Los cambios en el estilo de vida con el desarrollo de la tecnología han dado lugar a un aumento gradual en la frecuencia de lesiones por cuerpo extraño (LCE) en los países en desarrollo. La ingestión/aspiración de un cuerpo extraño ocurre más comúnmente durante la infancia. Debido al comportamiento, la fisiología, y las características anatómicas de los niños, tales como la exploración oral de su entorno, hay una tendencia de los niños a poner todos los objetos en la boca. Además, tienen un control inmaduro de la deglución y ausencia de los molares y premolares, lo que conduce a una incapacidad para masticar los alimentos. Todas estas características son factores predisponentes en niños de este grupo de edad.
Los síntomas no son característicos (por ejemplo, disnea, cianosis, asfixia, vómitos o disfagia), y los resultados clínicos dependerán del tipo de cuerpo extraño (CE), del grado de obstrucción, de donde está ubicado, y la longitud de tiempo entre la ingestión y la evaluación. Un diagnóstico preciso puede llevar tiempo porque la asfixia inicial o el accidente no ha sido presenciado, y los síntomas tardíos pueden imitar otras condiciones comunes, como el asma, la neumonía recurrente, o la infección del tracto respiratorio superior. Los diversos tipos de LCE pueden depender de diferentes hábitos culturales, regionales, y de alimentación. La mayoría de los objetos aspirados son orgánicos; sin embargo, la mayoría de los objetos ingeridos por los niños son inorgánicos, por ejemplo monedas.
Los objetivos del tratamiento incluyen el manejo de los síntomas, la prevención del daño tisular y la disminución del riesgo de complicaciones. Es importante hacer un diagnóstico lo más pronto posible y extraer el CE del tracto aéreo-digestivo (TAD) de los niños.
El objetivo del presente estudio fue evaluar y determinar los resultados de los CEs alojados en el TAD superior en el departamento de cirugía pediátrica de los autores y comparar estos datos en los grupos de ingestión y aspiración. Posteriormente, el estudio fue publicado para atraer la atención de los cuidadores y padres de familia acerca de los peligros de la LEC.
Métodos
Los datos médicos se recogieron retrospectivamente de los archivos de 192 pacientes de 0 a 16 años de edad que fueron admitidos por un CE alojado en el TAD y que fueron sometidos a una endoscopia debido a la sospecha de un CE en el departamento de cirugía pediátrica desde diciembre de 2008 hasta enero de 2012. Los datos recogidos incluyeron las características de los niños enrolados, el tipo de CE, las circunstancias de la lesión, datos de hospitalización, el tiempo de referencia y los resultados. La endoscopia rígida con anestesia general fue la técnica más comúnmente realizada para la eliminación del CE.
Los pacientes se dividieron en 2 grupos de acuerdo a la ubicación del CE, que incluyó los sistemas respiratorio y digestivo. En los pacientes del grupo 1, los CEs aspirados se presentaron en la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios o los pulmones. En el grupo 2 los CEs ingeridos se alojaron en el esófago. Hubo 118 varones (61,5%) y 74 (38,5 %) mujeres. La edad media fue de 40,97 (DE, 35,7) meses (rango, 2-192 meses).
Se realizaron evaluaciones radiográficas adecuadas, incluyendo radiografías de cuello, tórax y abdomen, y tomografía computarizada según necesidad. Las endoscopias se realizaron bajo anestesia general, y se llevó a cabo un examen radiológico después de la broncoscopia. Se administraron antibióticos profilácticos después de la broncoscopia.
Análisis estadísticos
El análisis de datos se realizó con el programa estadístico SPSS 11.5. Los análisis preliminares involucraron tablas de frecuencia de muestreo. Se recogieron datos sobre las lesiones y se llevó a cabo un análisis estadístico descriptivo de las características demográficas (edad y sexo), las características del objeto, las circunstancias de la lesión, la presentación clínica, las localizaciones del CE y los resultados. Los datos fueron expresados como medias (DE) con un intervalo de confianza del 95%. Los datos se analizaron utilizando la prueba U de Mann -Whitney. Un valor de P < 0,05 fue considerado estadísticamente significativo.
Resultados
Este estudio se realizó en base a CEs localizados en la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios, el pulmón y el esófago. Los datos de un total de 192 pacientes fueron recogidos y analizados. La mayoría de las LCEs ocurrieron durante la alimentación.
Edad y sexo
Ciento treinta y cinco (70,3%) pacientes eran menores de 4 años, 34 (17,7%) eran menores de 1 año, y 10 (5,2%) eran mayores de 10 años. Hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en cuanto a la edad (P = 0,01). Ciento dieciocho (61,5 %) de los pacientes eran de sexo masculino. No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en términos de distribución de sexos.
