¿Es siempre correcta?

Prescripción de antibióticos en EE. UU.

El uso excesivo de antibióticos contribuye a costos innecesarios y a eventos adversos evitables, e influye en el desarrollo de infecciones resistentes a los antibióticos.

Autor/a: Dres. Adam L. Hersh, Daniel J. Shapiro, Andrew T. Pavia and Samir S. Shah

Fuente: Pediatrics 2011; 128; 1053

Los antibióticos se encuentran entre las categorías de medicamentos prescriptos más frecuentemente en niños. Estudios previos estimaron que más de 150 millones de visitas ambulatorias por año tuvieron como resultado la prescripción de antibióticos, incluyendo más de 30  millones de recetas para niños. Sin embargo, en muchos de estos casos, los antibióticos son prescriptos para enfermedades de origen viral, por lo que no ofrecen beneficios clínicos.

La tasa general de prescripción de antibióticos en el ámbito ambulatorio está declinando; parte de esta disminución es atribuible a la reducción de la prescripción en enfermedades respiratorias de origen viral. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades hicieron grandes esfuerzos durante la década de 1990 para crear conciencia sobre la prescripción inadecuada de antibióticos, lo que probablemente contribuyó a estas tendencias. Por otro lado, la prescripción de agentes de amplio espectro, en especial los macrólidos, se incrementó sustancialmente durante la década pasada. Las consecuencias de la prescripción inapropiada de antibióticos son múltiples, ya sea como tratamiento cuando el mismo no es necesario o por la prescripción innecesaria de un agente de amplio espectro cuando uno de espectro reducido podría ser eficaz. El uso excesivo de antibióticos contribuye a costos innecesarios y a eventos adversos evitables, e influye en el desarrollo de infecciones resistentes a los antibióticos.

Aunque se estudiaron los patrones de prescripción de antibióticos para las infecciones respiratorias agudas (IRA) en pediatría, poco se sabe sobre los patrones generales de  prescripción de antibióticos para el espectro de diagnósticos en pediatría ambulatoria. Además, se desconocen los tipos de diagnósticos, así como las características del paciente y del médico asociadas con la prescripción de antibióticos de amplio espectro. En este estudio los autores abordaron 2 objetivos. En primer lugar, se buscó describir el uso global de antibióticos en pediatría ambulatoria de acuerdo a las clases de antibióticos, centrándose especialmente en la estimación de la tendencia de los médicos a recetar antibióticos para una variedad de diagnósticos. En segundo lugar, se trató de identificar los factores asociados con la prescripción de antibióticos de amplio espectro durante las visitas de atención ambulatoria. Esta visión ayudará a fijar metas para el diseño de futuras intervenciones para mejorar el uso prudente de antibióticos.

Métodos
 
Origen de los datos y diseño
Se analizaron datos de la Encuesta Nacional de Atención Médica Ambulatoria (ENAMA) y de la Encuesta Hospitalaria Nacional de Atención Médica Ambulatoria (EHNAMA) entre 2006 y 2008. Cada año, el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (CNES) administra estas encuestas transversales para recoger datos de una muestra representativa a nivel nacional de visitas a los consultorios, a los servicios de atención ambulatorios, y a los departamentos de emergencias. Los datos recogidos en las visitas incluyen datos demográficos del paciente, la especialidad del médico, el lugar de atención, los diagnósticos (hasta 3, basados en los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena Revisión, Modificación Clínica [CIE-9-MC]), y los medicamentos prescriptos.

