Artículo: Asociación entre tratamiento con testosterona y mortalidad, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular en varones con niveles bajos de testosterona. JAMA. 2013;310(17):1829-1836.
Sumario
La terapia con testosterona podría aumentar el riesgo de desarrollar infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y otros episodios cardiovasculares..
Importancia
La frecuencia de uso de la terapia con testosterona está incrementándose, a pesar de que se desconocen los efectos de este tratamiento sobre los desenlaces cardiovasculares y la mortalidad.
Un reciente ensayo aleatorizado en torno al uso de la terapia con testosterona en varones con una elevada prevalencia de enfermedades cardiovasculares se interrumpió anticipadamente debido a la sucesión de efectos cardiovasculares adversos que ponían en duda la seguridad de la terapia con testosterona.
Objetivos
Evaluar la asociación existente entre la terapia con testosterona y la mortalidad global, los infartos de miocardio (IM) o los accidentes cerebrovasculares entre veteranos varones del ejército de EE. UU. y determinar si dicha asociación resulta alterada por la presencia de arteriopatías coronarias subyacentes.
Diseño, entorno y pacientes
Estudio de cohortes a nivel nacional retrospectivo de varones con niveles bajos de testosterona (<300 ng/dl) que se sometieron a angiografía coronaria en la red sanitaria de Veterans Affairs (VA) entre 2005 y 2011.
Indicadores principales de valoración
El criterio de valoración principal fue una combinación de mortalidad global, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular isquémico.
Resultados
De los 8709 varones que presentaban un nivel total de testosterona inferior a 300 ng/dl, 1223 pacientes comenzaron a recibir la terapia con testosterona después de una mediana de 531 días a contar desde el momento en el que se realizó la prueba de angiografía coronaria.
En los 1710 episodios registrados, 748 varones fallecieron, 443 padecieron infartos de miocardio y 519 experimentaron accidentes cerebrovasculares. De los 7486 pacientes que no recibieron terapia con testosterona, 681 fallecieron, 420 padecieron infartos de miocardio y 486 experimentaron accidentes cerebrovasculares.
De los 1223 pacientes que recibieron terapia con testosterona, 67 fallecieron, 23 padecieron infartos de miocardio y 33 experimentaron accidentes cerebrovasculares. La tasa absoluta de episodios fue del 19,9% en el grupo que no recibió la terapia con testosterona frente al 25,7% en el grupo que sí recibió este tratamiento, con una diferencia de riesgo absoluta del 5,8% (IC del 95%: del −1,4% al 13,1%) tres años después de la angiografía coronaria.
En los modelos de riesgos proporcionales de Cox en los que se efectuó un ajuste por presencia de arteriopatía coronaria, la utilización de la terapia con testosterona como covariable cambiante en el tiempo se asoció a un mayor riesgo de efectos adversos (cociente de riesgos instantáneos: 1,29; IC del 95%: de 1,04 a 1,58).
No se apreciaron diferencias significativas en el tamaño del efecto de la terapia con testosterona entre los pacientes con y sin arteriopatía coronaria (prueba de interacción, P = 0,41).
Conclusiones y relevancia
En una cohorte de varones registrados en la red sanitaria de VA en EE. UU. que se sometieron a angiografía coronaria y presentaban niveles bajos de testosterona en suero, el uso de la terapia con testosterona se asoció a un mayor riesgo de desarrollar efectos adversos. Estos hallazgos podrían servir para guiar el análisis de los posibles riesgos de la terapia con testosterona.