Tiempo de diagnóstico
Una historia definitiva de CE con testigos estuvo disponible en 133 (69,3 %) de los casos. En los restantes 59 pacientes, no había antecedentes de CE. La ingestión y aspiración de CEs fueron presenciadas por miembros de la familia o un niño de edad adecuada, que proporcionaron la historia de ingesta. El tiempo de alojamiento del CE osciló entre 30 minutos y 5 meses. Los CEs fueron retirados en 160 (83,3%) de los pacientes en las primeras 24 horas. En los otros pacientes, el diagnóstico se retrasó; en 11 (5,8), pasó más de 1 semana, mientras que en 6 pacientes (3,1%) no había historia conocida de CE. Hubo una correlación estadísticamente significativa entre la aspiración y la ingestión del CE (P = 0,00).
Se evaluaron los datos de la clínica sobre remoción de CEs alojados en el TAD y se halló que el 52,6% de ellos ocurrieron en el 2011, 27,4% en el 2010, y el 20% de ellos entre diciembre de 2008 y finales de diciembre de 2009.
Retraso y falta de diagnóstico
Veintidós pacientes fueron inicialmente no diagnosticados, la mayoría de los cuales fueron diagnosticados con infecciones respiratorias. El diagnóstico correcto se realizó entre varias horas a más de 1 mes más tarde. Fue más probable que ocurran retrasos en el diagnóstico en las aspiraciones de CEs que en las ingestas. Por otra parte, la mayoría de los pacientes que experimentaron falta o retraso del diagnóstico se definieron como menores de 2 años. Existe una correlación entre la complicación de la ingestión y la aspiración del CE y el momento del diagnóstico y el tipo involucrado. Cuando los pacientes fueron evaluados por presentación tardía, los mismos tuvieron tratamiento farmacológico a largo plazo y una mayor duración de la hospitalización. Cuando se evaluó el tipo de CE, algunos de ellos eran peligrosos como la pila botón, que puede causar complicaciones graves, e incluso la muerte.
Síntomas
"La queja más frecuentemente observada fue la tos en el grupo del tracto respiratorio y la disfagia en el grupo del tracto digestivo."
Los pacientes exhibieron diferentes tipos de síntomas. La queja más frecuentemente observada fue la tos en el grupo del tracto respiratorio y la deglución en el grupo del tracto digestivo. El intervalo de tiempo de los síntomas varió de 3 horas a 30 días, y 83,3 % de los pacientes tuvieron síntomas durante menos de 24 horas. Los pacientes se presentaron más frecuentemente con disfagia en el grupo del tracto digestivo y con tos en el grupo del tracto respiratorio.
Tipo de CE
Varios tipos de CE fueron responsables de las diversas lesiones en el presente estudio. Sesenta y ocho CEs eran monedas alojadas en el esófago, mientras que 42 eran maníes, nueces, o semillas alojadas en el tracto traqueobronquial.
Características de los CEs
Setenta CEs (60,8%) en el grupo de ingestión estaban localizados en la parte superior del esófago, mientras que 32 CEs (41,5%) en el grupo de aspiración se alojaron en el bronquio principal derecho. En este ensayo, los pacientes fueron sometidos a extracción endoscópica del CE sin complicaciones operativas. Un paciente fue sometido a toracotomía para la remoción del CE, mientras que otro fue sometido a laparotomía para extraer una pila botón situada en el intestino. En 58 pacientes, los CEs fueron eliminados por esofagoscopia, mientras que se utilizaron fórceps de Magill para la eliminación del CE en 54 pacientes. Se hallaron CEs durante la broncoscopia en 70 pacientes. En 7 de los pacientes restantes del grupo de aspiración no se encontró un CE, mientras que en 4 pacientes del grupo de ingestión el CE había pasado al estómago o al intestino durante la endoscopia. Se administró anestesia general para todos los pacientes.
Hospitalización y resultados clínicos
El intervalo de tiempo entre la ingestión o aspiración y la admisión hospitalaria varió de 3 horas a 45 días. El tiempo medio de estadía fue de 57,1 (DE, 126,7) horas para los CEs presentes en el tracto respiratorio y de 25,8 (DE, 103,3) horas para los CEs presentes en el esófago. No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en cuanto al período de hospitalización. El tiempo medio de hospitalización del grupo de aspiración fue más largo que el del grupo de ingestión (x2 = 4,76, P = 0,00). Ingresaron al hospital 116 pacientes durante el periodo frío del año (Octubre-Abril).
Ciento treinta y cuatro pacientes (69,79%) fueron dados de alta desde el hospital dentro de las primeras 24 horas. La muerte fue el resultado en 4 casos, 2 de los cuales tenían una fístula traqueoesofágica debido a la ingestión de una batería. Dos pacientes murieron a causa de la aspiración de una semilla-maíz que llevó a la asfixia. En un paciente que aspiró un trozo de zanahoria, la hipoxia causó un defecto neurológico. Se observaron complicaciones en 19 pacientes; estas incluyeron quemaduras esofágicas, perforación, y morbilidad por hipoxia cerebral. En 3 pacientes se produjo estenosis esofágica después de la eliminación del CE.