La ENAMA incluyó datos de las visitas de los pacientes a los consultorios médicos. En un procedimiento de 3 etapas, el CNES realizó en primer lugar un muestreo de 112 unidades geográficas primarias y luego realizó un muestreo de las prácticas médicas dentro de las unidades y de las consultas de los pacientes dentro de las prácticas médicas. La EHNAMA incluyó datos de las visitas de los pacientes a los consultorios externos hospitalarios y a los departamentos de emergencia. La EHNAMA siguió un diseño de muestreo de 4 etapas que consiste en unidades geográficas primarias de muestreo, los hospitales dentro de las unidades, las áreas de servicios de emergencias y las áreas clínicas hospitalarias, y las consultas de los pacientes a las áreas de servicios de emergencia o clínicas. Para cada consulta, el CNES proporciona un peso a la visita del paciente, que representa la probabilidad inversa de que el paciente fuera seleccionado de una población más amplia. Utilizando estos pesos, pueden generarse estimaciones representativas a nivel nacional a partir de los datos de la muestra en la ENAMA y la EHNAMA.
 
Población de estudio y categorías de diagnóstico
La población de estudio elegible incluyó a todos los niños menores de 18 años que visitaron los  establecimientos de atención ambulatoria durante el 2006-2008. Durante este periodo hubo 64.753 visitas en las muestras de la ENAMA y la EHNAMA. Las visitas se agruparon en una de l6 categorías diagnósticas en base al diagnóstico primario asignado a la consulta, para analizar  la prescripción de antibióticos en base al diagnóstico. Las categorías incluyeron enfermedades respiratorias, condiciones de piel/mucosas, infecciones del tracto urinario, infecciones gastrointestinales, infecciones varias y otras condiciones. Para las afecciones respiratorias, se crearon 3 subcategorías más pequeñas, incluyendo IRAs para las que los antibióticos son generalmente indicados (por ejemplo, otitis media, sinusitis, faringitis, neumonía), IRAs para las que los antibióticos no están indicados (por ejemplo, rinofaringitis, bronquitis, neumonía viral, gripe), y otras enfermedades respiratorias para las que los antibióticos definitivamente no están indicados (por ejemplo, asma, alergia, sinusitis crónica, bronquitis crónica), en base en parte a un esquema publicado previamente. Para diagnósticos tales como faringitis y neumonía, la CIE-9-MC no especifica de manera clara la etiología bacteriana o viral. Por lo tanto, los autores clasificaron a estos diagnósticos como condiciones para las que los antibióticos están indicados. Una excepción fue la neumonía viral (CIE-9-CM 480.x), que fue categorizada como una condición para la cual los antibióticos no están indicados.

En algunos casos, los diagnósticos secundarios contribuyeron a la clasificación diagnóstica. Cuando el diagnóstico primario especificaba una visita de control de salud de los niños (CIE-9-CM código V20), se utilizó el diagnóstico secundario para la clasificación diagnóstica. Para las visitas en las que el segundo o el tercer diagnóstico tenía indicación de prescripción de antibióticos (n=2036; IRAs con indicación de antibióticos, infecciones cutáneas, y de las vías urinarias), la consulta fue excluida del esquema de clasificación diagnóstica, ya que el diagnóstico para el que el antibiótico fue indicado podría ser ambiguo.

Clasificación de los antibióticos
En base a los códigos de la Base de Datos de Drogas Multum Lexicon y el Directorio Nacional de Códigos de Drogas, los antibióticos se agruparon en clases incluyendo a las penicilinas, sulfonamidas, cefalosporinas, macrólidos, quinolonas, derivados de la lincomicina, tetraciclinas, y carbapenem. Los autores definieron como antibióticos de amplio espectro a las penicilinas de amplio espectro (penicilinas antipseudomonas y combinaciones de inhibidores de β-lactámicos/β-Lactamasas), cefalosporinas de segunda a cuarta generación, macrólidos, quinolonas, derivados de la lincomicina (clindamicina), y carbapenem. Las visitas en las que se prescribieron antibióticos de ambos espectros, amplio y reducido, se clasificaron como de amplio espectro.

