El síndrome de tracción vitreomacular (TVM) constituye una complicación del desprendimiento parcial de vítreo posterior (DVP). El síndrome de tracción vitreomacular puede incluir quistes foveales (considerados una condición previa del agujero macular), membrana epirretiniana, agujeros maculares y edema macular cistoide por tracción. Este último está clasificado como subtipo del síndrome de tracción vitreomacular. Tanto el pronóstico como el tratamiento de dicho síndrome dependen del tamaño y configuración de la adhesión vitreomacular residual y los correspondientes cambios anatómicos maculares, con evaluación mediante tomografía de coherencia óptica (TCO).
La finalidad del presente estudio es la de describir una serie de 15 ojos de 12 pacientes con edema macular cistoide por tracción y con buena agudeza visual, de los cuales 8 mostraron desprendimiento del vítreo posterior espontáneo y completo y otros cuatro ojos presentaron progresión (aunque no total) del desprendimiento de vítreo posterior, dentro de los 9 meses de la primera consulta.
Pacientes y métodos:
Los 15 ojos presentaron un edema macular cistoide por tracción de un diámetro máximo de ≤ 550 µm y una agudeza visual corregida de ≤ 0,3. Cada paciente fue sometido a examen oftalmológico, con evaluación de agudeza visual, biomicroscopia con lámpara de hendidura y tomografía de coherencia óptica. Todos fueron controlados cada cuatro meses, a menos que algún síntoma requiriera un control más urgente.
El edema macular cistoide por tracción constituye un subtipo leve de síndrome de tracción vitreomacular. El grado de adhesión residual determinará la clasificación del subtipo. El edema macular cistoide por tracción se caracteriza por presentar un diámetro de adhesión vitreofoveolar de aproximadamente 500 µm, mientras que la adhesión vitreomacular en un caso típico de síndrome de tracción vitreomacular es > 1500 µm.
Lo más importante para la resolución del síndrome de tracción vitreomacular y sus síntomas es que se produzca el desprendimiento completo del vítreo posterior. Esto puede lograrse espontánea o quirúrgicamente. Aunque se han informado resultados positivos luego de la intervención quirúrgica del edema macular cistoide por tracción, no se han realizado estudios de cohortes, desde la aparición de la TCO, que informen cual es el proceso natural de esta condición poco común. En esta serie de 12 pacientes (15 ojos), 8 ojos lograron el desprendimiento completo espontáneamente, con resolución o mejoría de síntomas dentro de los 9 meses. Asimismo, de los 8 ojos 6 mostraron resolución completa del edema y restauración de la arquitectura foveolar normal.
La serie más numerosa de edema macular por tracción hasta la fecha es una serie retrospectiva de 53 ojos informada por Hikichi et al, con solo 6 desprendimientos de vítreo posterior espontáneos, una proporción mucho menor que la del presente estudio. Sin embargo, dicha serie corresponde a pacientes entre 1983 y 1993, antes del advenimiento de la TCO.
La inducción mecánica del desprendimiento de vítreo posterior es el objetivo principal de la vitrectomía en casos de edema macular cistoide por tracción leve. En la presente serie, el 80 % de los ojos experimentaron progresión a desprendimiento de vítreo posterior espontánea (completa en 8 ojos e incompleta en 4) mientras tres no presentaron cambios durante el período de estudio. Cabe destacar que la agudeza visual corregida a distancia fue 0,2 o más en 13 de los 15 casos, por lo tanto no se justificaba el riesgo quirúrgico de una vitrectomía. De los dos casos con una agudeza >0,2, uno con una agudeza de 0,5 mejoró a 0,3 luego del desprendimiento de vítreo posterior espontáneo y completo. El otro caso con agudeza de 0,6, presentaba una degeneración macular asociada con la edad atrófica, coexistente, la agudeza mejoró a 0,5 luego de cierta progresión, sin desprendimiento completo del vítreo posterior.
Los resultados de los estudios realizados hasta el momento indican que en casos de edema macular cistoide por tracción, la agudeza visual en el momento de presentación es determinante al momento de considerar la opción quirúrgica de vitrectomía.
Asimismo, se debe mencionar en estos casos el tratamiento emergente y prometedor que indica que el desprendimiento de vítreo posterior puede inducirse con administración intravítreo de agentes vitreolíticos, que podrían utilizarse para facilitar la vitrectomía mecánica o incluso para evitar llegar a la cirugía.
Finalmente, a pesar de que se han informado buenos resultados con la inducción mecánica del desprendimiento de vítreo posterior en casos de edema macular cistoide por tracción, los profesionales deben ser conscientes de que dicha patología puede resolverse espontáneamente en la mayoría de los casos, en pocos meses. Por lo tanto, lo mejor es observar los casos con buena agudeza visual corregida de lejos durante al menos seis meses, antes de considerar una cirugía. Especialmente, si tenemos en cuenta que próximamente será viable la opción de inducción farmacológica del desprendimiento posterior de vítreo para casos de edema macular cistoide por tracción.
Tomografía de coherencia óptica de paciente 7. A. TCO de ojo derecho con desprendimiento vítreo perifoveal con agarre foveolar localizado que provoca tracción. B. TCO del mismo ojo en el seguimiento con desprendimiento de vítreo posterior completo con quiste foveal residual.
Conclusiones:
El desprendimiento del vítreo posterior completo tuvo lugar de manera espontánea en 53% de los ojos con edema macular cistoide por tracción de esta serie.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed, en la especialidad de oftalmología.
Cita: Retina 32:2045–2051, 2012
Bibliografía:
1. Jaffe NS. Vitreous traction at the posterior pole of the fundus due to alterations in the vitreous posterior. Trans Am Acad Ophthalmol Otolaryngol 1967;71:642–652.
2. Shechtman DL, Dunbar MT. The expanding spectrum of vitreomacular
traction. Optometry 2009;80:681–687.
3. Johnson MW. Perifoveal vitreous detachment and its macular complications. Trans Am Ophthalmol Soc 2005;103:537–567.
4. Frangieh GT, Green WR, Engel HM. A histopathologic study of macular cysts and holes. Retina 1981;1:311–336.
5. Folk JC, Boldt HC, Keenum DG. Foveal cysts: a premacular hole condition associated with vitreous traction. Arch Ophthalmol1998;116:1177–1183.
6. Haouchine B, Massin P, Gaudric A. Foveal pseudocyst as the first step in macular hole formation: a prospective study by optical coherence tomography. Ophthalmology 2001;108:
15–22