Discusión
La aspiración y la ingestión de un CE causan complicaciones graves e incluso la muerte accidental en niños a nivel mundial. El número de casos de ingestión y aspiración de CE sigue aumentando y representa un problema de salud frecuente en pacientes pediátricos. La verdadera incidencia de la aspiración e ingestión de CE en niños se subestima y difiere geográficamente. Las muertes por ingestión/aspiración de CE varían de 500 a 2.000 anuales en los Estados Unidos. La muerte es más común en países en desarrollo.
Más de la mitad de las LCEs del TAD afectan a niños menores de 4 años. La masticación y la deglución suelen estar más coordinadas alrededor de la edad de 5 años. En este estudio, la mayoría (70,3%) de los pacientes tenían menos de 4 años, similar a estudios anteriores. Las localizaciones más frecuentes del CE fueron la parte superior del esófago y el bronquio principal derecho, tanto en este como en estudios previos. Con respecto a la ingestión de CE, 5% a 10% de los CEs se alojan en la orofaringe, 20% en el esófago, 60 % en el estómago, y 10% en intestino. La mayoría de los casos de aspiración de CE (49,4%) se localizan en el bronquio principal derecho. El motivo de esto es la estructura anatómica del bronquio principal derecho, que es más ancho en diámetro y una extensión directa de la tráquea. En este estudio, el 41,6% de los CEs aspirados se hallaron en el bronquio principal derecho.
Los datos de los autores fueron similares a los de informes anteriores en términos de distribución por sexo y edad. Hay un predominio del sexo masculino de acuerdo con estudios anteriores, en los que los varones conforman el 60% a 66% de los sujetos. En el presente estudio, la relación hombre/mujer fue de 1,5, y 118 pacientes (61,5 %) eran varones.
Los tipos de CEs alojados en el TAD difieren según los hábitos de alimentación, la cultura, la religión y la vida social. Los cuerpos extraños inorgánicos más frecuentes en los niños fueron monedas, cuentas de collares, prendedores, juguetes y material escolar pequeño. En la literatura, 4 % de los niños tenían antecedentes de ingestión de monedas. Las monedas son el CE más común en el tracto digestivo, mientras que las semillas son los CEs más frecuentemente detectados en el tracto respiratorio. Las pilas botón se asociaron con complicaciones de alto riesgo, ya que la pila botón puede causar un daño significativo al esófago en un tiempo muy corto, tal como una fístula traqueoesofágica y/o perforación esofágica. El daño tisular depende del CE, y también la longevidad del alojamiento juega un papel importante.
La asfixia con alimentos provoca aproximadamente 2500 a 3900 muertes por año en los Estados Unidos en todos los grupos de edad. La mayoría de los objetos aspirados/ingeridos son orgánicos, en particular alimentos y semillas; sin embargo, un informe destaca la participación del maní.
Los síntomas de CE en el TAD superior pueden variar en la presentación desde un estado asintomático hasta dificultad respiratoria, dificultad respiratoria aguda, disfonía, vómitos y disfagia, dependiendo de la ubicación, la edad, y el tamaño del CE. Sin embargo, un gran porcentaje de los pacientes son asintomáticos. Algo más de la mitad (56,8%) de los pacientes tenía una historia definitiva de aspiración.
El ingreso en el hospital ocurre comúnmente después de 24 horas, debido a inflamación local, obstrucción, erosión mucosa y muscular, y perforación. Cerca del 18.3% de los pacientes fueron diagnosticados 24 horas después de la aparición de los síntomas. El 40% de los casos de ingestión y aspiración de CE no son presenciados. Ciento treinta y tres (68%) pacientes tenían una historia definitiva de ingestión o aspiración de CE. Tres pacientes con ingestión de CE tuvieron un retraso en el diagnóstico, 2 de los cuales desarrollaron una fístula traqueoesofágica debido a la ingesta de una pila; dos pacientes fallecieron. La mayoría de los casos no presenciados fueron de niños más pequeños debido a su tendencia a poner objetos en su boca.
La duración de los síntomas por CE fue mayor en los pacientes con aspiración en el presente estudio. La tasa de retraso en el diagnóstico fue similar a la informada en otras partes. Un retraso en el diagnóstico es 7 veces más común en inspiraciones que en ingestiones. Un retraso en el diagnóstico puede aumentar el riesgo de complicaciones graves en ambos tractos. La presencia de larga data de un CE en el TAD puede presentarse como una neumonía recurrente, una perforación y un neumomediastino. La mayoría de los casos de LCEs son llevados al hospital como resultado de la observación o sospecha de aspiración/ingestión. La ingestión de CE se observó en el 85,2% de los pacientes, mientras que la aspiración de CE en el 45,5% de los pacientes de este estudio.