Se tomaron varias medidas para excluir a los antibióticos tópicos. En primer lugar, se excluyeron los fármacos  clasificados en el sistema Multum como tópicos (nivel de Multum 1, categoría 133). Los aminoglucósidos también fueron excluidos, ya que estos antibióticos son predominantemente prescritos en formulaciones tópicas para los pacientes ambulatorios. Se asumió a las quinolonas como tópicas, y se excluyeron incluso cuando no estaban clasificadas como "tópicas" en la base de datos Multum pero el nombre comercial de los fármacos indicados en el formulario de registro del paciente sugería una formulación tópica (por ejemplo, Floxin  otic, Cipro-HC, Ciprodex, Vigamox, Colirio Cipro, Quixin otic, Zymar). Además, los autores excluyeron a las quinolonas de la categoría de antibióticos sistémicos para las consultas en las cuales el diagnóstico era otitis externa o conjuntivitis, debido que las formulaciones tópicas suelen ser prescritas para estos diagnósticos. Después de estas exclusiones, se registraron 10.273 visitas en las que los pacientes recibieron indicación de antibióticos.

Análisis

Los autores midieron 4 resultados principales. En primer lugar, utilizando los pesos proporcionados por el CNES basados en las visitas de la muestra, los autores realizaron estimaciones de la frecuencia de prescripción de antibióticos en todas las consultas pediátricas ambulatorias de acuerdo a la clase (por ejemplo, penicilinas, macrólidos) y el espectro de actividad (por ejemplo, de espectro amplio o reducido) de los mismos. En segundo lugar, se realizó un análisis trasversal de las condiciones, estimando la distribución de las categorías diagnósticas (por ejemplo, el porcentaje de todas las prescripciones de antibióticos por enfermedades de las vías respiratorias) que representaban el total de la prescripción de antibióticos. En tercer lugar, los autores realizaron un análisis entre condiciones, mediante el cual se estimó la distribución de la prescripción de antibióticos de acuerdo con la categoría dentro de cada categoría diagnóstica (por ejemplo, el porcentaje de enfermedades respiratorias para el que un antibiótico estaba prescripto). En cuarto lugar, se realizó una regresión logística multivariable para identificar los factores demográficos y clínicos asociados con la prescripción de antibióticos de amplio espectro. Los factores demográficos considerados fueron: edad del paciente (0-5, 6 a 12, y 13-17 años), región en base al Censo de EE.UU. (Noreste, Medio Oeste, Sur, Oeste), raza (blanco, negro, y otros), sexo, año (2006, 2007 y 2008), y urbana vs.  no urbana según si la consulta se hizo en un área de estadística metropolitana. Los factores clínicos incluyeron diagnóstico (IRA, otras enfermedades respiratorias, enfermedades de la piel/mucosas, y otros), seguro (privado, público, particular y otros), y establecimiento (consultorio, clínica ambulatoria y departamento de emergencia). Para examinar la asociación entre la especialidad del médico (pediatría, medicina general/de familia, y otros) y la prescripción de antibióticos de amplio espectro, se utilizó un modelo independiente sólo para las visitas en consultorio/clínicas ambulatorias. Las variables se incluyeron en el modelo si estaban nominalmente asociadas (P< 0,2) con la prescripción de antibióticos de amplio espectro en el análisis bivariado. La raza se incluyó independientemente de su asociación bivariada con la prescripción de antibióticos de amplio espectro.

Todos los análisis se realizaron mediante el uso de Stata 11 (Stata Corp, College Station, TX) y se representaron los componentes del complejo diseño de la encuesta, incluidos los pesos de la visita del paciente, los estratos y las variables de unidad de diseño del muestreo primario.

Resultados

Distribución de la prescripción de antibióticos
Entre 2006 y 2008, se prescribieron en promedio 49 millones de antibióticos (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 43-55 millones) en las consultas pediátricas ambulatorias por año, lo que representa el 21% de todas las visitas ambulatorias de los niños. Se prescribieron antibióticos de amplio espectro en el 50% de las consultas en las que se indicaron antibióticos, que es un estimado de 24,6 millones (IC 95%: 21,2 a 28,1 millones) de visitas anuales. Las clases más comúnmente prescriptas de antibióticos en general fueron las penicilinas de espectro reducido (38% de las visitas en las que se prescribieron antibióticos) y los macrólidos (20%). Las quinolonas, tetraciclinas, los derivados de la lincomicina, y las sulfamidas fueron prescriptos con poca frecuencia, representando < 11% de las visitas en que se prescribieron antibióticos. Dentro de la categoría de antibióticos de amplio espectro, los macrólidos fueron los más frecuentemente prescriptos (40% de las prescripciones de antibióticos de amplio espectro, 20%  del total de prescripciones de antibióticos), seguidos por las cefalosporinas de amplio espectro  (31% de los antibióticos de amplio espectro,  16% de los antibióticos en general), y penicilinas de amplio espectro (26% de antibióticos de amplio espectro, 13% de antibióticos en general).

Prescripción de antibióticos a partir de los diagnósticos
Las enfermedades respiratorias representaron la mayoría (72,3%) de las consultas en las que se prescribieron antibióticos. Sin embargo,  aunque el 48,9% de las prescripciones fueron por IRAs con indicación de antibióticos, el 23,4% fueron por problemas respiratorios  para los que los antibióticos son potencialmente innecesarios, incluyendo las IRAs para los que los antibióticos no están indicados y otras afecciones respiratorias. En conjunto, estas consultas  por infecciones respiratorias en las que los antibióticos fueron prescriptos en forma potencialmente inapropiada representan >10  millones de consultas anuales, de las cuales  > 6  millones incluyen antibióticos de amplio espectro. Las enfermedades de piel/mucosas  fueron la siguiente categoría diagnóstica en frecuencia (12%) en la que  se prescribieron antibióticos. Las  infecciones de las vías urinarias sólo representaron el 2%  de las prescripciones de antibióticos, mientras que la categoría "otros", un grupo en el que no se observó etiología infecciosa clara, representó el 11%. La distribución de las categorías diagnósticas fue en general similar cuando se centró exclusivamente en antibióticos de amplio espectro. La diferencia más notable en comparación con el conjunto de visitas donde se indicaron antibióticos es que las IRAs sin indicación de antibióticos y otras afecciones respiratorias representaron un porcentaje más alto de las consultas donde se indicaron antibióticos de amplio espectro (30% de las visitas donde se indicaron antibióticos de amplio espectro vs. 23% de todas las visitas donde se indicaron antibióticos).

Prescripción de antibióticos dentro de los diagnósticos
Cuando se examinaron los patrones de prescripción de antibióticos dentro de los distintos diagnósticos, las enfermedades respiratorias fueron el grupo más importante. En general, se prescribieron antibióticos en el 48,4% de las consultas con un diagnóstico principal de afección respiratoria, incluyendo un 71,7% de IRAs con indicación de antibióticos y un 29,6% de IRAs sin indicación de antibióticos. Entre las consultas durante las cuales se prescribieron antibióticos, 11,3 millones fueron por otitis media aguda y 2,1 millones por bronquitis. Las siguientes categorías con mayor frecuencia de prescripción de antibióticos fueron: otras enfermedades respiratorias (28%), infecciones del tracto urinario (59%), y enfermedades de piel/mucosa (19%). Dentro de las enfermedades con prescripción de un antibiótico, la tendencia a indicar un fármaco de amplio espectro fue más alta para las IRAs en las que no están indicados los antibióticos (62,5%) y para otras enfermedades respiratorias (64,5%).
 
