*Publicamos la reseña del trabajo final que fue posible gracias a la participación de nuestros lectores y que agradecemos mucho.
La empatía clínica constituye un elemento de calidad en el cuidado de enfermos y se asocia a mayor satisfacción de pacientes, mayor adherencia a tratamientos y menos quejas de mala praxis. Está bien establecido que médicos que intentan comprender lo que están sintiendo sus pacientes logran resultados positivos tanto para sus pacientes como para ellos mismos. De hecho, se sabe que la empatía por el sufrimiento de otros genera la motivación por ayudarlos, un aspecto fundamental del trabajo de médicos.
Sin embargo, el proceso de empatía en medicina puede tornarse muy desafiante, especialmente cuando debemos lidiar con enfermedades severas, muerte, sufrimiento y ansiedad. La dolorosa realidad que enfrentan los médicos y que se exacerba al ponerse en el lugar de sus pacientes puede llevar a fatiga por compasión, burnout y estrés profesional, acompañándose de depresión, agotamiento emocional y desvaloración de sus habilidades profesionales. Se plantea entonces un gran dilema: ¿conviene que el médico sea empático o conviene que adopte una postura más “desconectada” de sus pacientes? A fin de dilucidar esta disquisición, los investigadores Ezequiel Gleichgerrcht, de la Fundación INECO, y Jean Decety, de la Universidad de Chicago, estudiaron 7584 médicos con cuestionarios y pruebas experimentales presentadas en una plataforma digital del portal de salud más importante de América Latina, Intramed, bajo la dirección del Dr. Daniel Flichtentrei.
En el estudio se exploraron diferentes variables de disposición personal, incluyendo diferentes aspectos de la empatía y de la calidad de vida profesional, así como conductas altruistas, reconocimiento emocional, y bienestar. Los investigadores encontraron que los aspectos positivos del cuidado por los otros, es decir, la satisfacción por compasión, estaba asociada positivamente a la preocupación empática y la toma de perspectiva, dos aspectos cruciales de la empatía orientada hacia terceros, así como a las conductas altruistas.
En cambio, los aspectos negativos de la calidad de vida profesional, el burnout y la fatiga por compasión, estaban asociados a otro dominio de la empatía relacionado con emociones egoístas y conocido como “distrés personal”, así como con alexitimia, la incapacidad de reconocer y procesar emociones. Las mujeres, en comparación a los hombres, mostraron niveles más altos de preocupación empática que se vieron por lo tanto asociados a un mayor rango de sensaciones de devaluación profesional. Los años de experiencia no influyeron en las medidas disposicionales evaluadas por si solas una vez que se controlaron los efectos de la edad y el sexo.
A partir de estos hallazgos pueden planificarse ahora programas más efectivos de entrenamiento de la empatía y las conductas pro-sociales, a través de los cuales promoviendo los aspectos positivos de la empatía y atenuando los negativos podremos lograr mejores niveles de satisfacción por compasión en los médicos, disminuyendo así las consecuencias negativas que devienen con la práctica profesional.
Cita: Gleichgerrcht E, Decety J (2013) Empathy in Clinical Practice: How Individual Dispositions, Gender, and Experience Moderate Empathic Concern, Burnout, and Emotional Distress in Physicians. PLoS ONE 8(4): e61526.