un largo plazo con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina II (IECA), antagonistas del receptor de angiotensina (ARA) o beta bloqueantes exclusivamente, fueron menos propensos a sufrir fibrilación auricular (FA) que aquellos que recibieron solamente bloqueantes de los canales de calcio (BCC).
Los expertos aclaran que es más probable que los IECA, ARA y beta bloqueantes reduzcan el riesgo y que los BCC lo incrementen. No obstante, agregan que este hallazgo es poco práctico porque sólo se estudió una muestra de pacientes bajo monoterapia y no se puede generalizar en una población más compleja de sujetos hipertensos. Es bueno que el médico sepa que el paciente tiene riesgo de presentar FA, ya que esto sería un nuevo criterio para elegir el agente antihipertensivo.
Algunos autores explican que todas las drogas antihipertensivas reducen el riesgo de presentar FA simplemente al disminuir la presión arterial, pero algunos fármacos también lo reducirían mediante otros mecanismos.
En un estudio de casos y controles anidados basado en la General Practice Research Database del Reino Unido, los investigadores evaluaron el primer episodio de FA en los pacientes hipertensos que estuvieran tratados con un solo agente antihipertensivo y que no presentaran enfermedad cardiovascular. Esta población homogénea de sujetos hipertensos sin cardiopatía estructural u otro factor de riesgo para FA le permitió a los autores centrarse en los posibles efectos de la droga en estudio.
Así, de un total de 650 000 pacientes hipertensos con dichas características, identificaron 4 661 sujetos con diagnóstico de FA de reciente comienzo entre 1998 y 2008. Luego, compararon el riesgo de FA entre los que recibieron sólo IECA, ARA o beta bloqueantes en relación con el grupo de pacientes de referencia que se hallaban tratados con BCC. Se permitió el uso secuencial o concomitante de diuréticos junto con otras drogas antihipertensivas. Comparados con el grupo de referencia tratado con BCC, los individuos que recibieron IECA, ARA o beta bloqueantes por un período largo presentaron menos riesgo de FA (odds ratio ajustado de 0.75, 0.71 y 0.78, respectivamente). Así, concluyeron que los pacientes tratados por más de 12 meses con ARA, IECA o beta bloqueantes podrían reducir el riesgo de FA en relación con aquellos tratados con BCC.
También destacan que en una serie de estudios grandes (LIFE, VALUE y ONTARGET) se obtuvieron conclusiones similares, lo que implicaría que los ARA y los IECA tienen la misma capacidad para reducir el riesgo de FA. Los investigadores plantean que los beta bloqueantes también reducirían el riesgo, tal vez por el efecto positivo sobre las contracciones auriculares prematuras. Sin embargo, recalcan que sus resultados no son aplicables a los pacientes hipertensos que requieren un tratamiento con varias drogas.
Otros autores afirman que estos hallazgos podrían ser catalogados dentro de los “efectos protectores” de ciertos grupos farmacológicos y podrían tenerse en cuenta en un análisis farmacoeconómico. Agregan que, al realizar un análisis de rentabilidad, los ARA son las drogas antihipertensivas más costosas, pero mientras más se conozca sobre sus efectos beneficiosos, tal información debería considerarse. Si dichos fármacos pueden prevenir nuevos y costosos casos de FA, se debería tener en cuenta su relación con los costos adicionales de las drogas más modernas.
Los expertos concluyen que se debería hacer un análisis prospectivo sobre los pacientes que ya presenten FA para determinar si un agente antihipertensivo en particular es mejor que otro de su misma clase.