Factores asociados con la prescripción de antibióticos de amplio espectro
Entre las variables consideradas para el modelo de regresión logística multivariable sobre la base de P<0,20, se incluyeron el diagnóstico, la edad, la raza, la región, el tipo de seguro, y el establecimiento. De estas variables, el diagnóstico, la edad, la región del Censo de EE.UU., y el tipo de seguro se asociaron de forma independiente con la prescripción de antibióticos de amplio espectro. En relación con otros fármacos, los antibióticos de amplio espectro tuvieron más probabilidades de ser recetados para IRAs en las cuales los antibióticos no están indicados (Odds ratio [OR]: 1,80 [IC 95%: 1,34 -2,42]) y para otras afecciones respiratorias (OR: 1,93 [IC 95%: 1,40-2,66]) que para las IRAs en las que los antibióticos están indicados y otros diagnósticos. Del mismo modo, los pacientes menores de 6 años fueron más tendientes (OR: 1,27 [IC 95%: 1,04-1,54]) a recibir antibióticos de amplio espectro que los pacientes de 6 a 12 años. En las consultas de la zona sur se observó una mayor probabilidad (OR: 1,82 [IC 95%: 1,30-2,55]) de prescripción de antibióticos de amplio espectro que en las consultas en el oeste. Los pacientes con seguro público o sin seguro tuvieron menos probabilidades (OR: 0,79 [IC 95%: 0.66-0,94]) de recibir un antibiótico de amplio espectro que los que tenían seguro privado. No hubo asociación independiente entre el establecimiento, la raza o la especialidad médica y la prescripción de antibióticos de amplio espectro.

Discusión

Los resultados de este estudio proporcionan una visión actualizada e integral de los patrones de prescripción de antibióticos en EE.UU. en los niños evaluados en centros de atención ambulatoria. En este estudio, los autores encontraron que la prescripción de antibióticos en las consultas pediátricas ambulatorias fue frecuente, ocurriendo en más de 1 de cada 5 visitas. El uso de antibióticos de amplio espectro fue común y representó el 50% de la prescripción de antibióticos en general y se produjo en cerca de 25 millones de visitas al año. También se encontró que la gran mayoría de las prescripciones de antibióticos en niños fue por enfermedades de las vías respiratorias. Lo más sorprendente es que el estudio revela que el uso de antibióticos de amplio espectro fue más alto entre las enfermedades respiratorias en las que los antibióticos por lo general no están indicados (por ejemplo, enfermedades virales, asma) en comparación con cualquier otro tipo de categoría diagnóstica. A pesar de los considerables y favorables cambios en la medida general en que se prescribieron antibióticos durante los últimos años, este hallazgo plantea serias preocupaciones sobre el uso excesivo de antibióticos de amplio espectro, en particular para los pacientes en los que el tratamiento con antibióticos no está indicado.

Los resultados de los autores ponen de relieve las diferencias clave en los patrones de prescripción de antibióticos en los niños en comparación con los adultos. Para la población de los EE.UU. en su conjunto, Grijalva y colaboradores informaron que los antibióticos son recetados en el 13% de todas las consultas y que las IRAs (incluyendo aquellas para las que los antibióticos por lo general no se indican) representan el 44% del total de la prescripción de antibióticos. En este estudio, que se centra exclusivamente en niños, los autores encontraron que los antibióticos fueron prescritos con mayor frecuencia (>20% de las visitas) y que las IRAs representaron > 60% de estas visitas. En cuanto a la prescripción de antibióticos de amplio espectro, los autores observaron diferencias y semejanzas con respecto a la prescripción en los adultos. Steinman y colaboradores informaron que los antibióticos de amplio espectro representaron el 48% de los antibióticos prescriptos en general y el 54% de los utilizados en IRAs, lo que es similar a los hallazgos de los autores. Además, Steinman y colaboradores también encontraron que la prescripción de antibióticos de amplio espectro fue mayor en el sur en relación a otras regiones geográficas y que esas diferencias también existieron para el tipo de seguro, por lo que los resultados son similares  a los de los autores. Una diferencia importante  entre adultos y niños con respecto a la prescripción de antibióticos de amplio espectro se refiere a la selección de antibióticos.  Para los adultos, las fluoroquinolonas son la categoría de antibióticos de amplio espectro recetada con mayor frecuencia en general, en contraste con las poblaciones pediátricas, para las que las fluoroquinolonas representan < 3% de la prescripción de antibióticos en general y entre los de amplio espectro.