El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica, la exploración física, y la radiografía; sin embargo, las radiografías simples son generalmente utilizadas en la investigación inicial de la ingestión/aspiración de un CE. Los autores realizaron radiografías simples de rutina en todos los casos. La tomografía computarizada y las radiografías con contraste se utilizaron sólo en raras ocasiones para la detección de un CE. El examen radiológico puede ser útil para el diagnóstico de un CE; sin embargo, generalmente se realiza endoscopia para el diagnóstico y tratamiento.
El manejo de un cuerpo extraño es diferente según la localización. El manejo clínico adecuado de los pacientes debe ser la identificación rápida, y la remoción del objeto tan pronto como sea posible. La endoscopia es la primera opción para el diagnóstico y tratamiento de la mayor parte de los CEs del TAD. Sin embargo, los fórceps de Magill se utilizan con frecuencia para los CEs situados en la parte superior del esófago. Los fórceps de Magill se utilizaron en 54 casos en el presente estudio. El tratamiento médico no suele ser eficaz. Dicho esto, la eliminación del CE desde el esófago por técnicas de Foley o de dilatación puede realizarse sin anestesia. No se recomienda esta técnica para los pacientes que han ingerido baterías, para aquellos para los cuales la información sobre el tiempo de ingestión no está disponible, o para pacientes con un largo período de ingestión. Esto es porque, en estos casos, se debe utilizar la endoscopia para planificar el tratamiento y la evaluación del esófago.
En raras ocasiones, se necesita cirugía para tratar la LCE. Se realizó toracotomía en un caso en el que una aguja pasó a través del bronquio al pulmón y en un caso de fístula traqueoesofágica debido a la ingesta de una pila botón. Se realizó laparotomía en un caso por perforación intestinal por una pila botón.
Las complicaciones fueron más frecuentes después de la broncoscopia que después de la esofagoscopia, ya que la mayoría de los objetos aspirados fueron alimentos. La complicación más frecuente fue el broncoespasmo. La mayoría de los autores considera a la endoscopia rígida como la técnica estándar para la extracción de un CE en el TAD de los niños, y la tasa de éxito es mayor al 97%.
El daño tisular causado por la LCE requiere hospitalización por más de 1 día, para lo cual se pueden utilizar diferentes procedimientos. Una regla importante en la prevención de LCEs es la educación permanente de los padres y cuidadores. Los resultados de los autores sugieren que la mayoría de las LCEs son por alimentos. Los niños que inhalaron un CE permanecieron en el hospital durante más de 1 día, mientras que los que ingirieron un CE tendieron a estar hospitalizados por un período más corto.
La educación de los padres o cuidadores es fundamental en la prevención de la aspiración y/o ingestión de un CE y en el retraso en el diagnóstico. Mantener los objetos pequeños fuera del alcance de los niños y la educación de los niños mayores parece ser una forma común para prevenir la aspiración/ingestión de CEs. La mayor frecuencia de CEs en el TAD en la región de los autores es atribuible a la pobre educación de los padres.
En conclusión, los datos de los autores sugieren que la incidencia de LCEs en el TAD es cada vez mayor en los niños. El diagnóstico precoz promueve un manejo exitoso. A través de este estudio, se buscó informar a los profesionales de salud pública de los riesgos de un CE y disminuir la mortalidad y la morbilidad asociada a la ingestión/aspiración de un CE.
Estos datos sugieren que los padres y los cuidadores deben ser educados acerca de la LCE. La cuestión más importante es mejorar las técnicas de prevención, en lugar de las técnicas de tratamiento. Además, los juguetes y las monedas deben ser diseñados con dimensiones que no puedan ser tragadas.
Por lo tanto, hasta que alcancen una edad apropiada, no se debe permitir a los niños que coman bocadillos pequeños, y las etiquetas de seguridad deben ser obligatorias. Los alimentos sólidos deben ser restringidos, y los padres y cuidadores deben prestar más atención durante las comidas hasta que el niño haya aprendido a tragar y masticar correctamente. Los autores recomiendan restricciones con respecto al juego y al acceso a pequeños objetos metálicos y de plástico en niños menores de 6 años de edad.
Comentario: La aspiración y/o ingestión de un cuerpo extraño es una de las lesiones no intencionales más frecuentes en la edad pediátrica, principalmente en niños pequeños por inmadurez de la masticación y la deglución y por su tendencia a llevar objetos a la boca. Estas situaciones presentan una alta morbimortalidad. Resulta fundamental no solo la supervisión de los niños durante la alimentación y el juego, sino también la información de padres y cuidadores sobre el riesgo de las lesiones por cuerpo extraño y su prevención.
♦ Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol