Estudio microbiológico

Contaminación de facoemulsificador y campo quirúrgico estéril en cirugía de cataratas

Determinación de la contaminación microbiana de los fluidos de irrigación durante facoemulsificación, con uso profiláctico de povidona iodada tópica y antibióticos.

Autor/a: Dres. Angelo Balestrazzi, Alex Malandrini, Francesca Montagnani, Ghislaine Laure Nguisseu Chegoua, Leonardo Ciompi, Alessandra Zanchi, Gian Marco Tosi, Gian Luca Martone, Ilaria Motolese & Mario Frusc

Fuente: Eur J Ophthalmol 2012 ; 22 (2): 188-194

La facoemulsificación es en la actualidad la técnica más empleada en cirugía de cataratas. Esto se debe a su rapidez y mínima invasividad, lo que permite una cirugía ambulatoria, evitando internación y reduciendo los costos. La endoftalmitis postoperatoria, a pesar de ser poco frecuente es una complicación preocupante por su mal pronóstico.

Las posibles fuentes de contaminación microbiana son la conjuntiva, el borde de los párpados, instrumentos quirúrgicos y ambiente contaminados. Los tejidos externos del paciente son la principal fuente de infección. Se ha demostrado que la flora de la superficie penetra en la cámara anterior durante la cirugía de cataratas.

Estafilococos coagulasa y negativos son, por lo tanto, los causantes más importantes de infección postquirúrgica, seguidos de Staphylococcys aureus, viridans stroptococci y otras bacterias Gram positivas y negativas. La endoftalmitis postoperatoria también puede ser fúngica y se la asocia con fuentes ambientales como ventiladores o aire acondicionado.

Las medidas profilácticas tienen como objetivo atacar la flora microbiana del paciente para reducir el riesgo de endoftalmitis. La revisión de la literatura publicada demuestra que la aplicación preoperatoria de povidona iodada en la conjuntiva es el protocolo más ampliamente difundido para prevenir la infección ocular. Se ha probado que ninguna otra medida profiláctica como antibióticos tópicos, irrigación salina o antibióticos intracamerales, reduce el riesgo de endoftalmitis de la misma manera.

La administración de antibióticos tópicos antes y después de la cirugía, se emplea porque normalmente reduce la flora superficial y algunos agentes (quinolonas por ejemplo), penetran en la córnea con suficiente concentración intraocular. La infusión intracameral de vancomicina y gentamicina, se ha demostrado que reduce la contaminación de la cámara anterior. Algunos estudios han informado la eficacia de antibióticos intracamerales también en la prevención de endoftalmitis postoperatorias.

Se sabe que el uso de antibióticos como rutina puede conducir a la resistencia. Las medidas profilácticas no logran eliminar por completo la flora del paciente y la cantidad de bacterias está asociada al riesgo de infección. El presente estudio tuvo como objetivo evaluar las características del crecimiento residual microbiano en los fluidos de irrigación durante la facoemulsificación.

Pacientes y métodos:
Participaron en la investigación 119 pacientes sometidos a cirugía de cataratas. Todos los pacientes recibieron levofloxacina 5 mg/mL, comenzando el día anterior a la cirugía y povidona iodada 5% tópica y en gotas comenzando 30 minutos antes de la cirugía. Al final de la cirugía, se recolectaron dos muestras de líquidos drenados en las bolsas de drenaje y en las bombas peristálticas del aparato de facoemulsificación. Se buscaron bacterias aeróbicas y anaeróbicas, y hongos.

Bolsas de drenaje y bombas peristálticas del sistema de facoemulsificación.


Las medidas profilácticas durante la facoemulsificación intentan minimizar el riesgo de infección. Aunque la contaminación del humor acuoso no necesariamente provoca endoftalmitis, el riesgo de infección es preocupante por el mal pronóstico de dicha patología.

El estudio analizó la contaminación microbiana de los fluidos en una facoemulsificación, donde se aplicaron antibióticos tópicos y povidona iodada como profilaxis.

El análisis de los fluidos intraoperatorios, en especial los recolectados en el cassette de la bomba peristáltica del sistema de facoemulsificación, podrían aportar pruebas del origen o vehículo de las infecciones postquirúrgicas y servir para cuantificar el riesgo de infección en las diferentes etapas de la intervención quirúrgica.

En la presente investigación, la mayor presencia de cepas estafilococicas en los líquidos de la bolsa de drenaje que en los de la bomba, podría resultar de la aplicación de vancomicina  intracameral.  Esto avalaría su uso para reducir la carga bacteriana y el riesgo postoperatorio.

La información obtenida revela sensibilidad total a la vancomicina de todas las cepas Gram-positivas. Por otro lado, no puede desconocerse la probable inducción a resistencia bacteriana, los índices de resistencia a los antibióticos tópicos comúnmente utilizados oscilan entre 15 y 24%. La alta incidencia de cepas estafilococicas resistentes a la meticilina (más de 80%) y multiresistentes (más de 30%) podría estar señalando un origen hospitalario.

Se aislaron hongos solo en los líquidos de la bomba, lo que indica un origen ambiental de la infección (por ej.: la bolsa de drenaje de la facoemulsificación). Por otro lado los fluidos de la bomba revelaron una carga microbiana significativamente mayor que los de la bolsa de drenaje, lo que apuntaría a un mayor riesgo de infección en pacientes comprometidos.

A pesar de una presencia microbiana de más de 31 % en los fluidos, no hubo complicaciones infecciosas postquirúrgicas en el año de seguimiento, aun en pacientes con un conteo microbiano de más de 100 CFU/mL.  Es sabido que la contaminación no lleva necesariamente a la infección y que la endoftalmitis es un episodio poco frecuente. Se podría especular que la profilaxis con antibióticos brinda un pronóstico favorable.

Resulta difícil equilibrar el uso de antibióticos en la profilaxis y evitar el abuso que puede originar la resistencia. Dado el mal pronóstico de la endoftalmitis, la profilaxis con antibióticos puede contribuir a minimizar los resultados negativos. A la vez, el uso excesivo de ciertos agentes ( glicopeptidos, quinolonas) podría reducir la eficacia de una herramienta terapéutica esencial en caso de infección.

Conclusiones:
El análisis de los fluidos intraoperatorios puede proporcionar pruebas sobre fuente y vehículo de las infecciones postquirúrgicas. La profilaxis con antibióticos y povidona iodada puede contribuir significativamente a minimizar el riesgo de endoftalmitis.

♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.

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