A pesar que las penicilinas de espectro reducido (por ejemplo, amoxicilina) son la clase de antibióticos más comúnmente prescriptos, los antibióticos de amplio espectro representan el 50% de la prescripción de antibióticos, y entre ellos, los macrólidos (principalmente azitromicina) fueron los principales en su clase. Varios estudios previos han encontrado un gran aumento en el uso de los macrólidos durante la última década, tanto en general como para enfermedades seleccionadas. Los resultados de los autores confirman que los médicos siguen recetando con frecuencia macrólidos para pacientes pediátricos. Los hallazgos de los autores sugieren que es probable que en muchas consultas en las que se prescriben macrólidos, o bien la terapia antibiótica no era necesaria, o bien una alternativa de espectro reducido podría haber sido apropiada. Los macrólidos son una atractiva clase de antibióticos debido a su larga vida media, lo que permite una corta duración de la terapia y la dosificación una vez por día. Los médicos pueden recetar macrólidos en algunos casos para tratar patógenos atípicos como Mycoplasma pneumoniae como causa de neumonía. Sin embargo, la eficacia de los macrólidos para Mycoplasma no se ha establecido definitivamente, y la resistencia a los macrólidos del Streptococcus pneumoniae, que es una importante causa de infecciones de las vías respiratorias superiores e inferiores, es una creciente preocupación.

Un hallazgo de interés de este estudio es que, después de las enfermedades respiratorias, las enfermedades de la piel/mucosas son la categoría en la que los antibióticos y los antibióticos de amplio espectro son más comúnmente prescritos. Los autores de varios estudios recientes  y una guía de tratamiento ponen en duda el valor del uso rutinario de antibióticos para el adecuado drenaje de abscesos purulentos. Datos más definitivos de ensayos clínicos randomizados en curso podrían proporcionar evidencia para apoyar los esfuerzos para reducir el uso innecesario de antibióticos para esta condición clínica frecuente.

Los autores encontraron que ciertos factores clínicos y demográficos estaban asociados de forma independiente con la prescripción de antibióticos de amplio espectro. Como se ha señalado anteriormente, las IRAs para las que los antibióticos no están indicados y otras enfermedades respiratorias no infecciosas son más propensas que otras condiciones clínicas a recibir tratamiento con antibióticos de amplio espectro. Por la alta frecuencia con que los niños buscan atención médica por afecciones respiratorias, esta sigue siendo claramente un área crítica de educación continua para el uso prudente de antibióticos. Los niños menores de 6 años recibieron antibióticos de amplio espectro con más frecuencia que los de otras edades. Parte de esto puede ser el uso adecuado de antibióticos de amplio espectro de acuerdo con el tipo de enfermedades respiratorias más comunes en este grupo de edad (por ejemplo, el tratamiento de la otitis media aguda con agentes como la amoxicilina/ácido clavulánico). Los autores encontraron que la prescripción de antibióticos de amplio espectro fue superior en el sur que en otras regiones geográficas. A pesar de que la explicación de esta variación geográfica es incierta, también se encontraron previamente tasas mayores de prescripción de antibióticos de amplio espectro en el sur en un estudio en adultos. Podrían tener un papel importante las diferencias regionales en la exposición a las intervenciones centradas en la prescripción adecuada de antibióticos, así como las diferencias regionales en las restricciones de los planes de seguros.

Los autores también encontraron que los niños con seguro público o sin seguro tenían menos probabilidades de recibir antibióticos de amplio espectro en comparación con aquellos con seguro privado. Aunque este hallazgo plantea preocupaciones acerca de las diferencias en la calidad de la atención prestada a los niños en base al tipo de seguro, las implicaciones clínicas podrían ser insignificantes, ya que los antibióticos de amplio espectro se prescriben con frecuencia en forma inapropiada. Evidencia reciente indica que los patrones de prescripción de los antibióticos, incluyendo la selección de agentes de amplio espectro frente a agentes de espectro reducido, es muy sensible a los costos que salen del bolsillo; cuando los costos de bolsillo disminuyen, la prescripción de antibióticos de amplio espectro aumenta. Sin embargo, debido a que los costos también influyen en última instancia en la prescripción, por factorización del costo en su selección al decidir el antibiótico, los médicos que atienden a los niños con seguro público o sin seguro es probable que brinden atención de alta calidad con prescripción de antibióticos menos costosos y por lo tanto disminuyan las potenciales barreras económicas para el cumplimiento.

