Introducción
Se sabe que la terapia con estatinas mejora la reserva de flujo coronario (RFC) y reduce la morbilidad y mortalidad en pacientes con coronariopatías e hipercolesterolemia. Además, las estatinas también producen beneficios en pacientes con hipertensión arterial y un nivel promedio de colesterol sérico total, lo cual podría tener relación con una mejoría en la función endotelial y en la RFC.
No obstante, el efecto de esta clase de fármacos sobre la RFC no ha sido investigado en pacientes hipertensos, dado que la medición de este parámetro requiere métodos invasivos que suelen utilizarse sólo en caso de coronariopatías. Avances recientes en las técnicas ecocardiográficas han hecho posible la medición de la RFC en pacientes sin coronariopatías, con resultados que alcanzan una elevada correlación con aquellos que se obtienen mediante métodos invasivos.
Los autores del presente trabajo se han propuesto evaluar la hipótesis de que las estatinas mejoran la RFC en pacientes hipertensos con riesgo cardiovascular mediante la medición de los cambios producidos en dicho parámetro luego de un año de tratamiento con rosuvastatina. Asimismo, han examinado la correlación entre los cambios producidos en la RFC y las modificaciones en los valores de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDLc) y de proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCRas).
Métodos
Se diseñó un estudio prospectivo del que participaron pacientes de ambos sexos de entre 35 y 80 años, con hipertensión controlada e hipercolesterolemia y que no se encontraran bajo tratamiento con estatinas o fibratos. Además, los pacientes debían contar con al menos uno de los siguientes factores de riesgo cardiovascular: tabaquismo, edad > 55 años en hombres y > 65 años en mujeres, diabetes mellitus tipo 2, arteriopatías periféricas, accidente cerebrovascular previo, antecedentes familiares de coronariopatía prematura o niveles de colesterol asociado a lipoproteínas de alta densidad (HDLc) < 40 mg/dl.
En la consulta inicial se midió la presión arterial y se tomaron muestras de sangre para obtener valores de colesterol total, LDLc, triglicéridos, glucemia y PCRas. Desde enero de 2011 hasta agosto de 2012, se llevaron a cabo ecocardiogramas con medición de la RFC en 56 pacientes consecutivos. Luego de la evaluación inicial, se comenzó a administrar 10 mg/día de rosuvastatina a cada participante, una indicación que se mantuvo por un período de un año. Las consultas de seguimiento tuvieron lugar al mes, a los 2 meses, a los 6 meses y al año de comenzado el tratamiento, período durante el cual no se introdujeron cambios en la dosis del fármaco administrado. Al año de seguimiento se recogieron muestras de sangre y se realizaron ecocardiogramas para medir la RFC.
Resultados
La RFC fue medida exitosamente en 55 de 56 pacientes (98%). Un total de 40 hombres (73%) y 15 mujeres (27%) con una edad promedio de 61 ± 9 años fueron incluidos en el estudio. Todos los participantes continuaron con su tratamiento antihipertensivo habitual, al cual se sumó la administración de 10 mg/día de rosuvastatina durante un período de un año. No se informaron efectos adversos graves con el tratamiento implementado.
La RFC basal tenía un valor de 3.16 ± 0.44, y contaba con una correlación negativa con la edad, pero no con la presión arterial, el nivel de colesterol basal o el nivel de PCRas. Asimismo, este parámetro no difirió significativamente según la medicación antihipertensiva administrada.
Luego de un año de tratamiento con rosuvastatina, el colesterol total, el LDLc, el HDLc y la PCRas disminuyeron significativamente. Las mediciones de eco Doppler seriadas mostraron un incremento significativo en la RFC de 3.16 ± 0.44 basal a 3.31 ± 0.42 a los 12 meses de seguimiento. El cambio producido en la RFC obtuvo correlación con las modificaciones en el LDLc, pero no con las de PCRas o de presión arterial. A su vez, los cambios observados en la RFC no difirieron significativamente según la medicación antihipertensiva implementada en cada caso.
Discusión y conclusión
Los efectos pleiotrópicos de las estatinas, que incluyen la regresión del ateroma, la estabilización de la placa ateroesclerótica y la mejoría en la RFC, reducen el número de eventos cardiovasculares en pacientes con coronariopatías o hipercolesterolemia. Recientes estudios han demostrado que las estatinas también reducirían la tasa de eventos cardiovasculares en pacientes con hipertensión o PCR elevada, aún en ausencia de hipercolesterolemia.
Los efectos de esta clase de drogas sobre la microcirculación coronaria y la RFC podrían ser diferentes en pacientes hipertensos debido a la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona y del sistema nervioso simpático, los que contribuyen a aumentar el estrés de la pared vascular y a generar hipertrofia de los miocitos. Los autores destacan que el presente estudio podría ser el primero en demostrar que la RFC mejora significativamente luego de 12 meses de terapia con rosuvastatina en pacientes hipertensos con niveles promedio de colesterol sérico total.
Los resultados de estudios previos llevados a cabo en pacientes con hipercolesterolemia habían señalado que la terapia con estatinas por 3 a 6 meses mejora significativamente la RFC, una mejoría que no tuvo correlación con el descenso en el colesterol. En el presente estudio, el cambio producido en la RFC obtuvo una débil correlación con las modificaciones del LDLc.
Por su parte, otro estudio que utilizó la tomografía por emisión de positrones en pacientes con coronariopatías e hipercolesterolemia comprobó una correlación significativa entre ambos factores. Si bien parece existir una débil relación entre el efecto de reducción del colesterol de las estatinas y el incremento en la RFC, la discrepancia en los resultados también podría hallar explicación en una diferencia en el poder estadístico asociada con el número de pacientes y con el método por imágenes empleado.
Por otra parte, los autores del estudio mencionan algunas consideraciones respecto del método utilizado. En primera instancia, para evaluar los cambios en la RFC por eco Doppler es fundamental obtener las velocidades de flujo adecuadas en la porción distal de la arteria descendente anterior. En segunda instancia, la adquisición del perfil Doppler durante todo el ciclo cardíaco reviste cierta dificultad; por lo tanto, focalizarse en la fase diastólica es una estrategia práctica a fin de medir la RFC en forma exitosa. Por último, para asegurar la reproducibilidad de la medición es necesario mantener el transductor en una posición estable durante todo el examen y determinar un promedio de 3 a 5 ciclos para evitar la variabilidad latido a latido.
Para finalizar, los autores reconocen que el hecho de que los participantes continuaran con su medicación antihipertensiva habitual durante el período investigado pudo haber influenciado los cambios en la RFC. Asimismo, la ausencia de grupo placebo hizo difícil excluir la posibilidad de que los antihipertensivos jugaran un papel en la mejoría de la RFC; no obstante, es improbable que dicha mejoría se debiera sólo a la acción de los antihipertensivos, ya que el cambio en la RFC no obtuvo correlación con la modificaciones de la presión arterial o con la clase de antihipertensivo utilizado.
En conclusión, los hallazgos del presente trabajo sugieren que la adición de rosuvastatina a la terapia antihipertensiva aumentaría la RFC en pacientes hipertensos con riesgo cardiovascular.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)