El implante corneal Vue+, anteriormente conocido como Presbylens, fue desarrollado en 2007 para el tratamiento de la presbicia. El Vue+ es una lentilla de hidromel permeable que permite el paso de fluidos y nutrientes a través de ella. En los últimos cambios que se hicieron a su diseño se amplió el diámetro de 1,5 a 2 mm, para expander la zona óptica de cerca y mejorar la visión de cerca. La lente tiene un espesor de 10-µ en los bordes y entre 24 y 40- µ en su centro. El material utilizado contiene agua y un índice refractivo similar al de la córnea humana. Se coloca bajo un colgajo LASIK o en un bolsillo corneal a una profundidad de aproximadamente 120 a 130 µ en el ojo no dominante (ver fig.)
Fotografía de lámpara de hendidura de un implante Vue ReVision colocado en el lecho estromal (Cortesía de ReVision Optics, Inc.)
Esta lente mejora la visión de cerca e intermedia al inducir un cambio en la curvatura superficial diferencial, lo que da como resultado una cornea multifocal. La agudeza a distancia se ve mínimamente afectada ya que los rayos de luz paracentrales al implante de 2 mm quedan enfocados principalmente en la retina, en especial con la pupila dilatada. La pupila contraída crea un estado pseudoacomodativo, utilizando la córnea central modificada.
El implante Vue+ ha sido aprobado en la Unión Europea y la empresa acaba de finalizar la primera etapa de los ensayos clínicos en la FDA, en EEUU.
El implante Flexivue Microlens es el único implante de córnea en desarrollo que utiliza potencia refractiva adicional. El material utilizado es un polímero acrílico de 3mm de diámetro con un espesor en los bordes de 20 µ. Es una lente bifocal cuya zona central no tiene poder refractivo y la periférica tiene una potencia refractiva estándar con un índice mayor que el de la córnea agregando +1,25 a 3,00 D. El Microlens se inserta en un bolsillo estromal con un dispositivo de inserción, en el ojo no dominante, concéntrico con la línea de visión estimada.
Este último tipo de implante ha sido aprobado en la Unión Europea. Los primeros datos obtenidos en Europa y América Latina son alentadores y se están desarrollando estudios clínicos para demostrar la seguridad y eficacia de este dispositivo.
Las complicaciones informadas acerca del uso de estos implantes han sido: opacidad corneal, distintos tipos de “haze”, depósitos de matriz extracelular o epiteliales, infiltraciones y queratolisis. Con respecto a la biocompatibilidad, en los últimos años han mejorado significativamente los requisitos queratometabólicos y la modulación de la cicatrización, como así también la posibilidad de prevenir complicaciones graves asociadas con el diseño de los primeros implantes estromales. Modificaciones en los regímenes de medicación y optimización de la superficie ocular, con uso de esteroides y ciclosporina postoperatorios, han servido para mejorar la tolerancia y estabilidad refractiva de los actuales implantes. Además los equipos láser femtosegundo de última generación permiten a los cirujanos controlar mejor las reacciones de la cicatrización y disminuir la dispersión de luz. Al detectar precozmente cualquier irregularidad en la superficie, el profesional podrá controlar con mayor atención la superficie ocular y tratarla con lubricantes libres de preservativos, ciclosporina, ácidos grasos omega y agentes antiquerato- líticos como doxicilina. En los raros casos de progresión, se recomienda la extracción con seguimiento, la córnea normalmente cicatriza sin secuelas.
Los crecimiento epiteliales que afecten la visión o la queratitis lamelar profunda deben tratase de la manera habitual, extrayendo el implante en casos graves. En casos de descentralización, los implantes pueden volver a reposicionarse concéntricamente con la línea de visión y mejorar sensiblemente la agudeza a distancia y de cerca.
Conclusiones:
A pesar de que los implantes corneales han estado en desarrollo por más de medio siglo, los adelantos recientes en el diseño y materiales permitieron que estos dispositivos se conviertan en un prometedor tratamiento no-intraocular contra la presbicia. A través de distintos mecanismos de acción: orificio pequeño, inducción de curvatura superficial y óptica refractiva, los implantes corneales se han transformado en una opción quirúrgica viable para tratar la presbicia. Futura aplicaciones que se encuentran bajo investigación incluyen su implante en pacientes post-refractivos, ya sea pseudofáquicos, post-corrección de visión con láser y post-queratoplastía térmica con presbicia.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.
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