Este estudio tiene limitaciones que es necesario reconocer cuando se consideran los hallazgos. Los diagnósticos utilizados para el análisis se basaron en los códigos CIE-9-MC. Aunque las bases de datos ENAMA y EHNAMA son regularmente validadas, los autores no pueden garantizar la exactitud de los diagnósticos asignados durante estas visitas, y puede haber clasificación errónea. Los autores se esforzaron para garantizar que las visitas de la muestra en las que se prescribieron antibióticos tuvieran asignado el diagnóstico, incluyendo las visitas excluidas en las cuales los diagnósticos secundarios podrían haber justificado un antibiótico. Además, los autores clasificaron a la faringitis como una condición para la que los antibióticos están indicados, aunque el número de causas virales por lo general es superior a las del  Streptococcus Grupo A. En algunos casos se podría haber clasificado una consulta como una  en que los antibióticos no estaban indicados cuando existía una justificación razonable; sin embargo, basándose en la forma en que se llevó a cabo el análisis, cualquier sesgo en conjunto habría sido en una dirección conservadora, y podría haber subestimado la medida en que ocurre la prescripción innecesaria de antibióticos. Los autores también optaron por no clasificar algunos antibióticos como sistémicos, ya que se consideró que el antibiótico era tópico (por ejemplo, quinolonas y aminoglucósidos). Aunque algunos de estos podrían haber sido formulaciones sistémicas, este sesgo potencial no influiría sustancialmente en los resultados del estudio, ya que estas categorías de antibióticos se prescribieron con poca frecuencia en general. La categoría de edad de 0 a 5 años es heterogénea, y una estratificación más precisa podría haber revelado ideas adicionales sobre la prescripción de antibióticos de amplio espectro. Una limitación adicional se refiere a las fechas de este estudio. Los autores utilizaron las bases de datos de los años más recientes disponibles del ENAMA y EHNAMA (2006-2008); sin embargo, podrían haber ocurrido cambios durante los años siguientes.

Conclusiones

Los autores encontraron que la prescripción de antibióticos de amplio espectro representa el 50% del uso de antibióticos en pediatría ambulatoria y que las enfermedades de las vías respiratorias para las que los antibióticos no están indicados, la falta de seguro privado, y la región geográfica son factores importantes que contribuyen a esta situación. El uso excesivo de antibióticos de amplio espectro es un problema, porque muchos de estos agentes son prescritos innecesariamente, tiene alto costo, y promueven la resistencia bacteriana. Los programas de administración de antibióticos han demostrado que son intervenciones efectivas para mejorar los patrones de prescripción de antibióticos en el ámbito hospitalario, incluyendo la reducción del uso excesivo de antibióticos de amplio espectro. El desarrollo e implementación más amplios de programas específicamente diseñados para centros de atención ambulatorios es una prioridad de la salud pública. Los hallazgos de los autores pueden ayudar al desarrollo de un programa, poniendo de relieve varias áreas importantes y proporcionando un marco de representación nacional para examinar las prácticas de prescripción de antibióticos que pueden modificarse al examinar las prácticas de prescripción a nivel local.

Comentario: La prescripción prudente de antibióticos es una necesidad prioritaria en la atención primaria de pacientes pediátricos, tanto para controlar la resistencia bacteriana como para evitar los frecuentes efectos adversos de la medicación.  El conocimiento de la epidemiología y de las prácticas de prescripción a nivel local permitiría diseñar programas de uso adecuado de antibióticos, lo que llevaría a una mejora de la calidad de atención, menores costos y una adecuada utilización de recursos.

♦ Resumen y comentario objetivo: Dra. Alejandra Coarasa