El glaucoma es una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de células ganglionares y alteraciones en el campo visual. La revisión sistemática de estudios de población sobre ceguera y visión escasa en 2006, estimaron para 2010 habría 60.500.000 personas con glaucoma y 8.400.000 personas con ceguera bilateral. La apariencia de las alteraciones en la capa de fibras nerviosas retiniana es uno de los primeros signos de daño glaucomatoso que precede las alteraciones en el nervio óptico y periféricas.
Las técnicas que se utilizan actualmente para estudiar la capa de fibras nerviosas retiniana son polarimetría láser, tomografía retiniana Heidelberg y más recientemente, tomografía de coherencia óptica. Esta última hace posible examinar secciones cruzadas de alta resolución de los tejidos oculares utilizando el principio de interferometría de coherencia baja y parece ser más confiable que los otros dos métodos para la evaluación de la capa de fibras nerviosas retiniana.
Debido al carácter irreversible de la pérdida de células ganglionares y daño axonal en pacientes con glaucoma, es especialmente importante utilizar técnicas de alta calidad para facilitar la detección temprana de deterioro funcional en los pacientes. Los métodos de análisis cualitativo actualmente disponibles son la perimetría acromática estándar, perimetría automática de onda corta y la nueva tecnología de la perimetría de doble frecuencia. El electrorretinograma patrón, comenzó a utilizarse hace 25 años para discriminar entre ojos glaucomatosos y sanos, mediante el registro de potenciales eléctricos de las células ganglionares retinianas. El daño de las células ganglionares es el principal responsable de la disminución de la visión en ojos con glaucoma. En este contexto, el presente estudio evaluó cual de los tres métodos, tomografía de coherencia óptica, tecnología de doble frecuencia y electrorretinograma patrón, es más sensible y específico para la detección precoz del daño glaucomatoso en un grupo de pacientes con hipertensión ocular, el factor de riesgo más difundido para la progresión de daño glaucomatoso.
Pacientes y métodos:
Se evaluaron cincuenta y dos pacientes con hipertensión ocular (24 hombres y 28 mujeres, edad media de 56±9,6 años) con una presión intraocular > 21 mmHg y cincuenta y dos controles (25 hombre y 27 mujeres, edad media 54,8±10,4 años) con PIO <21 mmHg. Todos los pacientes presentaron una agudeza visual normal, papila óptica normal e índices perimétricos normales.
Todos los pacientes fueron sometidos a TCO, TDF y ERGP y se analizó estadísticamente la información obtenida.
Al menos 25 a 30% de las células ganglionares retinianas ya se han perdido cuando se detectan defectos de campo visual mediante perimetría acromática estándar. La presión intraocular elevada es el factor de riesgo más importante de glaucoma, pero solo deben tratarse pacientes de alto riesgo con hipertensión ocular, por lo cual es importante identificar a los pacientes con PIO elevada que tienen glaucoma incipiente para comenzar el tratamiento.
En el presente estudio la TCO de la capa de fibras nerviosas retinianas reveló una significativa reducción de su espesor en el cuadrante inferior de la papila óptica, en pacientes con hipertensión ocular comparados con los controles, con una sensibilidad de 82% y especificidad de 74%. Creemos que en el comienzo de glaucoma, solo el campo visual periférico se ve afectado, por lo que el déficit visual no se detecta con las técnicas actualmente utilizadas. La morfología de la TCO coincide con resultados histopatológicos.
Asimismo, la tecnología de doble frecuencia muestra un aumento significativo del índice de desviación estándar patrón en ojos con hipertensión ocular, con una sensibilidad de 92% y especificidad de 86%. La tecnología de doble frecuencia es un método altamente sofisticado, que examina la funcionalidad de un subgrupo de células ganglionares magnocelulares, llamadas células My, que representa solo el 3% de las células ganglionares retinianas. Las investigaciones histopatológicas experimentales sugieren que en el nervio óptico de pacientes con glaucoma hay un deterioro selectivo de dichas células. El porcentaje de ojos con hipertensión ocular y estudio de tecnología de doble frecuencia con resultados anormales es comparable con otros estudios, aunque el elevado porcentaje puede deberse a algunos resultados falso-positivos.
Finalmente, en el electrorretinograma patrón se encontró una reducción en la amplitud P50 en 78% de los pacientes con una sensibilidad de 52% y especificidad de 77%, mientras que hubo un incremento en la latencia en solo 62% de los casos.
Conclusiones:
La tecnología de doble frecuencia es el método más sensible y específico para detectar daño glaucomatoso incipiente en ojos con hipertensión ocular y junto con la tomografía de coherencia óptica puede servir para identificar que pacientes podrían desarrollar glaucoma.
Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.
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